El proceso que acaba de cerrar el juez Richard M. Berman, de
Con la condena del confeso narcotraficante, ex Inspector General de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) y comandante de los bloques Cacique Nutibara, Héroes de Granada y Héroes de Tolová, la justicia colombiana es la gran perdedora en este caso, pues nunca tuvo la disposición de perseguirlo y apresarlo.
Alias don Berna es un sobreviviente de múltiples guerras en los últimos 35 años en el país, en las que se conjugaron carteles de la droga de Medellín y el Norte del Valle; bandas criminales, entre las que se destacan:
Su vivencia criminal, desde el narcotráfico y el paramilitarismo, es amplia y el hecho de que haya sobrevivido no sólo indica que estuvo protegido y ayudado por amplias redes legales e ilegales, sino que supo moverse en el momento oportuno, hasta llegar a las Auc, donde tuvo la capacidad de imponerse y ganar jerarquía hasta ser reconocido como “el pacificador” de la capital antioqueña y su área metropolitana. Allí tuvo el poder suficiente para someter las bandas delincuenciales y constituirse como el regulador de la criminalidad por lo menos entre los años 2004 y 2007 apoyado en por lo menos 3.000 hombres y mujeres desmovilizados de los bloques Cacique Nutibara y Héroes de Granada.
No es gratuito entonces que, como quedó consignado en un escrito enviado por su abogada en Estados Unidos, Margaret M. Shalley, al juez Berman el pasado 8 de abril, Murillo Bejarano posea “una voluminosa cantidad de información” acerca de sus relaciones personales y a través de las Auc con amplios sectores políticos, económicos, militares y de Policía no sólo de Antioquia, sino de buena parte del país. Al parecer es tanto lo que sabe que la apoderada del jefe paramilitar calcula que su participación en el Proceso de Justicia y Paz podría durar hasta dos años, eso, si comparece 2 ó 3 días por mes.
Pero lo que no pudo hacer la justicia colombiana en materia de verdad, lo logró un conjunto de abogados de
Su batalla jurídica se orientó a buscar que
El proceso comenzó el 17 de febrero cuando los apoderados de la mujer presentaron su petición ante el juez Berman. Su argumento era sencillo: la desaparición del muchacho tenía relación no sólo con las acciones paramilitares de las Auc, sino con el negocio de narcotráfico, actividad que se desarrollaba en la zona rural de la comuna donde tenían un laboratorio para el procesamiento de cocaína.
La petición de la víctima llevó a que alias don Berna comenzará a arrojar luces sobre lo ocurrido en
En su declaración, Murillo Bejarano agregó que al bloque Cacique Nutibara le fue asignada una unidad antisecuestro del Gaula de
Pero no sólo implicó a los altos oficiales. Para rebatir los argumentos de
La petición de los apoderados de la víctima le fue abriendo espacio a la versión de alias don Berna sobre las redes del paramilitarismo que lo apoyaron en su lucha contrainsurgente. En Estados Unidos estaba diciendo lo que no quiso decir durante las cuatro sesiones de versión libre, de 16 programadas, que tuvo ante los fiscales de
Si bien el 4 de marzo, durante una audiencia especial, el juez Berman decidió que la madre de la comuna 13 no cumplía con los requisitos de aplicabilidad de
Lo que alegaron los apoderados de la víctima de la comuna 13 de Medellín fue que el juez Berman aplicó una decisión de víctima a su juicio muy limitada. Lo que se pretendió a través del Writ of Mandamus fue que se aplicará la definición más amplia que contempla la legislación norteamericana y que está consagrada en
El pasado 22 de abril, durante la audiencia de sentencia y en búsqueda de lograr una atenuación de la pena, Murillo Bejarano, a través de su abogada defensora, le explicó nuevamente al juez Berman que las Auc no se hubiesen convertido en “poderosas e influyentes sin el apoyo de los propietarios, empresarios, políticos, militares, y la policía”. Y agregó que en muchas operaciones,
Y de nuevo, el objetivo trazado por los apoderados de la víctima subió un escalón más al escuchar una nueva verdad, esta vez de la injerencia de las Auc en la campaña presidencial del
Lo que empezó como un camino novedoso para buscar el reconocimiento como víctima a una mujer de la comuna 13 de Medellín y sensibilizar al sistema judicial norteamericano para que a los jefes de las Auc extraditados a ese país en mayo del año pasado y en marzo de este año no sólo se les debe juzgar por el delito de narcotráfico, sino por los crímenes de lesa humanidad cometidos, se convirtió en un espacio para conocer algunos hilos de verdad que deben alargarse cada vez más para que se conozca de una vez por todas quiénes estuvieron detrás del proyecto paramilitar y quiénes se beneficiaron. La tarea apenas empieza, pero gracias a las víctimas y a sus apoderados ya se avanzó un poco. Aún falta mucho, pero es urgente que la justicia colombiana se integre a ese propósito y decida hacer su parte con total transparencia y responsabilidad.