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Famiempresas de la confección reclaman condiciones justas de trabajo

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Una jornada por la defensa de condiciones justas de trabajo y en rechazo a los productos importados adelantaron este martes 28 de julio micro y famiempresarios de la confección durante un recorrido por diversos barrios de la ciudad y que tuvo como punto de llegada el Centro de Convenciones y Exposiciones, y el Centro Mundial de la Moda, donde se realizan las ferias Colombiamoda y Moda para el Mundo, respectivamente.


Con el lema Para que la moda no incomode, un centenar de personas que hacen parte de la Asociación de Confeccionistas (Asconfec) adelantaron una jornada de información en la que reseñaron dos circunstancias concretas que vienen afectando sus condiciones de trabajo: de un lado, las precarias condiciones de contratación de las maquiladoras, es decir, de las unidades productivas que le confeccionan a las grandes empresas y comerciantes; y de otro, los efectos que tiene sobre la producción local, regional y nacional el consumo de textiles y prendas importados.

 

En cuanto a las precarias condiciones de contratación, las cifras mostradas por Asconfec, que agrupa a 240 unidades familiares dedicadas a la maquila, evidencian que no se están cumpliendo ciertos estándares internacionales: mientras esos estándares establecen que el pago por minuto de trabajo de maquila es de 220 pesos, en Medellín el valor de ese minuto oscila entre 80 y 160 pesos.

 

“La propuesta que viene promoviendo Asconfec es que en la ciudad se establezca un valor mínimo del minuto trabajado y que se le exija a los empresarios que lo cumplan y no paguen por debajo del precio establecido”, sostuvo Nelly Osorno, asesora de Asconfec por parte del Instituto Popular de Capacitación (IPC), organización no gubernamental promotora de esta jornada.

 

Pero unificar estos costos requiere un proceso de concertación entre empresarios y micro y famiempresas, en el cual Estado sea garante de esos acuerdos. “No es una tarea fácil, puesto que en las actuales circunstancias los empresarios lo que buscan es bajar costos de producción”, agregó Osorno, lo que impacta de manera directa a los pequeños confeccionistas.

 

La propuesta será presentada en próximos días a la Alcaldía de Medellín y al Concejo de la ciudad para que desde allí se promuevan acuerdos que propugnen por una dignificación de los ingresos de las unidades productivas dedicadas a la maquila de la confección.

 

Los asociados a Asconfec también pidieron que se deje de promover la ciudad como un destino de inversión sustentándola en criterios como los bajos costos de la mano de obra, pues la consideran lesiva para los trabajadores del sector.

 

La cuestionada visión de ciudad “barata laboralmente” fue consignada en el Manual para invertir en Medellín en el sector textil-confección, elaborado en el año 2006  por la Alcaldía de Medellín, la Agencia de Cooperación Internacional de Medellín y la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia, con el apoyo de Proexpor.

 

En este documento se precisa que, en cuanto los costos operacionales, “el salario mínimo mensual en Colombia, es uno de los más bajos entre los principales países latinoamericanos competidores tales como Venezuela, Guatemala, Argentina y Costa Rica”.

 

Además, hace hincapié en que el país tiene uno de los regímenes laborales más flexibles de América Latina y en variables como la extensión de la jornada diurna laboral hasta las 10 de la noche. “Por esta razón, el empleador puede contratar dos turnos de trabajo sin necesidad de pagar horas extras o recargos nocturnos”, explica el Manual.

 

Adicionalmente, resalta la modalidad de contratación de aprendices del Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena), “por medio de un contrato de prestación de servicios y sin vinculación laboral con la empresa. De esta manera el empleador no tiene la obligación de pagar prestaciones sociales”.

 

Contrario a la idea que destaca este manual, quienes trabajan en la maquila de la confección aseveran que operan bajo un régimen injusto que atenta contra su calidad de vida: laboran entre 12 y 20 horas diarias y más del 70% de ellos no cuentan con seguridad social.

 

El otro mensaje que difundieron los asociados a Asconfec está relacionado con la importación de textiles y confecciones de países como China y Panamá, que llegan al país a muy bajo costo, configurándose una competencia desleal frente a la producción nacional. “Queremos hacerle un llamado a los consumidores para que se abstengan de consumir productos importados”, dijo Osorno.

 

Pero el problema no sólo es de los consumidores. De acuerdo con la información que ha venido consolidando esta asociación de confeccionistas, grandes multinacionales propietarias de almacenes por departamentos asentadas en la ciudad han incrementado sus importaciones de confecciones, generando el cierre de pequeñas empresas maquiladoras de la ciudad. Se estima que por culpa de las importaciones, en los últimos dos años se han perdido en el país 50 mil empleos en la cadena textil confección.

 

La situación expuesta durante esta jornada de información y sensibilización no deja de ser preocupante, pues los problemas reseñados afectan de alguna manera a por lo menos 6.500 unidades productivas de carácter familiar dedicadas en Medellín a la confección, que emplean alrededor de 26 mil personas, el 80% de ellas madres cabeza de familia.

 

Esta jornada también sirvió para sensibilizar a los propios maquiladores, pues en algunos casos entre ellos también se evidencia competencia desleal, lo que afecta sustancialmente los costos mínimos de producción. “Se trata de afrontar unidos y organizados la crisis por la que atraviesan los pequeños confeccionistas”, expresó Osorno. Sólo así, consideran en Asconfec, se alcanzarán unas condiciones de trabajo y de vida más justas y dignas.