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En medio de agitado ambiente político, Congreso le abrió espacio a la paz

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El Encuentro convocó a diversas organizaciones no gubernamentales que vienen impulsando iniciativas de paz regionales.
Colombia debería pedir la solidaridad internacional para la búsqueda de la paz, en vez de firmar acuerdos para escalar la guerra, como el que permitirá la presencia de militares estadounidenses en nuestro país.

 

Así lo manifestaron integrantes de las iniciativas nacionales de paz y representantes de organizaciones sociales provenientes de todo el país, quienes se dieron cita este jueves 30 de julio en el Capitolio Nacional para hablar precisamente sobe la paz, en el marco del encuentro: ”La paz vuelve al Congreso”.

 

Ante los presidentes de las Comisiones Accidentales de Paz e Intercambio Humanitario del Congreso, el representante Mauricio Lizcano y la senadora Gloria Inés Ramírez, los activistas por la paz rechazaron al unísono el reciente acuerdo firmado por los gobiernos de Colombia y Estados Unidos, que permitirá la presencia de militares norteamericanas en bases colombianas y que ha propiciado una nueva crisis diplomática con los países vecinos.

 

A juicio de los asistentes, lo anterior no es más que una violación de la soberanía nacional bajo el pretexto de “combatir el terrorismo y el narcotráfico”, con el agravante de que “se escalará el conflicto y se agudizará la crisis humanitaria que vive el país”.

 

Por ello, insistieron en la necesidad de explorar caminos que conduzcan a una salida negociada al conflicto armado y que se generen cambios en las condiciones estructurales que han propiciado la guerra en estas cuatro décadas.

 

Temas como el intercambio humanitario para permitir la liberación de las personas secuestradas por las Farc; adelantar gestiones para un desminado humanitario, impulsar una nueva ronda de conversaciones con el Eln y la necesidad de involucrar de manera más activa a la sociedad civil en cualquier propuesta de reconstrucción nacional fueron ventiladas nuevamente en el recinto del Congreso, algo que no ocurría desde hace ya varios años.

 

A lo largo de las intervenciones, muchas de ellas de organizaciones asentadas en regiones golpeadas por la confrontación armada y de representantes de grupos poblacionales altamente vulnerables como las mujeres, los indígenas, los afrocolombianos y la población infantil, se hizo hincapié en que el conflicto armado sigue vigente, las guerrillas aún están lejos de ser derrotadas, el paramilitarismo no se ha desmontado y que el drama humanitario es real, doloroso y que no cesa.

 

Por ejemplo, la campaña Juguemos En Serio a la Paz, ejecutada por las organizaciones no gubernamentales Fundación Cultura Democrática (Fucude) y el Instituto Popular de Capacitación (IPC) y que tiene por objeto generar una cultura de respeto por los derechos de la infancia en zonas de conflicto armado, hizo un breve recuento de la crítica situación que vive la población infantil en el país.

 

“En los últimos 10 años han muerto en combate 6.410 menores de edad. En 2009, el Tribunal Internacional sobre Infancia Afectada por la Guerra y la Pobreza estimó que entre 20 y25 mil niños y niñas estarían vinculados al conflicto armado. Lo anterior le ha otorgado a Colombia el quinto lugar en el mundo por reclutamiento forzado de niñez por parte de grupos armados”, expuso Luz Dary Ruiz, coordinadora de la Campaña.

 

De ahí el llamado a los legisladores para se concrete una agenda de paz a nivel nacional en la que se incluya a los infantes y adolescentes dado el alto grado de victimización que vienen padeciendo por cuenta de esto fenómenos, a veces invisibles para la opinión pública y las propias autoridades nacionales.

 

Primeros pasos

Álvaro Villarraga, miembro de la Asamblea Permanente de la Sociedad Civil por la Paz (Asapaz) recordó cómo en la década pasada las iniciativas de paz incidieron en el diseño de agendas para la búsqueda de salidas negociadas al conflicto armado, cuyo logro histórico más grande fue el impulso del “Voto por la Paz, La Vida y La Libertad”, en 1997.

 

Ese año, cerca de 10 millones de electores suscribieron este voto, lo que influyó en algunos hechos humanitarios por parte de los actores armados e intentos de solución negociada. Sin embargo, dicha incidencia se ha venido a menos en los últimos años, debido a la política de “someter militarmente al enemigo”, como única salida viable al conflicto planteada por el Gobierno nacional, en detrimento de las alternativas que plantean la negociación política y los diálogos de paz.

 

“Un ejemplo de ello es que desde el primer periodo de Álvaro Uribe Vélez, el Consejo Nacional de Paz sólo se ha reunido unas tres ocasiones, dos de ellas en respuesta a un recurso constitucional instaurado por las iniciativas de paz”, expresó  Gloria Tobón, integrante de la Red Nacional de Mujeres y quien hizo presencia en el Encuentro.

 

De hecho, la no presencia en el recinto de Frank Pearl, Alto Comisionado para la Paz, quien estaba citado al Encuentro, reafirmó la percepción entre los asistentes de que “al Gobierno nacional sólo le interesa la paz que logré alcanzar por la vía del sometimiento militar”.

 

Por ello, los participantes del Encuentro celebraron que el Congreso haya escuchado las propuestas de la sociedad civil con relación a la paz y llamaron la atención de los legisladores para que posicionen el tema en la agenda política nacional.

 

“Hace rato que no se hablaba de la paz y mucho menos en el Congreso y esperamos que este sea un primer paso para que se abra de nuevo este debate en la agenda legislativa”, agregó Tobón.

 

No obstante, los representantes de las organizaciones sociales son conscientes que frente al panorama actual será difícil “cambiar el péndulo” hacia una iniciativa que propenda por la salida negociada al conflicto armado.

 

“El panorama es muy difícil, porque se ha posicionado en el imaginario colectivo que no vale la pena construir un discurso sobre la paz; de hecho, en los actuales precandidatos presidenciales lo que se observa es un continuismo de la política militar. Pero hay voces importantes a nivel nacional e internacional que quieren ayudar a cambiar ese discurso guerrista que predomina en Colombia”, señaló Camilo González Posso, presidente de Indepaz.


Las palabras pronunciadas al final del Encuentro por la senadora Gloria Inés Ramírez, presidente de la Comisión Accidental de Paz e Intercambio Humanitario del Senado, ratifican la percepción de González Posso. “Aquí hay más de uno que está trabajando por la paz y vamos a comprometernos a sacar este tema adelante”, dijo Ramírez.