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ONG examinarán estado de la Seguridad Democrática en Medellín

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Durante el encuentro se expondrán los resultados de la investigación realizada por C. Nuevo Arco Iris con relación a Medellín.
¿La ola de violencia que vive actualmente Medellín se puede calificar como la manifestación de un conflicto armado o se trata simplemente del resurgimiento de una criminalidad organizada? ¿Detrás de estos hechos están estructuras mafiosas de gran alcance o bandas de delincuencia juvenil con poder de fuego? ¿Se puede hablar del fracaso de la política de seguridad democrática en la capital antioqueña?

 

Estas y otras preguntas serán abordadas en el conversatorio “Territorio, poder y mafias” que se llevará a cabo este lunes 7 de diciembre desde las 8:30 de la mañana en el Museo de Antioquia.

 

El encuentro, que hace parte del ciclo Diálogo Diverso, organizado por el Instituto Popular de Capacitación (IPC), contará con la presencia de León Valencia, columnista y director ejecutivo de la Corporación Nuevo Arco Iris; Jorge Mejía, ex secretario de Gobierno de Antioquia; y Max Yuri Gil, investigador de la Unidad Permanente para los Derechos Humanos de la Personería de Medellín.

 

Durante toda la mañana, los analistas expresarán sus opiniones sobre lo ocurre en la capital antioqueña, donde la encarnizada guerra entre bandas delincuenciales en las comunas de la ciudad, sumado a la emergencia de “nuevos pequeños capos” del narcotráfico que buscan lograr un dominio hegemónico de esta actividad ilegal, ha derivado en un preocupante aumento de los homicidios que a la fecha ya suman más de 1.700.

 

“La idea es debatir sobre los actores que están generando toda esta ola de criminalidad e inseguridad en la cuidad y plantear algunas ideas sobre las motivaciones de estos”, señaló Jorge Mejía, uno de los invitados al conversatorio, quien espera plantear allí sus hipótesis sobre las causas del incremento de la criminalidad.

 

“En mi opinión toda esta situación se origina en un proceso de desmovilización mal orientado, tanto en lo nacional como en lo local. Prueba de ello es que buena parte de los integrantes de las bandas que hoy tienen en jaque a la cuidad, son desmovilizados”, agregó el ex -Secretario de Gobierno departamental.

 

El espacio también servirá para presentar en la capital antioqueña la más reciente investigación elaborada por la Corporación Nuevo Arco Iris titulada: 2009, ¿El declive de la Seguridad Democrática?, en donde la organización evalúa los resultados y el impacto que ha tenido esta política gubernamental en el último año.

 

Allí, León Valencia, director ejecutivo de la Corporación y reconocido columnista, defenderá la seriedad y la rigurosidad del documento, que ha generado un álgido debate político a nivel nacional y que le ha significado a esta organización no gubernamental recibir duros calificativos por parte de funcionarios del Alto Gobierno.

 

“Debemos situar la discusión en los hallazgos de la investigación como tal y no en aspectos políticos que generan una gran presión. Vamos a plantear en el conversatorio una reflexión, que nos parece muy pertinente, sobre cómo hoy día hay unos actores que se disputan por la vía violenta el poder, las rentas legales e ilegales, los territorios en las regiones y cómo eso trasciende en lo nacional”, aseguró Valencia.

 

 

 

Medellín, caso emblemático

Precisamente uno de los capítulos de dicho informe está dedicado a la ciudad de Medellín, pues a juicio del columnista y director de la organización no gubernamental, la capital antioqueña constituye el caso emblemático que mejor ejemplifica lo que pasa en otras ciudades del país. “Comprendiendo lo que pasa en Medellín, se puede entender lo que pasa en el resto del país”, indicó Valencia.

 

El informe contiene un análisis exhaustivo del proceso de desmovilización, desarme y reinserción de por lo menos 3.000 combatientes de los bloques Cacique Nutibara y Héroes de Granada, que operaron en Medellín y Oriente cercano del departamento, particularmente este último.

 

Gracias al detallado seguimiento cronológico de los hechos que marcaron el antes, el durante y el ahora de este proceso, el texto sugiere como conclusión que si bien el programa de reinserción liderado por la Alcaldía de Medellín tuvo éxitos individuales, fracasó en su intento por desmontar la hegemonía criminal afincada en la figura de Diego Fernando Murillo, alias don Berna, quien fuese jefe máximo de dichos bloques y que ahora purga una condena de 35 años en una prisión de los Estados Unidos por el delito de narcotráfico.     

 

Precisamente el análisis de la Corporación señala que el traslado de alias don Berna del penal de máxima seguridad de Itagüí a la Cárcel de Combita, Boyacá, en agosto de 2007, y posteriormente su extradición hacia los Estados Unidos, en mayo de 2008, fracturó esa unidad de mando que llegó a tener el ex jefe paramilitar sobre sus estructuras desmovilizadas, que a su vez incidió en una reducción ostensible de las muertes violentas en la capital antioqueña entre 2004 y 2006.

 

Dicho vacío de poder, sugiere Nuevo Arco Iris, generó luchas intestinas entre ex jefes paramilitares, facciones de organizaciones criminales como la denominada Oficina de Envigado y nuevos capos como alias don Mario, alias Sebastián y alias Valenciano; guerra que comenzó a sentirse con fuerza desde el segundo semestre de 2007 y que las autoridades locales aún no logran detener.

 

“El modelo de seguridad no ha sido eficaz en el propósito de establecer el monopolio de la violencia en el Estado; la ciudad sigue estando ocupada por muchas de las bandas criminales que existían hace más de una década, la criminalidad se concentra en los mismos barrios y la disminución de indicadores de delincuencia obedece casi siempre a la hegemonía de algún sector del narcotráfico o el paramilitarismo, produciendo una temporal, frágil y peligrosa estabilidad en las condiciones de seguridad, que se rompe cada vez que se altera la cadena de mando”, advierte en texto en uno de sus apartes.

 

Por ello, Valencia no duda en señalar que la capital antioqueña es, hoy por hoy, el laboratorio regional donde se teje una intrincada red mafiosa con intereses expansionistas nacionales.


“Expresiones criminales que surgieron en Medellín se están presentando en otras ciudades. En Bogotá, por ejemplo, se han registrado más de 600 homicidios por sicariato, fenómeno que no era común en esta ciudad. Medellín muestra cómo fracasó un modelo de reinserción y cómo la política de seguridad no ha sido eficaz en desmontar las estructuras mafiosas”, aseveró el directivo y columnista.