A la ya delicada situación de orden público que vive el corregimiento Altavista, occidente de Medellín, por cuenta de los fuertes enfrentamientos entre bandas delincuenciales que se vienen registrando desde finales del año pasado, se suma ahora la circulación de una serie de panfletos amenazantes que han generado zozobra entre la comunidad.
Los panfletos, que comenzaron a circular desde principios de la semana pasada en la parte alta del Corregimiento y del que aún se desconoce su autoría, señala que quienes se encuentren en las calles después de las 10:00 de la noche corren serio peligro y además, sentencia de muerte a una veintena de personas, principalmente jóvenes, por considerarlas “dañinas para el barrio”.
Lo preocupante es que, según la misma comunidad, las personas allí señaladas son reconocidas por su comportamiento ejemplar y gozan del afecto de vecinos, líderes comunitarios y habitantes en general.
Uno de esos casos es el de Gloria Piza, vicerrectora de
El hecho generó consternación entre la comunidad educativa, quienes reclamaron de las autoridades medidas de seguridad que permitan el regreso de la educadora, reconocida por su entrega a la labor educativa y el apoyo a las actividades comunitarias en Altavista.
Otro de los casos es el de don Jairo*. Desde que conoció la “lista negra” no duerme de la preocupación pues el nombre de su hijo aparece allí. “Él es un buen muchacho. Estudia en la universidad, no se mete con nadie. A mi me da mucho miedo porque dicen que no puede haber nadie después de las 10:00 de la noche y mi hijo, por el estudio, siempre llega después de esa hora a la casa. Yo me muero donde le llegue a pasar algo”, relató el padre de familia.
La situación fue objeto de análisis por parte del secretario de Gobierno Municipal, Juan Felipe Palau, quien presidió una reunión celebrada este jueves 4 de marzo en las instalaciones de
Allí los funcionaros escucharon atentamente las preocupaciones de los residentes y se comprometieron a estudiar la situación a fin de encontrar soluciones que devuelvan la tranquilidad al Corregimiento.
“Vamos a estudiar la posibilidad de ofrecer protección especial por parte de
Por su parte, el subsecretario de Orden Civil, Jorge E. Ceballos, manifestó a los asistentes al encuentro que “lo único que se puede afirmar sobre los autores de este hechos es que fue elaborado por personas que no son del sector”.
Antecedentes
No es la primera vez que la población de Altavista vive momentos de alta tensión a raíz de la circulación de panfletos amenazantes. En octubre del año pasado, Janeth Martínez y Jorge Murillo, dos de los más representativos líderes comunitarios del barrio Nuevo Amanecer, ubicado en la parte baja del corregimiento, debieron abandonar sus viviendas debido a las fuertes amenazas de muerte proferidas en su contra por grupos armados.
Sus nombres, al igual que otros líderes comunitarios de Nuevo Amanecer, aparecieron en una “lista negra” elaborada por hombres armados al servicio de alias Valenciano. De acuerdo con declaraciones entregadas por Martínez a
Desafortunadamente, Murillo falleció en el mes de diciembre de
Lo anterior se suma al incremento de los homicidios que registró el año anterior el corregimiento producto de los enfrentamientos entre bandas delincuenciales al servicio de alias Valenciano y alias Sebastián. Según el reporte de Medicina Legal, el año anterior fueron asesinadas 25 personas, cifra superior a 18 homicidios registrados en todo el 2008, mientras que a febrero 28 de este año ya se registran 7 asesinatos, cuando en el mismo periodo de 2009 sólo se había presentado un caso de homicidio.
“Si ha habido tregua entre bandas, pues aquí no se ha sentido”, sentenció una habitante que pidió reserva de su nombre debido al temor que siente al hablar de lo que pasa en su barrio. “En las últimas semanas se han presentado varias balaceras muy fuertes”, agregó.
Al término del encuentro, la personera delegada para los Derechos Humanos, Patricia Aristizábal, señaló que pese al compromiso adquirido por el Gobierno Municipal de acompañar permanentemente a esta comunidad, el temor a denunciar persiste entre los habitantes.