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En barrios de Medellín quieren trabajar en pro de los derechos humanos

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El interés por temáticas relacionadas con los derechos humanos parece abrirse camino entre los habitantes de Medellín. Prueba de ello es el incremento de proyectos priorizados por las comunidades través del programa Presupuesto Participativo.  

 

Para este 2011, siete de las 16 comunas de la ciudad destinaron recursos para trabajar en el fortalecimiento de mesas de derechos humanos. Esto quiere decir que para el presente año las comunidades contarán con un presupuesto de 857 millones de pesos, muy superior a los 330 millones de pesos priorizados en 2009 para este mismo componente. 

¿Y que suscita el interés? Dora Luz Cyro Vélez, integrante del Equipo Técnico de Gestión de la comuna 15 (Guayabal) señaló que la situación actual de la ciudad, donde la preocupación por la seguridad ciudadana predomina en la agenda de las comunidades barriales, hace necesario un trabajo fuerte de sensibilización en materia de derechos humanos.  

“En comunas como la 15, que tiene niveles de vida más o menos buenos, la gente cree que los derechos humanos sólo tienen que ver con el conflicto armado o con lo que pasa en lo rural. Pero si se sensibiliza a la comunidad, se le dice que los derechos humanos tienen que ver con todo, se pueden mejorar cosas en materia de convivencia”, dijo. 

Precisamente un sondeo realizado por los líderes de esta comuna en 2008 puso en evidencia que la convivencia ocupaba el tercer renglón de preocupaciones para los habitantes y, en este ítem, los principales problemas derivaban de la venta de estupefacientes y la violencia intrafamiliar. Para ello, anualmente los grupos de trabajo comunitario destinaban cerca de 30 millones de pesos para  realizar una jornada jurídica que, a juicio de Dora Luz, nunca rendía los resultados esperados. 

Pero, para 2010, los habitantes de todos los barrios de la comuna 15 señalaron que la problemática que más aquejaba a este amplio sector del sur de la ciudad (y el que requería acciones urgentes) era la seguridad. “En estos momentos se presenta una confrontación muy fuerte entre bandas de Itagüì y Guayabal, en el sector ‘El bolo’, que repercute fuertemente en toda la comuna. Además, está el tema de robos, atracos y presencia de habitantes de calle que aumentan la sensación de seguridad”, explicó. 

De ahí que para este año los dirigentes barriales se hayan trazado como meta una fuerte labor de sensibilización en derechos humanos entre jóvenes y adultos. “Vamos a motivar la creación de un concurso de música hip-hop con letras relacionadas con los derechos humanos. El tema hay que saberlo introducir entre las comunidades. Con los adultos vamos a iniciar un tipo de talleres, para educarlos y cambiarles la perspectiva que tienen del tema”, añadió. 

En la misma línea se ubica John Fernando García, coordinador de la Mesa de Convivencia de Presupuesto Participativo en la comuna 2 (Popular), quien cree que sólo a través de la capacitación las comunidades podrán apropiarse de una cultura en derechos humanos que les permita avanzar en la defensa de los mismos, vulnerados continuamente. “La gente simplifica los derechos humanos al conflicto armado y no lo relacionan con muchas cosas: la salud, la educación, el desarrollo de la personalidad, en fin. Es necesario mayor capacitación en el tema”, expresó. 

A lo largo de los dos últimos años, John y un grupo de líderes comunitarios han venido desarrollando, de manera silenciosa, una serie de acciones tendientes a mejorar la convivencia barrial y a minimizar el impacto que pueda tener la disputa entre combos delincuenciales que se presenta en algunos sectores focalizados de la comuna 2.    

“Hemos visto que en otras comunas se hace un trabajo muy fuerte de denuncia. Nosotros venimos desarrollando una labor más de sensibilización, de acercarnos al actor armado y pedirle que no involucren a los menores de edad en el conflicto armado, que respeten las instituciones educativas, que no se metan a arreglar los conflictos de los vecinos porque para eso está la Casa de Justicia”, agregó. 

Gracias a esta labor, el grupo de líderes logró mediar, a mediados del año anterior, en un conflicto que se venía registrando entre bandas delincuenciales del sector Sinaí (Moravia) y El Popular. “Hicimos una labor de intervención, pero enfocado en tratar de aliviar la tensión de los habitantes del sector. Contactamos a los actores armados y en ese trabajo contamos con el apoyo de la Casa de Justicia. El conflicto no se ha solucionado, pero por lo menos sí ha disminuido su intensidad”, mencionó John. 

Actualmente, habitantes de las comunas 2, 8, 15, 16, 12, 13 y 6 han priorizado proyectos para el fortalecimiento o creación de mesas de derechos humanos. Esto ha motivado a la Administración Municipal a articular el trabajo de las mesas a las actividades que viene realizando la Secretaría de Gobierno en materia de movilización ciudadana. 

Si bien los líderes barriales ven con buenos ojos el interés de la Municipalidad, también esperan que esta creciente motivación por crear espacios de trabajo en derechos humanos se consolide en una iniciativa netamente ciudadana que, incluso, sirva de ejemplo para otras ciudades.  

“Lo que se ha hecho en la comuna 6 ha servido de ejemplo para otras comunas. Eso nos llena de orgullo y nos muestra que se pueden hacer cosas contando con la participación activa de la ciudadanía. Por eso, creemos que, de llegarse a dar una articulación, debe mantener ese carácter ciudadano”, indicó Rafael Rincón, integrante de la Mesa de Derechos Humanos de la Comuna 6. 

En eso también coincide Dora Luz, quien siente que es hora de que la ciudadanía asuma un rol activo en cuanto al trámite de la resolución de sus conflictos, pues son ellas las que conocen sus particularidades: “Muchas veces llegan los funcionarios municipales, con muy buena voluntad, pero desconociendo muchos procesos barriales. Por ello, muy bueno que se creen mesas de derechos humanos en todas las comunas, pero con una esencia netamente ciudadana”. 

El interés por el tema de los derechos humanos viene creciendo en la comunidad. La Administración Municipal siente que la movilización puede ser una poderosa estrategia que ayude a detener el derrame de sangre en los barrios de la ciudad. Sólo falta esperar que ambas expectativas puedan encontrarse en el camino, por el bien de la ciudad.