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Movimiento cívico pintó de blanco a Bello

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En Bello, la ciudadanía dio una lección de democracia al elegir como ganador de las elecciones al voto en blanco.

“Estoy asustada porque vamos a ganar. Mucha gente está votando en blanco”. Luz Imelda Ochoa, líder del movimiento cívico Ciudad Bello que promovía el voto en blanco en este municipio, no era feliz con su presentimiento. La voz ronca, los gestos amables con quienes llegaban a saludarla a la sede de campaña  y una que otra orden a sus asistentes la mantenían ocupada. Sus ojos, pese a la victoria que sentía cercana, no le brillaban.

Ni ella creía posible su propio triunfo. “Hicimos una campaña hermosa, un buen trabajo”, le dijo a su equipo en la última reunión antes de las elecciones. El grupo, lleno de jóvenes que tenían más ganas de aprender que experiencia electoral, le dijeron a ‘Luchi’ que esperara, que creyera, que habían trabajado muy duro y que de pronto ganaban.

La sede del movimiento cívico estaba en calma a una hora del cierre de las votaciones. Candidatos y simpatizantes del Polo Democrático, Partido Verde, cristianos y defensores de animales esperaban. No eran más de 25 personas.  Un letrero escrito con aerosol que decía ‘vota en blanco’ era la única señal que identificaba la entrada.

La incredulidad no era pesimismo, era más bien realismo político: si es difícil vender un candidato, era mucho más complicado convencer a más de 30 mil personas de que votaran en blanco en Bello, municipio dominado por la clase política tradicional y especialmente por la casa Suárez, representada en el detenido Óscar Suárez y en su hermana Olga, que actualmente es senadora de la República.

Candidato único vs. voto en blanco

El detonante de esta iniciativa en pro del voto en blanco fue la candidatura única a la alcaldía representada en Germán Londoño. Según varios líderes políticos de Bello, su elección dentro del ‘suarismo’ estaba lista desde diciembre pasado cuando le dio el aval Óscar Suárez, el mismo con el que se ha gobernado en ese municipio los últimos 20 años y que le valió la adhesión de cuatro partidos y tres movimiento políticos bajo el slogan de campaña de ‘Nos une la prosperidad’.

Londoño se quedó sin oposición porque Luz Imelda, a quien el Partido Liberal no le otorgó el aval y decidió aspirar por firmas a nombre de Ciudad Bello, tuvo que desistir porque, tras la anulación de 22.089, no alcanzó las 50 mil firmas válidas, requisito que exige la ley para inscribir un candidato independiente.

Para recogerlas hipotecó su casa y recorrió las calles en busca de los ciudadanos que querían apoyar su aspiración. La Registraduría, en carta del 5 de octubre, afirma que revisó 66.840 rúbricas y que de ellas solo eran válidas 34.783. Además, de las 22.089 anuladas hubo 158 de personas fallecidas y 2.127 con datos incompletos. Las cuentas a los miembros del movimiento cívico no les cuadran porque, según ellos, entregaron 56.710  a este ente público. ¿De dónde salió el resto?, se preguntan.

Historia de una líder popular

A los pocos minutos del cierre de las urnas, los miembros del equipo de voto en blanco reciben cada vez más llamadas a sus celulares. Testigos electorales informan que en los conteos el voto en blanco es mayoría.

          ¿Cómo vamos, qué se sabe?

          Necesitamos medios de comunicación, que se metan a las instituciones para que estén pendientes de los conteos.

La sede política comienza a llenarse de personas, la suspicacia por un posible fraude electoral está en el ambiente. Luz Imelda recuerda la forma como John Jairo Roldán perdió hace cuatro años las elecciones, fraude que el mismo candidato denunció mas no hizo prosperar, pues luego se convirtió en uno de los candidatos a la Cámara de Representantes apoyados por los Suárez.

‘Luchi’, como le dicen todo los que la conocen, sabe de los ardides y las triquiñuelas en Bello: diez años en la oposición política y dos periodos completos en el Concejo  son la prueba. Sin embargo, algunos políticos critican en su carrera la unión que tuvo en los comicios de 2004 con Convergencia Liberal, movimiento disidente del liberalismo fundado por el diputado César Pérez García, quien hoy está en la cárcel a la espera de un fallo de la Corte Suprema de Justicia por su presunta participación en la masacre de Segovia de 1988.     

Luz Imelda reconoce  que de Convergencia le quedan muchos amigos, pero que se separó del movimiento desde 2007. A la fecha, la líder popular no registra ningún antecedente de tipo penal ni disciplinario en la Procuraduría General de la Nación.

Habitante de Bello de toda la vida, liberal desde sus inicios políticos y médica pediatra en ejercicio, ayuda a la comunidad  desde muy joven, en parte porque su religión se lo exigía. Durante 30 años asistió a la Iglesia de la Luz del Mundo, culto cristiano originado en México que encontró asiento en Bello y del que hace parte la mayoría de su familia. Hoy, la nombran apartada porque no asiste a ninguna congregación religiosa. 

Noticias que alientan esperanzas

“Al carro de la doctora le chuzaron una llanta”, comenzó a comentar la gente en la sede del voto en blanco. El chevrolet Sprint que llevó a Luz Imelda y a su equipo por todos los rincones del municipio tenía una llanta baja, que arreglaron de inmediato.

Las calles céntricas de Bello estaban tranquilas durante el conteo de votos: los sordomudos mantenían sus conversaciones en el monumento a Marco Fidel Suárez, los niños adelantaban su fiesta y caminaban por el bulevar cercano a la Alcaldía, donde dos hombres se iban a trenzar a cuchillo antes de la llegada de la Policía.

En sus calles, en su ambiente y en su gente, Bello aún recuerda mucho el pueblo que nació de la mano de la industria textil. Hoy vive una tensión interior que quiere convertirla en una ciudad con cerca de 500 mil habitantes (el municipio no capital departamental del país con mayor número de habitantes) y un desarrollo urbanístico en auge por ser proyectada como el polo de crecimiento del Valle de Aburrá hacia el norte.

Boletín tras boletín de la Registraduría crecían la tensión y la alegría en  la sede. Luz Imelda no miraba los resultados, solo atinaba a hablar por celular y a fumar un cigarrillo tras otro. ‘Si luego del 50 por ciento de los resultados seguimos arriba tenemos que irnos’, decía a sus más cercanos.

No era paranoia, la campaña rival estaba ubicada a menos de una cuadra y el riesgo de una turba era latente. Con los minutos y la cercanía del triunfo, la Policía envió refuerzos a la sede del movimiento cívico Ciudad Bello. Luz Imelda tenía que irse del municipio.

“Váyanse con calma a la casa y descansen. Los quiero mucho”: así se despidió la líder de Ciudad Bello de las cincuenta personas que esperaban los resultados en la sede. La central logística del día en pro del voto en blanco se quedó sin celebración y fue cerrada por la Policía al poco tiempo de haber salido la candidata.

“A mí nadie me creyó que ya había voto de opinión en Bello, que está listo para la nueva historia. La gente votó a conciencia porque el voto en blanco es un voto consciente. Solo sé que Bello escogió su destino, que esto es una ciudad y aquí se vota libre”, decía orgullosa mientras salía escoltada del municipio por unas calles solitarias y silenciosas, calles de domingo.

Por nuevas elecciones, ¿y una nueva política?

– Usted es un monstruo.

– Doctor Pardo: usted sabe que soy liberal, tengo 10 días para inscribirme y necesito que usted me dé el aval. El martes estoy en Bogotá, doctor Pardo.

Pase lo que pase, el movimiento cívico Ciudad Bello pasó a la historia política de Colombia porque su iniciativa convirtió por primera vez el voto en blanco, hasta ahora cenicienta electoral, en un candidato con atributos, propuestas y con el poder de hacer repetir las elecciones.

En Bello continúan las justas electorales y con los días se aclarará el papel que jugarán los Suárez, el fortalecimiento o desarticulación de la oposición y las apuestas de cara a una frenética carrera electoral en la que nada está escrito. “¿Qué estarán pensando ‘las bandas’?”, se preguntaba un analista político del municipio sobre el rol que jugarán las organizaciones delincuenciales en los nuevos comicios.

Será en las elecciones de diciembre en las que Bello dirá si está dispuesto a transformarse políticamente. Por ahora, que gane el voto en blanco es una muestra clara del dolor y la rabia acumuladas durante décadas contra unos partidos políticos y una institucionalidad que no representa a la gente del común. Quizás sea el momento. Así lo dijo un ciudadano que, además de elegir, dejó escrito en su voto: “No caben nuestros sueños en las urnas”.