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Atrasos y rechazo rodean la canalización de la quebrada La Marinilla

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Bajo un plástico negro, que hace las veces de tienda de acampar, un grupo de areneros y ambientalistas protestan al bordo de la quebrada La Marinilla, en el municipio del mismo nombre. Los manifestantes se oponen a la canalización del afluente, argumentando que se quedarán sin empleo y que el daño ambiental será irreversible; además critican los retrasos en las obras y la falta de un componente social para apoyar a los afectados.
El improvisado campamento se montó en una llanura, frente a la Institución Educativa San José, a las afueras de Marinilla, Oriente Antioqueño. En esa zona más de 30 playeros se ganan la vida sacando arena en los recodos de la quebrada, la mayoría lleva más de 10 años trabajando en el lugar y aseguran que se quedarán sin empleo porque los muros de contención les impedirán sacar el mineral.
Wilson Giraldo, líder de los playeros y padre de cuatro hijos, manifestó que desde el pasado 9 de mayo decidieron acampar en ese sitio para impedir que empiecen las obras porque, según él, la administración les dio la orden de desalojar pero no les ha brindado una solución laboral. También explicó que si los sacan “unas 150 personas quedarán perjudicadas, porque somos 30 familias y hay areneros con más de cuatro hijos.”
Este hombre trigueño, de manos gruesas, cejas despobladas y cara colorada, aclaró que semanalmente cada playero conseguía entre 150 mil y 200 mil pesos, pero desde que les impiden trabajar, obtienen poco más de 30 mil pesos a la semana. Por eso, mientras acomoda la gorra militar y el trapo rojo que usa sobre su cabeza, Wilson afirma que continuarán protestando hasta que les den una solución efectiva.
Para cuidar que la retroexcavadora no entre a la llanura y comience a trabajar, los areneros se turnan para pasar la noche en el campamento en grupos de cuatro; de esa forma no descuidan a sus familias. En el día mientras unos trabajan, otros se congregan junto a un fogón de leña para cocinar una sopa de papas o un sancocho. En medio de ese ambiente, diariamente llega al campamento Leonardo Naranjo, líder de la Asociación Ecológica Oxigeno, quien junto a otros ambientalistas apoya la protesta de los areneros.
Moreno, barbado y con buen dominio de la palabra, Leonardo explicó que nunca estuvo de acuerdo con canalizar el afluente porque piensa que de esa forma están “matando” la quebrada. “En este momento con el cauce que tiene la quebrada uno puede bajar en neumático, cada año hacemos el bote paseo, e incluso hay peces, así creamos que no. Con el trabajo que se le hace de canalización, así nos esmeraremos mucho en purificarla, nunca podría haber peces en la quebrada, ni la gente podría venir a tirar baño con los niños.”
El líder ambiental reveló que, junto a los areneros, acudió a esta vía de hecho como una medida desesperada y urgente, porque considera que las autoridades no tuvieron en cuenta sus propuestas, que prácticamente les impusieron el proyecto y que ahora lo quieren ejecutar  de forma desordenada.
De acuerdo con la información de la Corporación Autónoma CORNARE, el proyecto de recuperación ambiental y de capacidad hidráulica de la Quebrada La Marinilla, comenzó en junio de 2011 y tendrá un costo superior a los 8 mil millones de pesos.Inicialmente la obra tenía un plazo de 6 meses pero debido a los retrasos se autorizó una prórroga de 7 meses, por lo cual debería terminarse en julio de 2012. Sin embargo aún es incierto el cumplimiento de esa fecha.
Leonardo Naranjo aseguró que, cómo van los trabajos, es casi imposible que se logre terminar todo el proyecto que contempla un doble trapecio, dos puentes y un box culvert. Para este líder, ahora el principal problema es que “sin terminar de canalizar abajo, y con un poco de problemáticas porque no están listos los predios, la administración iba a comenzar obras acá -donde trabajan los areneros-.” Esto implica que un tramo de la obra se quedaría parado y los trabajos estarían en dos frentes distintos.
 

Inconvenientes para avanzar con las obras en La Marinilla

La canalización de la quebrada La Marinilla se realiza para evitar inundaciones y emergencias invernales en las llanuras aledañas a su cauce. La obra comenzó cerca de la entrada principal al municipio, donde los muros de contención, levantados en piedra, le dan un toque colonial a la población. Sin embargo los trabajos tuvieron un tropiezo en el sector de los talleres y la plaza de ferias, porque allí la administración no ha logrado conciliar con los dueños de los predios.
La secretaria de Gobierno de Marinilla, Adriana María Gómez Tamayo, indicó que la Alcaldía no puede pagar más dinero por las propiedades que están al bordo de la quebrada, porque deben ceñirse a los avalúos. “Esos predios tienen un avalúo hecho por un perito mediante un contrato de prestación de servicios. El municipio no tiene ninguna injerencia y los debe respetar. El alcalde puede tener ganas y decir: yo me salgo de esos avalúos, pero si lo hace estaría incurriendo en un delito”, aclaró la funcionaria.
A causa de este inconveniente, la administración decidió adelantar obras en los sectores donde ya se negociaron los predios para evitar más retrasos del proyecto, así como posibles consecuencias jurídicas. Sin embargo también encontraron oposición en el sector de los areneros, donde la secretaria de Gobierno reconoció que no se han brindado alternativas de empleo.
“En ese sentido no tenemos ninguna otra opción, porque ni siquiera nos hemos sentado ni nos han dicho: bueno es que estamos aquí, para dónde nos vamos. Fuera de eso, la competencia es del Gobierno Departamental para que soliciten ante ellos la legalización y el permiso de ejercer la actividad, porque se ha hecho de una manera que no está permitida por las autoridades”, explicó Adriana María Gómez.
Por situaciones como esta, Leonardo Naranjo piensa que el proyecto de la quebrada La Marinilla carece de un adecuado componente social. “Lo otro que está pasando con este proyecto, es que no tuvieron en cuenta lo social, a las personas. Un proyecto no puede generar desempleo, por el contrario debería generarle ingresos a la población de Marinilla. En este caso son 30 playeros y también están los de los talleres que van a ser reubicados ¿Qué va a pasar con ellos?”, se preguntó el líder ambiental.
Aunque se han realizado dos audiencias públicas, Leonardo afirma que en esas reuniones lo único que se hace es socializar el proyecto, pero que no le responden a la población las preguntas que plantea y mucho menos se exponen los impactos sociales o ambientales. Por su parte la secretaria de Gobierno manifestó que la instrucción directa del alcalde es escuchar, respetar y actuar conforme a la ley.
De continuar así la situación, la canalización de la quebrada La Marinilla sufrirá nuevos retrasos y seguramente, sino se han dado soluciones, cuando la retroexcavadora llegue hasta el campamento de los areneros, estos se tomarán de las manos para impedir el paso de la maquina, porque están dispuestos a llevar su movilización pacífica hasta las últimas instancias para que les garanticen su derecho al trabajo.

 

Yhoban Camilo Hernandez Cifuentes
Periodista egresado de la Universidad de Antioquia. Candidato a Magister en Ciencia de la Información con Énfasis en Memoria y Sociedad, Escuela Interamericana de Bibliotecología de la UdeA. Coordinador de la Agencia de Prensa IPC entre 2012 y 2018. Actualmente periodista en Hacemos Memoria. Trabajando por esa Colombia excluida y vulnerada, por aquellos que no son escuchados y por la anhelada paz. Aficionado a la literatura, al rock, a las huertas y a las buenas películas.