Con un cheque en blanco o con un cinturón que perdió la hebilla, compararon algunos críticos al proyecto Cinturón Verde de Medellín. La inconformidad con la propuesta radica en que en pleno mes de agosto aún no se clarifica qué es el Cinturón Verde, cómo se va a ejecutar y dónde se va a desarrollar. Así lo argumento la Veeduría al Plan de Desarrollo, que reclamó espacios de discusión pública para analizar la iniciativa.
Las duras críticas contra este proyecto, que es uno de los programas bandera de la Alcaldía de Aníbal Gaviria, se dieron a conocer durante el foro “Al Cinturón Verde se le perdió la hebilla”, realizado por la Veeduría el pasado 22 de agosto.
Según el veedor, Martín Román Cárdenas, lo más preocupante es que al parecer el Cinturón dejó de ser verde. “O sea como propuesta ambiental de unificar los bordes y ser un corredor biótico que una las partes altas del Valle de Aburrá con el río Medellín, dejó de ser. Y hay unas propuestas de movilidad ligera, tipo tranvía, que nos preocupan porque eso puede generar un incremento en el valor del suelo y un uso distinto del suelo en las laderas, lo que podría dar un cambio en el ordenamiento territorial de Medellín”.
Para Martín Román es necesario aclarar cuáles serán los impactos sociales, económicos y ambientales del proyecto que, según él, también tendría vacíos en la inclusión de los corregimientos. La Veeduría revisó los indicadores del Cinturón Verde en el Plan de Desarrollo y “por primera vez estamos desconociendo los corregimientos. O sea se habla de ocho comunas intervenidas y ¿los corregimientos qué? Si el Cinturón Verde pretende articular el territorio rural con el urbano, dónde están los corregimientos. Espero que esto sea un error, que sean comunas y corregimientos.”
A propósito de los indicadores, el veedor recordó que este proyecto “tiene un flujo muy interesante de dinero. Su desarrollo se extenderá a 8 comunas, impactará a 14.715 hogares que accederán a soluciones de vivienda y generará 149.850 metros cuadrados de espacio público. Los recursos directos al Cinturón Verde, son de 545.098 millones de pesos, lo que representa el 4.5% de la inversión total del Plan de Desarrollo.”
Para Héctor Manuel Lugo, de la Corporación Penca de Sávila, la pregunta central es ¿en qué se van a invertir esos recursos? De ahí su afirmación de que el Cinturón Verde podría ser un “cheque en blanco”, porque “ya se empezó a ejecutar pero nadie sabe: en qué se está ejecutando, en qué consiste el proyecto y cuáles son las implicaciones para la ciudad. Siempre nos llevan a una discusión farragosa entre la EDU, que nunca concreta cuál es el proyecto que va a hacer, y los que cuestionan un proyecto que no conocen.”
Lugo agregó que no está claro si se trata de “un proyecto para vivienda, para empresas forestales o para controlar la expansión urbana. Si van a desplazar la gente que vive en las zonas de alto riesgo, no se sabe a qué otras zonas los van a llevar ni cuál es el proyecto urbanístico que van a desarrollar. No se sabe absolutamente nada, estamos en agosto, el flujo de caja ya empezó a correr y no sabemos en qué se va a invertir y en qué se ha invertido.”
Pero la gerente de la Empresa de Desarrollo Urbano (EDU), Margarita Ángel Bernal, afirmó que la administración municipal tiene un ABC muy claro sobre Cinturón Verde y manifestó que las dudas se deben un poco a la falta de información.
“Desde el primer día de gobierno hemos venido estructurando y diseñando lo que lleva el Cinturón Verde, incluso la idea es que en septiembre o en octubre, estemos iniciando todo el tema del cinturón en diferentes sectores de la ciudad, posiblemente en el sector oriental y el occidental”, expresó Margarita Ángel.
De izquierda a derecha, Francoise Coupe, Margarita Ángel Bernal y Martín Román.
Un cinturón con tres corredores
Detener la expansión de la ciudad hacia las laderas, conservar los espacios naturales y generar desarrollo sostenible en las zonas de periferia, son algunas de las motivaciones esenciales que dieron lugar al Cinturón Verde de Medellín. El proyecto incluirá reforestación, consolidación de parques ambientales, reasentamiento de comunidades en sectores de alto riesgo y tendrá a la movilidad como uno de sus componentes principales.
Así lo planteó la gerente de la EDU, Margarita Ángel. “Uno de los grandes elementos, el corazón que tiene el cinturón verde, es el tema del sistema de movilidad limpia, que ya hemos venido estudiando con distintos fabricantes y analistas; será un costo interesante y que se viene mirando posiblemente como una alianza público privada.”
En total el Cinturón Verde tendrá tres corredores viales que se extenderán a lo largo de la ladera. El primero estará ubicado en la parte superior y consistirá en un camino peatonal rodeado de naturaleza. El segundo corredor será un sendero para bicicletas y para personas con movilidad reducida. Y, el tercero, será el sistema de movilidad limpia que, según la gerente de la EDU, podría desarrollarse mediante un tranvía en cremallera, un monorriel o un bus eléctrico.
Entre los corredores “habrá unos espacios verdes muy interesantes, sobre los cuales se construirán equipamientos para las comunidades. Se hará toda la recuperación de esos sectores bajo el manejo de lo que se conoce como mejoramiento integral de barrios. Y de la parte peatonal hacia arriba se hará una articulación con el Parque Central de Antioquia, con toda la protección que eso implica”, expuso Margarita Ángel.
Según la funcionaria, los equipamientos que se construyan servirán como mecanismos de sellamiento para impedir que la ciudad siga expandiéndose hacia las montañas y, a la vez, propiciarán espacios para la salud, la cultura y la educación. El objetivo es lograr que el Cinturón Verde detenga el crecimiento urbano pero garantizándoles altas condiciones de vida a las personas.
Bajo este argumento, Margarita Ángel rechazó algunas de las críticas que surgieron contra el sistema de movilidad que incluye el proyecto, según las cuales la construcción de vías y de sistemas de transporte podría incentivar el asentamiento de más pobladores en las zonas de ladera.
“Muchas personas han dicho que construir este corredor de movilidad es absurdo porque eso no va a controlar el desarrollo y por el contrario hará que siga creciendo. Pero entonces, ¿condenamos a las comunidades de la alta ladera a que no tengan un sistema de transporte de calidad porque va a seguir creciendo la ciudad hacia arriba? Yo no sé si nosotros tenemos la capacidad de condenar a las personas por eso”, expresó la gerente de la EDU.
Reforzando el tema del desarrollo y la calidad de vida, el director municipal de Planeación, Álvaro Verdugo, manifestó que el Cinturón Verde es una propuesta que trasciende el urbanismo para buscar la construcción social del hábitat. Por eso el funcionario explicó el hecho de que aún no estén definidos los sitios donde se van a construir los equipamientos urbanos, obedece a que esas decisiones incluirán la participación de las comunidades.
“¿Cómo se va a hacer? Vamos a sentarnos con las comunidades, con sus acumulados, con una propuesta, y vamos a decirles, miren lo que ustedes querían, miren lo que pueden tener adicional, que tiene que ir acá, qué tiene que ir allá, para que las personas digan sí señor esto es lo que nosotros queremos como sociedad en este territorio. O sea no hay nada específico que se diga aquí va a ser o va a ser allá, no. Hay una serie de cosas que nos imaginamos que pueden ser. Y va a ser mucho más allá del cemento”, explicó Verdugo.
Sin embargo para César Mendoza, sociólogo de la Fundación SUMAPAZ, el tema de la participación aún es incipiente. “Aquí el problema es que el desarrollo, o más bien el desarrollismo, nunca se consulta con la gente. Cuando ya la gente encuentra es que los proyectos están andando, desarrollándose y consolidándose, la gente está en el último lugar (…) Mire la palabra que utilizan: socialización. La socialización es: te comento lo que voy a hacer pero no te pongo alternativa a discutir.”
Por eso este líder social afirmó que “uno de los principales problemas del Cinturón Verde es que no se lo han consultado a la gente, no le han preguntado cómo quiere ese cinturón, sino que la propuesta está a nivel genérico.”
Además, como integrante de la comuna 3, César Mendoza aseguró que el proyecto tiene un inconveniente mayor y “es qué muchos de los habitantes de Manrique y de la franja oriental de la ciudad, son personas en situación de desplazamiento forzado, pero también son gente que se ha ido para arriba por el empobrecimiento, porque ya no tienen con qué pagar abajo.”
Para atender este tipo de problemática, la gerente de la EDU, Margarita Ángel, reveló que a través del Instituto de Vivienda y Hábitat de Medellín ISVIMED se van a realizar reasentamientos en sitio y puso como ejemplo el proyecto habitacional Juan Bobo, desarrollado en Nuevo Sol de Oriente, comuna 2 de la ciudad.
Esta iniciativa, ejecutada durante la administración de Alonso Salazar, permitió entregar 236 soluciones de vivienda y se destacó por el adecuado tratamiento que le dio a la quebrada Juan Bobo y por los aportes que realizó en materia de amueblamiento urbano, diseño paisajístico, construcción de espacios públicos, recuperación de zonas verdes.
Pero la presidenta del Consejo Territorial de Planeación, Francoise Coupe, llamó la atención porque en un proyecto tan grande como el Cinturón Verde, hay que tener en cuenta otras situaciones que pueden complicar los reasentamientos. “Puede que Juan Bobo sea un ejemplo de lo que se puede mostrar en materia de atención a una población que se reasenta, pero hay otros casos más difíciles y cuya población hoy está sufriendo, entre otras cosas por el paso de la informalidad, con todo lo que implica, a la formalidad en la vivienda; pero también porque persiste la informalidad para obtener los ingresos.”
Por esa razón Francoise Coupe afirmó que es muy importante que se conozca cuál es la población que va a ser afectada por el proyecto, pues por el momento sólo se sabe que el Cinturón Verde se va a desarrollar en ocho comunas, en las laderas oriental y occidental, pero aún se desconoce cuáles son los sectores específicos a intervenir. Además aún no está claro si hay terrenos adecuados para hacer reasentamientos en esas zonas, considerando las condiciones que exige el mejoramiento del hábitat.
“Nos preocupa el tema de la vivienda, el del hábitat, sobre todo en términos de relaciones de los habitantes entre sí y de éstos con la ciudad. El entorno, la forma de vida, las organizaciones. Todas esas rupturas son fenómenos que afectan y queremos que se analice muy bien”, explicó la presidenta del Consejo Territorial de Planeación.
Francoise Coupe concluyó que el Cinturón Verde ha sido un proyecto difícil de seguir porque no ha tenido el suficiente debate ciudadano y aseguró que es necesario continuar haciéndole más preguntas, pues es muy complicado formular una opinión si no se conocen los detalles.
