Construyendo sueños, así hay que recordar a José Luis, un hombre incansable, que estuvo comprometido con la vida y con las prácticas libertarias hasta el último momento. Una espina rodante del desierto mexicano, que unido a otros/as supo sembrar esperanzas en el corazón de su raza y su tierra amada, aportando su jugo, su esencia para hacer realidad los cambios y las transformaciones sociales que siempre anhelo.
Fátima, Rosario, Aldape, Zorrito, Nestora y muchos otros/as fueron su gran familia de CEP, y junto a ellos/as recorrió el desierto, trabajando y llevando un mensaje de unidad y de fuerza humanizada a su amada raza. Inspirador de muchos hombres y mujeres que supieron y pudieron acompañarlo en el largo camino, aprendiendo de él y con él.
Un hasta pronto a un hermano, a un soñador, a un luchador, a un gran ser humano de parte del equipo del INSTITUTO POPULAR DE CAPACITACIÓN – IPC – de Colombia y del Programa Interdisciplinario de Investigaciones Educativas – PIIE – de Chile, con quienes, y junto al equipo de CEP Parras, compartió su creatividad, agudeza, resistencia y fuerza carnal mexicana en sus ideas y prácticas, en torno a ejercicios investigativos y educativos desde el horizonte de la Educación Popular en el último tiempo. Así mismo, un reconocimiento a su aporte significativo a las reflexiones de CEAAL y nuestra América en las últimas asambleas.
El mejor tributo a José Luis es seguir trabajando, luchando y no quedarnos quietos…no alcanzó a ver el libro del trabajo realizado, pero será un testimonio palpable de que él no pasó por la vida de manera ausente…
Adelante…con la fuerza y el calor del desierto mexicano…ese que José Luis tanto amo…