¿Un informe inane?

Editorial por José Girón Sierra, analista de paz y conflicto del Observatorio de Derechos Humanos del IPC

Dice la Real Academia Española de la Lengua que lo inane es lo inútil, lo fútil, lo vano. Con esta palabra León Valencia condensa su valoración de lo que en su opinión fue el resultado final del documento entregado por los doce académicos y los dos  relatores nombrados por el Gobierno y las FARC para que se ocuparan de tres preguntas: los orígenes y las múltiples causas del conflicto, principales factores y condiciones que han facilitado o contribuido a la persistencia del conflicto, y los efectos y los impactos más notorios del conflicto sobre la población.

Es preciso señalar que este esfuerzo, por demás titánico en relación con el tiempo impuesto a sus autores, debe valorarse en primer lugar por el contexto en el cual tiene origen, en segundo lugar por la solvencia académica  de los temas tratados y, finalmente, por sus contenidos.

Con respecto a  los elementos de contexto es necesario reconocer que por primera vez los actores de un proceso de negociación en curso acuerdan la producción de un documento que tocara elementos centrales de un conflicto de larga duración y en el cual unos y otros se declaraban víctimas y negaban cualquier señalamiento de responsabilidades. Se dejaba así en manos de quienes desde el rigor que imponen las ciencias sociales y desde sus propios enfoques y corrientes de pensamiento, podrían analizar el riesgo explicativo de un conflicto cargado de complejidades. Esto no podría pasar desapercibido para quienes lo ordenaron a partir de un pacto, de allí la implicación de sus contenidos. La consecuencia primera de este ejercicio de verdad es que no podrá de aquí en adelante ser ajeno a las decisiones que se tomen en el futuro de este proceso. Pero este ejercicio, como lo fue en su momento entre otros: El Callejón con Salida del PNUD, el Basta Ya del Grupo de Memoria Histórica, la investigación sobre paramilitarismo de la Corporación Nuevo Arco Iris y la Biblioteca de la Paz de la Fundación Cultura Democrática, también tiene  consecuencias para una sociedad inmersa en las explicaciones que de su realidad hacen medios de comunicación y agencias estatales que en no pocos casos tergiversan y manipulan. No se trata pues de cualquier documento académico, se trata del primer ejercicio sobre la verdad del conflicto que modestamente se titula “Contribución al entendimiento del conflicto armado en Colombia”, el cual nace de la voluntad de sus protagonistas centrales.

Una lectura juiciosa de los ensayos presentados permitirá juzgar que, aparte de si se comparten o no las lecturas que se hacen en el desarrollo de las preguntas puestas a la consideración de los académicos, no se puede ignorar que cada uno de los enfoques y perspectivas analíticas están suficientemente fundamentadas en sus correspondientes fuentes primarias y secundarias. Es importante señalar que bien pudiera haberse tenido la expectativa de que al final saliera una lectura común de esta comisión que, en términos populares, sentara cátedra sobre un conflicto cuya complejidad bien pudiera asemejarse a una hidra con sus múltiples cabezas. Pero esta expectativa no es real ni mucho menos deseable. Fue sano que en un momento en el que predominaban y aun predominan las lecturas oficiales, se abriera la diáspora, esto es, una lectura plural y diversa seriamente fundamentada, que le permitiera a los equipos negociadores, pero sobre todo a la sociedad, disponer de elementos para entender lo ocurrido.

Con respecto a los contenidos en los ensayos  presentados, sus críticos afirman que allí no hay nada de novedoso, lo cual es cierto. No le fue pedido a esta comisión que  desarrollara una nueva teoría sobre la tragedia que ha embargado al pueblo colombiano, se trataba de que a partir de investigaciones previas y ejercicios analíticos anteriores se abordaran los tres temas propuestos. El consenso sobre el carácter político del conflicto, la relevancia en la mayoría de los ensayistas de considerar EL CARÁCTER CONTRAINSURGENTE del bloque en el poder, así como el carácter estructural del problema agrario, habida cuenta de lo dicho antes en marco contextual, no se pueden, bajo ningún punto de vista, ser considerados de inútiles. Si se trata de responsabilidades, las conclusiones a las cuales se llegan son ricas en fundamentos y su balance general se precisa reconocerlo, lo cual no le es favorable al Estado Colombiano.

¿Cuáles son algunos de las observaciones que se le deberían hacer a este informe?

La primera: Si bien no era deseable pedirle cierto grado de unanimidad a la comisión si era pertinente que los relatores hubiesen hecho el esfuerzo de organizar las identidades y disensos en torno a las preguntas planteadas y no ocuparse de dos ensayos más. En segundo lugar, preocupa que ni  Insurgencia ni Gobierno se pronunciaran al respecto de este informe, lo cual bien podría ser porque es flagrante su inutilidad, pero también puede ser porque es mejor guardar silencio sobre algo que por sus contenidos no les es conveniente, pues les mueve el piso a sus presupuestos explicativos. No podrá ignorase que no era oficial reconocer  el carácter político del conflicto de allí que se negara incluso su existencia y también que se declarara inexistente el paramilitarismo.

Finalmente, este informe, como todos los trabajos mencionados antes, tienen en común que es un conocimiento que sólo ha circulado en las elites académicas y políticas y casi nada en la sociedad en general. Muy poco esfuerzo se ha hecho porque hagan parte por lo menos de la estructura escolar mediante versiones que las hagan asequibles, menos aún, espacios deliberativos que pongan en juego las diversas lecturas. De no resolverse esta asimetría estaremos expuestos a que sea el discurso de los medios y el relato oficial el que domine en la sociedad.

Además, resulta incomprensible que a tanta adversidad que le circunda al proceso de paz entre el Gobierno y las FARC en La Habana (Cuba), se le agregue que los avances, así sean pocos en materia verdad y memoria como los que se derivan del informe que nos ocupa, resulten inútiles.