Inicio Desarrollo Puede haber una economía al servicio de lo humano

Puede haber una economía al servicio de lo humano

-

Antes de producir agroecológico, Norberto Muriel enviaba su cosecha de cebolla a la plaza Mayorista de Medellín y ni siquiera se enteraba a cómo la vendían. El mayorista, después de vender a 30 mil el manojo, le mandaba 10 o 12 mil pesos por atado, cuando no ocurría que la cebolla, ya marchita, volvía a la finca porque el comerciante no la vendía. Ahora, este campesino vende en mejores condiciones bajo esquemas de comercio justo. Su experiencia, la compartió con los estudiantes de la Escuela de Economía Solidaria.

Poner la economía al servicio de lo humano, y no al revés: el ser humano al servicio de lo económico como ocurre en la actualidad, es una de las propuestas de este proceso pedagógico realizado en Medellín por la Red de Economía Solidaria (Redesol).[i]

La Escuela pretende profundizar los contenidos que se han desarrollado durante las cuatro cohortes del diplomado en Economía Solidaria, también de Redesol, explicó Rodrigo Osorno Ospina, profesional del IPC en el equipo de coordinación del proyecto de Economía Solidaria en convenio con Solidaridad Socialista (Solsoc).

El propósito es cualificar y renovar liderazgos en las prácticas de economía solidaria, construir interlocución con las universidades y articular lo educativo con los procesos organizativos; “es decir, entender lo solidario como movimiento”, anotó Rodrigo Osorno.

En el proceso formativo participan 23 personas entre estudiantes de la Universidad San Buenaventura, la Universidad de Antioquia y la Universidad Nacional, e integrantes de organizaciones sociales como la Red Colombiana de Agricultura Biológica (Recab), la corporación Vamos Mujer y el proyecto Trueque de la Corporación Penca de Sábila

La salida de campo para conocer la vivencia de Norberto tuvo lugar el 24 de octubre en el corregimiento San Cristóbal, occidente de Medellín, donde los estudiantes aprendieron cómo cultivar de manera agroecológica y cómo comercializar en redes solidarias.

Para Jahir Betancur, miembro del Pacto Mundial Consciente y estudiante de la Universidad San Buenaventura, la Escuela ha sido un espacio para conocer más personas con sensibilidad y conciencia por el medio ambiente.

A él, lo marcó de forma particular el intercambio en agroecología porque pudo comprobar “cómo se han implementado conceptos de grandes ecologistas como Fukouka, y otros autores, que ayudan a las personas a tener consciencia sobre cómo cultivar con el método natural.”

Sobre esto, César Quintero, promotor agroecológico de la Corporación Penca de Sávila, explicó que “la agroecología es clave la economía solidaria, porque fortalece o da elementos para que la producción agroecológica se haga en forma asociada, conjunta, organizada. Lo otro, es que los canales de comercialización se dan dentro de los mecanismos de comercio justo.”

Norberto Muriel estuvo acompañado de su hijo durante la jornada con los estudiantes
Norberto Muriel estuvo acompañado de su hijo durante la jornada con los estudiantes

“Para los campesinos de nuestra organización —indicó Norberto— lo más importante es la soberanía alimentaria, tener nuestra propia huerta para el consumo familiar y vender lo que queda a Colyflor —una tienda de comercio justo—. Nos preocupamos por nuestra propia alimentación: digna y sin nada de químicos.”

La organización a la cual pertenece el labriego se llama Campo Vivo, está integrada por 48 familias y se fundó hace 6 años con el apoyo de Penca de Sábila. “Nació debido a la problemática que tenemos con empresarios y políticos que quieren desplazarnos de nuestros territorios”, agregó.

Este tipo de experiencias han sido para Gloria Yarce, representante de la Red de Circuitos Económicos entre Mujeres, avalada por la Corporación Vamos Mujer, la mejor parte de la Escuela, porque luego de recibir conocimientos “uno ve, en la práctica que la economía solidaria funciona y que es una alternativa que poco a poco puede irle haciendo contrapeso al capitalismo tan absorbente en el que estamos.”

Para Gloria Yarce y Jahir Betancur la Escula de Economía Solidaria ha sido un espacio para concer otras personas y experiencias alternativas a la economía tradicional.
Para Gloria Yarce y Jahir Betancur la Escula de Economía Solidaria ha sido un espacio para concer otras personas y experiencias alternativas a la economía tradicional.

Con esto coincide Marcela Rodas Betancour, integrante de la Red de Huerteros de Medellín, a quien la Escuela le “ha servido para ver que hay otras maneras de economía por fuera del mercado capitalista, que es posible, que hay esperanzas, que hay cosas a las cuales uno se puede adaptar, que hay otras formas de negociar y tener economía, que permiten expresarse, conocer gente e intercambiar.”

Norberto da testimonio de esa otra forma de hacer economía. Para él, los precios de sus productos han mejorado mucho. Al cultivar sin insecticidas ni abonos químicos sus cosechas han ganado valor agregado. “Ya uno coge el producto, lo ofrece a la tienda y de una vez le dicen a cómo se lo pagan. Desde que lo estoy cogiendo del árbol ya sé a cómo estoy vendiendo. Pero con el comisionista era a cómo él quisiera pagar.”


Contenidos de la Escuela de Economía Solidaria

Los contenidos de la Escuela de Economía Solidaria están atravesados por tres enfoques transversales: territorio, perspectiva de género e incidencia. El proceso consta de cuatro módulos:

  1. El ABC de la economía solidaria
  2. Territorio y desarrollo
  3. Producción y transformación en el marco de ejercicios productivos solidarios
  4. Comercialización, distribución y consumo en el ámbito solidario
  5. Finanzas solidarias


[i] La Red de Economía Solidaria está conformada por el Instituto Popular de Comunicación (IPC), la corporación Fomentamos, la corporación Vamos Mujer, la corporación Penca de Sábila, la cooperativa Confiar y el proyecto Trueque. La red recibe el apoyo de Solidaridad Socialista de Bélgica (Solsoc)

Yhoban Camilo Hernandez Cifuentes
Periodista egresado de la Universidad de Antioquia. Candidato a Magister en Ciencia de la Información con Énfasis en Memoria y Sociedad, Escuela Interamericana de Bibliotecología de la UdeA. Coordinador de la Agencia de Prensa IPC entre 2012 y 2018. Actualmente periodista en Hacemos Memoria. Trabajando por esa Colombia excluida y vulnerada, por aquellos que no son escuchados y por la anhelada paz. Aficionado a la literatura, al rock, a las huertas y a las buenas películas.