Por: Yhobán Hernández[1]
La crisis económica en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos es apremiante. El propio presidente de ese organismo, James Cavallaro, lo advirtió públicamente. Si la CIDH no recibe recursos, o al menos compromisos escritos de donaciones, antes del 15 de junio, para el 31 de julio el 40% de su personal quedará desempleado.
La situación obligaría a suspender las visitas previstas para este año y los Períodos de Sesiones 159 y 160 programados para julio y octubre. Peor aún, el equipo que trabaja peticiones y casos pasaría de 21 a 7 personas, para tramitar 6.188 denuncias de violaciones a los derechos humanos. Y si nadie sale al rescate de la CIDH se desmantelará totalmente el equipo que trabaja en medidas urgentes de protección para personas y grupos en riesgo.
Las cifras son desconcertantes. Mientras el Consejo de Europa destina el 41,5% de su presupuesto a la promoción y protección de los derechos humanos, cuyo promedio es de 100 millones de euros para atender a 739 millones de personas, en América la Organización de Estados Americanos (OEA) sólo destina el 6% a la CIDH, cuyo presupuesto anual es de 9 millones de dólares para atender a mil millones de personas, lo que representa 9 milésimas de dólar por habitante.
Para el año en curso el balance es más desalentador, pues el presupuesto regular ni siquiera alcanza los 5 millones de dólares, pese a que ese organismo lleva dos décadas haciendo gestiones permanentes ante los Estados miembros de la OEA para asegurarse un presupuesto que le permita cumplir con su mandato.
Aunque han surgido compromisos, el incumplimiento de los países ha sido tal que luego de 20 años de insistencia la Comisión solo ha logrado asegurar la financiación de 31 empleados cobijados por el fondo regular de la OEA, mientras 47 de sus funcionarios son financiados con donaciones y justo ahora están en riesgo de quedar sin trabajo.
Por eso, a través de un comunicado, la CIDH hizo un llamado a los Estados miembros de la OEA para que de manera urgente “adopten una solución sustentable a este grave y crónico problema y demuestren su compromiso con el respeto y garantía a los derechos humanos con hechos y no sólo palabras”[2].
Y es que la situación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, creada en 1959 por la OEA, e instalada de forma conjunta en 1979 con la Corte Interamericana de Derechos Humanos, obliga a preguntar ¿cuál es compromiso real de los países americanos con el Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH)? Pues pareciera que a varios países les incomoda el trabajo de este organismo que ha condenado a algunos Estados por su responsabilidad en la violación de derechos humanos, entre ellos Colombia, Brasil, Ecuador y Bolivia.
No en vano Venezuela se retiró de la CIDH en septiembre de 2013 en medio de una crisis política que aún continúa en ese país y que preocupa a organismos internacionales que velan por los derechos humanos. Un año después, en México la Fiscalía chocó con la CIDH por el caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos en 2014, sobre el cual la Comisión dijo que se ha obstruido la investigación. Y, ese mismo año, en Colombia el Gobierno desacató la orden de la CIDH de brindar medidas cautelares al líder político de izquierda y exalcalde de Bogotá, Gustavo Petro, quien fue destituido por la Procuraduría en lo que el entonces mandatario local señaló como una persecución política.
Resulta entonces obvio preguntar si la incomodad que representa la CIDH para algunos de los Estados miembros de la OEA, brinda una explicación a la crisis económica que hoy vive ese organismo y, peor aún, si la estrategia es debilitar por completo el Sistema Interamericano de Derechos Humanos para así evadir responsabilidades.
El asunto puede ligarse a un dato adicional: los países latinoamericanos y caribeños han aportado de manera voluntaria más de 13 mil 705 millones de dólares a la Corte Penal Internacional que solo lleva una situación relacionada con América mientras que a la CIDH, que lleva más de seis mil peticiones, solo le han aportado 199 mil 600 dólares de manera voluntaria.
[1] Periodista Agencia de Prensa IPC.
[2] OAS, 2016, mayo 23, “Grave crisis financiera de la CIDH lleva a suspensión de audiencias e inminente pérdida de casi la mitad de su personal”, en página Organización de los Estados Americanos, disponible en sitio Web: http://www.oas.org/es/cidh/prensa/comunicados/2016/069.asp