El IPC le dice SÍ A LA PAZ

Medellín, 19 de julio de 2016

Después de 52 años de conflicto armado interno en Colombia, la firma de un acuerdo final de paz entre el Gobierno colombiano y el grupo insurgente de las FARC-EP, le planteará al país un nuevo escenario político con mayores exigencias, requerimientos, institucionalidad y prácticas para una real apertura democrática con inclusión social. Pero antes será fundamental el apoyo ciudadano y la movilización social para la legitimación política, en favor de la agenda acordada dentro de la mesa de diálogos en La Habana (Cuba). En ese horizonte, el Instituto Popular de Capacitación —IPC expresa públicamente su respaldo por el SÍ a la refrendación de los acuerdos de paz, e invita a los ciudadanos y ciudadanas a respaldar el Plebiscito, en este momento histórico para los colombianos.

En los últimos días, en Colombia se han configurado distintas iniciativas de apoyo a la refrendación ciudadana por la paz desde diversos sectores de la sociedad, y con la aprobación del mecanismo del Plebiscito sancionado por la Corte Constitucional se da un paso más en esta dirección, haciendo el camino más claro y esperanzador. Desde el IPC estamos convencidos de que este proceso democrático, así como la construcción de la paz, implica un diálogo más abierto, con sectores más diversos, y en escenarios más plurales.

La paz requiere promoción, pedagogía y deliberación pública. Por ello consideramos que los distintos sectores sociales, políticos y económicos de la sociedad colombiana, deben trabajar con actores disímiles pero convergentes en una intención común: sacar adelante los acuerdos de La Habana para emprender el camino de la paz. Hoy el primer escenario es trabajar por el SÍ y garantizar una masiva e histórica votación.

Hacemos un llamado a las organizaciones sociales, los grupos étnicos, los movimientos sociales, los jóvenes, las mujeres, las organizaciones de víctimas, los empresarios, las universidades, las iglesias, y las colectividades y partidos políticos, para propiciar un debate amplio, abierto y público sobre los alcances de los acuerdos, que permita un voto informado y consciente y contribuya a robustecer la democracia colombiana.

Esto, con el propósito de aumentar el conocimiento del proceso de negociación, disminuir los temores e incertidumbres en el mismo y eliminar las distorsiones que se vienen lanzando desde diferentes sectores de extrema derecha que se oponen a la negociación por el miedo a mayor democracia.

No está de más reafirmar que el plebiscito no es una refrendación al gobierno del presidente Santos, como lo han querido mostrar esos sectores que quieren perpetuar la guerra. El plebiscito es la posibilidad de que la ciudadanía se manifiestealrededor de los acuerdos pactados en La Habana entre el Gobierno y las FARC-EP dentro del proceso de negociación política para ponerle fin al conflicto armado. Para la ciudadanía en general es la opción política de decirle sí a la vida digna, sí a la esperanza, sí al cambio social, sí al futuro, sí a un país mejor. La paz y ese mejor país requieren la afirmación de una sociedad que se oponga a la perpetuación de la guerra y a la opción de la violencia para tramitar nuestros conflictos.

El plebiscito representa entonces un avance significativo en torno al llamado a los colombianos para respaldar y acompañar las transformaciones sociales y políticas que requiere la paz y que podrían surgir de los puntos acordados en La Habana: 1. Reforma rural integral 2. Participación política 3. Narcotráfico 4. Derechos de las víctimas y Justicia y 5. Fin del conflicto.

La paz no es solo para unos cuantos, ni es de unos cuantos. La paz es de todos y para todos, y tenemos que construirla entre todos. Como colombianos y colombianas debemos unirnos en una sola voz que le diga NO a la guerra, SÍ a la paz.