“Soñar un Bajo Cauca con paz territorial sí es posible”

Así lo expresaron los participantes de esa subregión antioqueña que se certificaron en el diplomado "Posconflicto y transformación democrática del territorio".

La paz ha sido un anhelo desde hace más de cinco décadas en las regiones, principalmente rurales, donde se ha desarrollado el conflicto armado. Por eso, pensar en esa paz implica reconocer que la violencia ha generado afectaciones diferenciadas en cada uno de los territorios y que es en aquellos donde deben articularse actores y esfuerzos para la construcción de una paz con enfoque territorial.

No obstante, para conseguir esa respuesta social en torno a la paz es necesario incentivar la formación y empoderamiento de los pobladores de los territorios como sujetos políticos. Y precisamente ese fue el objetivo que se planteó el Instituto Popular de Capacitación (IPC) –y sus aliados– al ofrecer en la subregión del Bajo Cauca el diplomado “Posconflicto y transformación democrática del territorio”.

De aquel, cuya instalación se celebró el 24 de junio, se certificaron el 29 de octubre 52 líderes de Cáceres, Caucasia, El Bagre, Nechí, Tarazá y Zaragoza –municipios priorizados para el posconflicto–. Mientras transcurrían los últimos días de negociaciones entre el Gobierno y las FARC-EP en La Habana, los estudiantes asistieron cada 15 días a la Casa de Justicia de Caucasia, donde cursaron cinco módulos:

  1. Cultura, sujeto y territorio.

2. Acuerdos de La Habana y su relación con la transformación y gestión democrática de las nuevas conflictividades.

3. Modelo de justicia y de reparación, esclarecimiento histórico y garantías de no repetición

4. Territorio –conflicto y paz– y territorialidades incluyentes.

5. Posconflicto–construcción de paz: democracia y transformación institucional.

María Soledad Betancur, investigadora de Agendas Territoriales de Paz del IPC y profesora del diplomado, explicó que ese espacio de formación sirvió para estimular procesos de articulación y diálogo entre líderes campesinos, indígenas, afrocolombianos, juveniles e institucionales, a partir de la reflexión sobre sus realidades territoriales específicas y agendas de transformación con alternativas democráticas.

Ese tipo de ejercicios formativos, indicó Jorge Mario Alzate, director de la Unidad para las Víctimas en Antioquia, abre espacios para que los pobladores sean capaces de reconocerse como sujetos capaces de incidir políticamente –desde sus coincidencias o diferencias– y ejercer control social sobre lo que ocurre en distintos escenarios y con distintos actores que están asentados en sus territorios.

En ese sentido, Jorge Iván Rincón, asistente técnico de la Oficina Territorial del PNUD y también profesor del diplomado, añadió que los participantes tuvieron la posibilidad de adquirir conocimientos y desarrollar capacidades que, además de serles útiles para decidir y construir en sus territorios, deberán poner al servicio de los demás integrantes de sus comunidades.

En representación de los estudiantes, Benito Santero, líder indígena del municipio de Cáceres, leyó un documento a través del cual manifestaron que el diplomado les permitió ampliar su visión acerca de la importancia de los otros –reconocerlos y respetarlos con sus diferencias de origen cultural y postura política– como actores fundamentales de una apuesta común: la construcción de paz en el Bajo Cauca.

En ello se resumen, según añadieron, el mayor aprendizaje que les dejó el diplomado: es posible soñar un Bajo Cauca en paz; el primer paso es creer en que se puede erradicar la violencia, la inequidad y la injusticia, y el segundo, asumir un compromiso frente a la defensa de los derechos propios y el respeto por los de quienes están compartiendo el mismo territorio por hacer parte de una misma comunidad.

A continuación se hallan los comentarios de algunos de los líderes que participaron en el diplomado “Posconflicto y transformación democrática del territorio”, cuyo cierre se realizó el 29 de octubre –cuando aún era incierto el futuro de los acuerdos de paz debido a los resultados del plebiscito– en el auditorio de la sede de la Universidad de Antioquia en el Bajo Cauca.

1Claudia Cadavid Zapata

Directora de la Corporación para el Desarrollo Local (Codel), que trabaja desde Caucasia por el fortalecimiento de las organizaciones sociales del Bajo Cauca en temas de formulación y ejecución de proyectos.

Una de sus expectativas era conocer los temas de fondo que estaban incluidos en los acuerdos de paz, para participar en el plebiscito. Y lo consiguió, tanto que tuvo la posibilidad de discutirlos, argumentando su posición en mesas de trabajo con la junta directiva de la Corporación y líderes de las organizaciones que acompaña.

Le sorprendió la cantidad de aprendizajes que le dejó el diplomado, principalmente sobre el punto de reforma agraria y su contexto histórico. Además, destacó dos temas transversales en el diplomado: territorialidad y participación. Considera que ambos, ligados a las organizaciones sociales, son indispensables en este momento para que los sujetos se involucren en la implementación de los acuerdos de paz.

Además, aseguró que el diplomado era necesario para los líderes del Bajo Cauca, porque en sus municipios se han presentado múltiples formas de violencias, como las ocasionadas por los grupos armados al margen de la ley y demás actores que se han disputado negocios en torno a los cultivos ilícitos y la minería.

2Gabriel Ángel Muñoz Galeano

Sociólogo y líder del Programa de Desarrollo Social y Comunitario de la Alcaldía de Caucasia.

Pidió estar en el diplomado porque quería adquirir más conocimientos sobre el conflicto armado –que le ha arrebatado familiares y lo ha desplazado– y las perspectivas de paz que le generan al país las negociaciones entre el Gobierno y las FARC-EP.

Le atrajo particularmente el tema de la ruralidad, por las oportunidades de desarrollo que habrá para los campesinos en el posconflicto. Y porque su trabajo lo ha llevado a relacionarse con las juntas de acción comunal de las veredas y corregimientos de ese municipio, a través de las cuales ha conocido el abandono estatal en que viven los pobladores de esos territorios.

Estando en aquellos lugares, notó las confusiones y la polarización política que rodeaban a los acuerdos de paz. Por eso, intentó reunir a los campesinos para hablarles de los acuerdos, principalmente de sus ventajas para ellos y los demás colombianos que viven en la ruralidad. También les llevó documentos y les compartió algunas reflexiones que él mismo escribió. Todos, dijo, se lo agradecieron.

3Eliana Hernández Quiroz

Comunicadora social-periodista y coordinadora de la Emisora Cultural Universidad de Antioquia para el Bajo Cauca. Reside desde hace cinco años en Caucasia.

Por ejercer mejor su oficio, se interesó en el componente de posconflicto. Quería, primero, tener herramientas conceptuales para entenderlo y, segundo, saber qué significaba eso para una subregión permeada históricamente por el conflicto armado. Los encuentros le permitieron conocer experiencias acerca de la violencia que han vivido los pobladores, cómo se las han arreglado para resistir y cuáles han sido las fallas o aciertos de la institucionalidad.

Parte de todo eso se convirtió en insumo para la agenda informativa de la Emisora. No podía desaprovechar la oportunidad de acceder de primera mano a los relatos de las personas que han vivido el conflicto, para realizar producciones radiales que sirvieran de pedagogía para la audiencia. Así abordó distintas realidades del Bajo Cauca en clave de conflicto y paz (posconflicto).

Desde su perspectiva, el diplomado sembró una semilla de participación y movilización ciudadana, pues a pesar de que hay líderes empoderados y con visión política de sus territorios, también hay quienes no se han asumido como sujetos políticos. A algunos de estos últimos, señaló, hay que seguir concientizándolos de que su voz es valiosa y su voto cuenta. Por eso son importantes diplomados como este.

4Jesús Antonio Tate

Miembro del Consejo Mayor de Comunidades Negras de El Bagre, que agremia a 13 comunidades, y delegado de Antioquia ante la Autoridad Nacional Afrocolombiana (Anafro).

Opinó que el diplomado fue una puerta para conocer los derechos fundamentales de las comunidades, en su caso las afro, que aparecen relacionados en los acuerdos de paz. Y, a partir de ello, acercarse a los consejos comunitarios para presentarles la paz como una alternativa que conducirá a la consolidación de sus proyectos en la ruralidad.

Desde esa perspectiva de los derechos, prestó especial atención al tema de justicia transicional. Según él, aquella podría convertirse en la posibilidad para extender las reivindicaciones históricas de las comunidades negras, raizales y palenqueras; eso, en la práctica, implicaría nuevas formas de relacionarse con la institucionalidad para hacer valer la legislación que protege tanto sus derechos (étnicos) como sus territorios.

Parte de los aprendizajes que adquirió en el diplomado los replicó a través de su labor como formador de 20 líderes juveniles de El Bagre, diez de ellos integrantes del Colectivo de Comunicaciones Afro. Con ellos, realizó mesas de trabajo para discutir los acuerdos de paz y produjo programas de radio y boletines informativos dirigidos a los pobladores afro de los consejos comunitarios.

5Beatriz Elena Flórez Márquez

Joven indígena de la comunidad Isla de la Dulzura, de Cáceres.

Cuando llegó al diplomado, no tenía conocimiento alguno sobre los acuerdos de paz que se estaban pactando en La Habana. Poco a poco fue comprendiendo algunos elementos que pudo explicarle a su pueblo. Pero debido a la lejanía del casco urbano y a la presencia de paramilitares, no pudieron salir a votar en el plebiscito.

Uno de los temas que le llamó la atención fue el de cultivos ilícitos, porque le preocupa el consumo de drogas entre los jóvenes de la Isla. Por eso, se reunió con la junta directiva de su comunidad y les compartió sus aprendizajes sobre ese tema. Luego, acompañada por la guardia indígena, visitó a los jóvenes y les plateó reflexiones en torno al consumo.

A ella le gustaría continuar con el proceso de formación que inició a través del diplomado, que otras comunidades indígenas puedan recibir talleres sobre los acuerdos de paz. Eso sí, cree que son los mismos miembros quienes deben dictarlos, porque nadie siente, vive y conoce el territorio como quien lo habita.


El diplomado «Posconflicto y transformación democrática del territorio» en Bajo Cauca fue organizado por el Instituto Popular de Capacitación (IPC) y el Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH), en alianza con la Universidad de Antioquia Regional Bajo Cauca y la Unidad para la Reparación y la Atención Integral a Víctimas; y con el apoyo del Fondo Sueco Noruego de Cooperación con la Sociedad Civil Colombiana (FOS), Solidaridad Socialista de Bélgica (Solsoc), la Cooperación Belga, la obra episcopal de la Iglesia católica alemana para la cooperación al desarrollo Misereor, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Mesa Departamental de Víctimas del Conflicto Armado, y la Defensoría del Pueblo.