Con un sentido homenaje a sus fundadores, ex socios (as), socios (as) y equipo de trabajo, el 29 de agosto se conmemoró el 35 aniversario del Instituto Popular de Capacitación (IPC), organización defensora de derechos humanos fundada en Antioquia en 1982.

Las actividades de conmemoración comenzaron desde la mañana de ese martes con un recorrido por el barrio Moravia, Comuna 4 de Medellín, en el que líderes de organizaciones campesinas, indígenas, de mujeres, de víctimas y reclamantes, de varias subregiones de Antioquia, intercambiaron experiencias con líderes urbanos en torno al acompañamiento y apoyo que el IPC ha dado a sus comunidades y especialmente a sus procesos organizativos.

El recorrido tuvo un primer momento en el Centro de Desarrollo Cultural de Moravia, donde líderes sociales del lugar recordaron su historia junto al IPC desde los años noventa con procesos como los diálogos y reinserción de las milicias, la constitución de un centro de conciliación de conflictos y el plan zonal, entre otros. Posteriormente los participantes visitaron sitios emblemáticos del barrio, como lugares de memoria, entre ellos el Centro Vida Gerontológico y el sector El Morro.

A lo largo del día y durante toda la semana, distintas organizaciones enviaron mensajes de felicitaciones y regalos al IPC, entre tarjetas, ramos de flores, bonsáis, mandalas, anchetas, estatuillas y hasta una torta.

El acto central se desarrolló en la tarde de ese 29 de agosto. En el Museo de Antioquia se congregaron más de 200 personas entre líderes sociales y comunitarios, miembros de organizaciones sociales y de derechos humanos, líderes políticos, funcionarios públicos, delegados de cooperación y de organismos internacionales, miembros de la academia y, por supuesto, varios de sus fundadores, ex socios (as), socios y el equipo de trabajo del IPC.

Dando inicio al acto, Diego Herrera Duque, presidente del IPC, recordó que “el nacimiento de muchas organizaciones sociales, entre ellas el IPC, sucede en el marco de un contexto hostil para la democracia y los derechos humanos en América Latina, un escenario signado por el relato de la Guerra Fría, el fortalecimiento de gobiernos autoritarios y la persecución de actores críticos a la Doctrina de Seguridad Nacional impuesta por Estados Unidos, la cual tuvo su expresión en Colombia a través de un Estatuto de Seguridad, con el que se legalizó la persecución de cualquier manifestación de protesta y de voces críticas que incomodaran los intereses del capital, o pusieran en cuestión los regímenes militaristas promotores de la obediencia, la sumisión, la homogenización del pensamiento y el arrasamiento de la acción”.

Fue en ese escenario, manifestó Diego Herrera, que el nacimiento del IPC y de otras organizaciones tuvo un “origen identitario, soportado en principios de justicia, dignidad, pluralismo y autonomía, [que] le valió unos costos incalculables al IPC, que se vieron reflejados en la estigmatización, en acontecimientos que fracturaron el flujo de su historia y en actos sistemáticos de agresión, así como en la instauración de una condiciones que buscaron aniquilar su capacidad de acción política y sus aspiraciones más vitales”.

La ponencia central del evento estuvo en cabeza del escritor colombiano William Ospina, quien, evocando la historia de La Bestia, un barco cuya estructura fue alterada por la codicia, que lo convirtió en símbolo de una voluntad maligna portadora de tragedias, desarrolló una conmovedora reflexión en torno a la reiterada historia de conflictos colombianos. “Cuando pienso en la violencia colombiana y en la creencia que algunos tienen, de que nuestra sociedad está condenada fatalmente a la violencia o a la intolerancia o a la corrupción, me digo que cuando en una sociedad hay hechos dolorosos y crueles que se repiten década tras década, más bien lo que hay es un error de diseño, una mala interpretación de lo que somos, algo que no acaba de ser descifrado que no permite que la sociedad fluya por causes de solidaridad, de entendimiento y de prosperidad”.

Al día siguiente del evento William Ospina visitó la sede del IPC y dialogó con socios y empleados.
Al día siguiente del evento William Ospina visitó la sede del IPC y dialogó con socios y empleados.

La conmemoración al IPC giro en torno a la relación entre memoria, verdad y democracia, dado el contexto actual del Instituto, en proceso de reparación colectiva por oferta del Estado, y el contexto histórico de Colombia, atravesado por la violencia política y, hoy, por los escenarios de verdad, justicia y reparación que se empiezan a abrir en medio de los procesos de paz con las guerrillas.

Bajo ese marco, el IPC presentó el libro Resistiendo la violencia política: el caso del Instituto Popular de Capacitación, el cual partió del informe del daño causado al Instituto, convertido en un ejercicio autónomo de reconstrucción de la memoria colectiva y desarrollado como parte del proceso de reparación colectiva.

Resistiendo a la violencia política

Portada Resistiendo la Violencia Politica IPC

La presentación del libro estuvo a cargo de Juan Esteban Jaramillo, socio del IPC, quien refirió tres aspectos acerca del informe. “Un primer asunto es que El IPC no se reconoció como una víctima inerme, sino como un sujeto de reparación colectiva, resistiéndose a ser catalogado como un sujeto impávido e inmóvil frente a la violencia política de la cual fue objeto. En segundo lugar, resaltar que el caso del IPC pretende ilustrar lo que en parte le sucedió al movimiento social por los derechos humanos y la paz en un contexto de violencia política. Y en tercer lugar, el daño que se le ha ocasionado al Instituto Popular de Capacitación es principalmente político, lo cual no se significa que no existan otras afectaciones, como las materiales”. Ver Resistiendo la Violencia Política en PDF

A su vez, Jaramillo dejó en su intervención preguntas provocadoras en torno al para qué de la memoria y la verdad en la construcción de la democracia y principalmente en la perspectiva de no seguir repitiendo nuestra historia de violencia, como ha ocurrido en la ciudad y el país.

Concluida la presentación del libro, Lucía González, exdirectora del Museo Casa de la Memoria de Medellín y exasesora de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, hizo sus comentarios al mismo.

En primer lugar, Lucía destacó el coraje que tuvo el IPC para “hablar de las violencias sufridas en carne propia cuando no han cesado los horrores de la guerra”. Luego afirmó que “el acto más generoso es haber entendido que el acto de reparación no era solamente a la singularidad del IPC sino también a la lucha de muchos otros a los que no se les ha dado la oportunidad de una reparación colectiva, y que tal vez nunca vayan a tener, ni siquiera, un nombre en la historia”. Y aseguró que esta publicación es “un aporte a la memoria particularmente de Antioquia, muy valiente porque nombra los actos políticos de los actores supuestamente legales”.

La portada del libro Resistiendo la Violencia Política, estuvo inspirada en imagen de la VII Campaña de Derechos Humanos realizada por el Instituto en 1998, cuando se conmemoró el 50 aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos.
La portada del libro Resistiendo la Violencia Política, estuvo inspirada en imagen de la VII Campaña de Derechos Humanos realizada por el Instituto en 1998, cuando se conmemoró el 50 aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos.

A través de un video, otras voces de la sociedad, como la abogada de la Corporación Jurídica Libertad, Adriana Arboleda; la vocera de la organización de víctimas Mujeres Caminando por la Verdad, Luz Elena Galeano; el director del Centro Fe y Culturas, Francisco de Roux; y el rector de la Universidad Eafit, Juan Luis Mejía Arango; compartieron sus comentarios al libro del IPC.

Desde el año 2016, el IPC ha venido adelantando acciones conmemorativas de sus 35 años, entre las que se destacan el homenaje al fallecido socio Jesús William Balbín, realizado el 12 de diciembre; la presentación del Informe del daño causado por la violencia política ejercida contra el IPC, el 13 de diciembre; los Diálogos por la Verdad adelantados en Antioquia desde principios de 2017 junto al Centro Internacional para la Justicia Transicional (ICTJ); los debates sobre los retos de la reforma política y los procesos de apertura democrática con el Instituto Nacional Demócrata; la relectura de la agenda de Derechos Humanos del movimiento social; y las transformaciones en el campo y disputas por el ordenamiento del territorio en Antioquia y las subregiones.

El IPC, con esté sentido acto de conmemoración, ratificó su compromiso por la construcción de la paz y la búsqueda de la reconciliación de Colombia, junto a otros y otras.

Backing 35 años IPC