La educación superior en nuestro país afronta actualmente graves problemas de financiamiento. En total, 32 universidades hacen parte del sistema de educación pública. La falta de recursos estaría limitando la cobertura a cientos de jóvenes que aspiran formarse en dichos centros educativos. Muchas de las nuevas generaciones conciben a la universidad pública como la mejor opción para tener acceso a la educación superior de calidad, según sus capacidades económicas.
Solo en la Universidad de Antioquia, el déficit alcanza los 83 mil millones de pesos. A nivel nacional todas las universidades públicas vienen sosteniéndose con la oferta de servicios y procesos de posgrados bajo dinámicas de privatización.
Adicional al déficit presupuestal, este año se reformó el sistema de gastos de representación de los profesores universitarios, los cuales tenían un 40% de exención en sus ingresos, para ser objeto de retención en la fuente. El beneficio estaba sustentado en una sentencia de la Corte Constitucional como parte del reconocimiento a la dignificación del profesor universitario, pero fue eliminado.
Por tanto, el 11 de septiembre se llevó a cabo la Marcha Carnaval por la Universidad Pública, a la cual se sumó la asamblea multiestamentaria de la Universidad de Antioquia, apoyada por profesores, estudiantes y otros empleados no docentes.
La movilización se realizó simultáneamente en otras ciudades del país como parte de una jornada nacional de profesores universitarios. Cabe anotar que a la fecha hay seis universidades públicas en asamblea permanente.
Luis Alfredo Atehortúa, profesor de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia, cuenta que la marcha tenía dos objetivos fundamentales: generar opinión pública para visibilizar el déficit, y sensibilizar a la comunicad en general, puesto que al interior de los establecimientos educativos los estudiantes y profesores tienen conocimientos de este problema acumulado de años, en el cual cada vez hay menos recursos para las universidades públicas, pero el resto de la sociedad no lo tiene presente, por tanto se esperó generar un impacto y el apoyo de distintos sectores sociales.
A la par con la Marcha, se desarrollaron acciones en el poder legislativo, particularmente en la Cámara de Representantes para hacer un llamado a que se tomen decisiones encaminadas a una mayor asignación de recursos a este sector.
La programación empezó a las 3:30 de la tarde con una concentración en el Parque de los Deseos, allí se reunieron con estudiantes y profesores de la Ciudadela Universitaria de Robledo a los que se sumaron estudiantes y profesores de la Universidad Nacional.
El recorrido inició en el Parque de los Deseos, saliendo por Carabobo, y a la altura de Villanueva se desviaron hacia la avenida Oriental para salir por San Juan hacía el Parque de las Luces, donde culminó la marcha y se llevó a cabo otras actividades. Se resalta que esta marcha fue totalmente pacífica. En Bogotá la jornada empezó a las 4:00 pm en la Plaza Bolívar, y en Cali e Ibagué fue en el mismo horario en la Plazoleta San Francisco y en la Plaza Bolívar, respectivamente.
La marcha fue contundente. Miles de jóvenes se volcaron a apoyar las universidades publicas y manifestar su inconformidad con la situación actual. Queda el precedente de una movilización masiva que clama mejores condiciones para la educación, pero queda también la incertidumbre de las medidas que se tomaran próximamente desde el gobierno para reaccionar a la crisis financiera de las universidades publicas.
El día 10 de octubre será la siguiente marcha nacional por las universidades públicas.
