Memoria, verdad, ciudadanía: desafíos para la escuela hoy fue el encuentro y taller que realizó el grupo de trabajo en Educación para la paz, los derechos humanos y la convivencia democrática el pasado 23 de mayo en el municipio de Recoleta, Santiago de Chile. Este grupo, integrado principalmente por representantes de procesos educativos, comunitarios y sociales, hace parte del Consejo de Educación Popular de América Latina y el Caribe (CEAAL).

Durante el evento, participantes de Argentina, Chile, Colombia, Perú y Venezuela intercambiaron experiencias y saberes acerca de la memoria histórica, la realización del derecho a la verdad y la construcción de ciudadanías, desde perspectivas pedagógicas y políticas que podrían contribuir al fortalecimiento del trabajo de estos tres temas en las escuelas latinoamericanas.

Para Edgardo Álvarez, director ejecutivo de la Corporación Acción Colectiva, Educación y Comunidad (Aceduc), de Santiago de Chile, la memoria histórica y la verdad son temas que están poco instalados en los proyectos educativos de las escuelas latinoamericanas. Y eso “nos interpela a nosotros como educadores populares por cómo dialogamos con las comunidades y con las escuelas”.

A la escuela le cuesta mirar estos temas desde el proyecto educativo. Y me parece que ahí hay un desafío que desde la educación popular no solamente oxigena los debates que tenemos nosotros sobre la memoria como una categoría a trabajar, sino que nos cuestiona por cómo desarrollamos una propuesta pedagógica en torno a eso”, agregó Álvarez.

Al respecto Diego Herrera, integrante del Instituto Popular de Capacitación (IPC), de Colombia, dijo que “uno de los principales desafíos en materia de memoria y verdad está precisamente en buscar articular al relato de lo acontecido en América Latina, y en particular en Colombia, desde una perspectiva de diálogo intergeneracional que logre vincular la subjetividad política de niños, niñas y jóvenes en esa narrativa y su horizonte de transformación democrática y construcción de paz, donde juega un papel central el proyecto educativo”.

Tanto Arnaldo Serna, de la Escuela para el Desarrollo, de Perú –país que tuvo su Comisión de la Verdad y Reconciliación–, como Ileana Malito, del Grupo CESAP, de Venezuela, avanzar en procesos de memoria es un reto fundamental para la construcción de ciudadanías, tanto en el presente como en el futuro cercano.

En clave de derechos humanos

Francisco Javier Estévez, director del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Chile, señaló que entre la memoria y la verdad hay una relación de ida y vuelta permanentemente: “La verdad tiene que sostenerse en la memoria y la memoria necesita a la verdad para que sea el ejercicio de un derecho”. A partir de esa relación, precisó, ambos temas se insertan en el campo de los derechos humanos.

En ese sentido, Estévez añadió que para las sociedades latinoamericanas “el desafío es cómo los derechos humanos se orientan hacia la formación de una conciencia ciudadana crítica de la historia, pero también de los tiempos que nos toca vivir en la región actualmente. Por eso, esto es un desafío de ayer y de hoy; pero como se ha señalado con certeza: es también un desafío transformador hacia el futuro”.

Y esta discusión debe pasar por los procesos educativos, comunitarios y sociales, puesto que siempre va a ser necesaria “la conexión pasado-presente para comprender la realidad y poder actuar frente a las situaciones que se presentan de injusticia o de reclamo ante las violaciones a los derechos humanos”, expresó Alba Pereira, delegada del excentro clandestino de detención Virrey Cevallos, en Argentina.

Desde su punto de vista, los hechos violatorios de los derechos humanos persisten en los países latinoamericanos: criminalización de la protesta social, persecución a los jóvenes, estigmatización de las luchas feministas, etcétera. Ante esto, expresó que es importante promover la participación juvenil consciente, para que además de movilización haya “acción organizada frente a esas situaciones”.

En su país, recordó, ello ha servido para que los responsables de la persecución, desaparición y represión policial contra jóvenes y militantes hayan sido llevados a juicios por delitos de lesa humanidad. “Hay que darles fuerza a esos reclamos y no olvidar que las democracias latinoamericanas son insuficientemente democráticas, y que todavía hay mucho por hacer en nuestras sociedades con respecto a estas violaciones”.

Finalmente, Herrera concluyó que el Encuentro permitió ratificar que “el diálogo entre la memoria, la verdad y la ciudadanía, puesto en el escenario del mundo educativo, es desafiante y sustantivo ayer, hoy y mañana, para un horizonte de transformación civilista y democrática en la región”.