En Colombia existen más de 80 mil víctimas de desaparición forzada en el marco del conflicto armado, según el Centro Nacional de Memoria Histórica, y su proceso de búsqueda fue uno de los compromisos que surgió con la firma del Acuerdo de paz en 2016, como una respuesta a las solicitudes de los familiares de las personas desaparecidas. 

El Plan Nacional de Búsqueda es un documento creado por la UBPD de la mano de los familiares, comunidades, instituciones estatales y organizaciones nacionales e internacionales, con el fin de marcar una ruta de acción dentro del proceso de búsqueda de las personas dadas por desaparecidas. Es la primera vez que el Estado colombiano y las víctimas del conflicto armado cuentan con un documento de este tipo.

Según Gloria Gómez, coordinadora de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (Asfaddes), este documento representa el reconocimiento de la lucha de hombres y mujeres que, desde hace 35 años, buscan a sus familiares. Para Gómez, “un plan de búsqueda debe ser ágil y debe demostrar la voluntad política y el compromiso de las diferentes instituciones para que se pueda encontrar a las personas desaparecidas”.

Luz María Monzón, directora de la UBPD, explica que el Plan Nacional de Búsqueda cuenta con un enfoque territorial, diferencial y de género con el objetivo de reconocer aquellas poblaciones que han sido invisibilizadas y las necesidades de los diferentes grupos poblaciones y de cada territorio. Por eso en su construcción hicieron parte comunidades indígenas, afrodescendientes y representantes de la población LGBTI. 

Con esto la UBPD espera establecer un universo de personas dadas por desaparecidas, pues a pesar de que trabajan de la mano de instituciones como Medicina Legal, Unidad para las Víctimas, Fiscalía y Centro Nacional de Memoria Histórica, estos datos evidencian un subregistro y solo tienen información según sus necesidades. 

Por ejemplo, en el caso de Medicina Legal, no se tiene certeza de si la información sobre desaparecidos corresponde al periodo del conflicto armado, y en el caso del Centro Nacional de Memoria Histórica, sólo hace referencia a desaparición forzada, dado que la UBPD también tiene en cuenta reclutamiento y secuestro.

Según el Centro Nacional de Memoria Histórica, más de 80 mil personas fueron desaparecidas forzosamente en el marco del conflicto armado.

Sobre el Plan Nacional de Búsqueda

El Plan contiene tres pilares o ejes estratégicos que, en palabras de Monzón, “aterrizan las necesidades de las víctimas a acciones concretas” y que permite trazar una ruta y unos pasos para la búsqueda de los desaparecidos. Cada eje corresponde a un capítulo del Plan Nacional de Búsqueda.

El primer eje se centra en la recolección, centralización, análisis e interpretación de la información; así, las víctimas y los familiares podrán conocer los procesos de búsqueda y fortalecer la construcción de confianza con las instituciones. Según el documento, se espera obtener información por parte de los familiares, excombatientes y actores que hayan participado directa e indirectamente de las hostilidades, e información oficial y no oficial.

Luego de esta recolección, la UBPD pretende localizar, recuperar e identificar a las personas dadas por desaparecidas, lo que constituye el segundo eje del Plan. En él, tanto la Unidad como las familias deben preguntarse e indagar si el desaparecido está con vida o no, pues “esta mirada facilitará la planeación y previsión de recursos humanos, tecnológicos, científicos, sociales y territoriales que apoyen una acción efectiva, óptima y pronta en la búsqueda de las personas dadas por desaparecidas”, dice el Plan. 

El tercer y último eje tiene como objetivo garantizar las condiciones de participación de los familiares. Mediante las garantías de reencuentro con el desaparecido o la entrega digna de los cuerpos, la UBPD espera “fortalecer la participación, significa igualmente reconocer la legitimidad y persistencia de sus acciones de búsqueda y los invaluables aportes que han hecho las personas y organizaciones que buscan o acompañan en la búsqueda”. 

El proceso de creación del Plan inició en el segundo semestre de 2018, “donde la Unidad convocó a representantes de organizaciones defensoras de los Derechos Humanos y víctimas de desaparición forzada con el fin de explorar la compresión de las herramientas que se iban a generar en el Plan”, explicó César Sanabria, asesor de la UBPD

El proceso de creación del plan continuó en 2019 y los primeros tres meses de 2020, cuando se llevó a cabo la metodología que contempló las etapas de construcción, implementación,  sistematización, socialización, ajustes y entrega de la versión final.  

A la par, se hicieron encuentros de planeación y socialización en octubre y noviembre del año pasado en Bogotá, Bucaramanga, Barranquilla, Cali, La Mesa y Neiva. Según Luz María Monzón, este  Plan Nacional establece los aspectos en los cuales van a enfocar sus esfuerzos y a optimizar las acciones que contribuyan a agilizar la búsqueda de los desaparecidos. 

Las víctimas: logros y retos del Plan

La UBPD cuenta con planes regionales en 11 zonas del país que se consolidaron a partir de las 5.389 solicitudes de búsqueda que la entidad recibió entre 2019 y el primer trimestre del 2020, y de la construcción de un relacionamiento con otros desaparecidos en el territorio.

Adriana Pérez, representante de la Mesa Nacional de Desaparición Forzada, fue una de las personas que participó en el diseño y planeación del Plan Nacional. Para ella,  uno de los grandes logros dentro del proceso es haber podido aportar desde sus conocimientos empíricos a la construcción de esta herramienta y, al mismo tiempo, articular estos conocimientos con la experiencia técnica de la Unidad.

Pero también reconoce la necesidad de que el Plan Nacional genere una participación real y efectiva de los familiares y las organizaciones, “cómo brindarle seguridad a los buscadores y buscadoras y cómo aseguramos, a través de medidas cautelares, los lugares donde tenemos seres desaparecidos”, expresó Pérez. 

Y mientras que para algunos la búsqueda debe hacerse en el territorio, para otras personas como Gladis Ávila, representante de los familiares en exilio, uno de los grandes retos es hacer partícipe a esos familiares y organizaciones que trabajan por la búsqueda de personas dadas por desaparecidas y que no se encuentran en el territorio colombiano. 

“Una cosa es buscar en el territorio y otra en la distancia. Existe mucha falta de información para la búsqueda y hay tambié una invisibilización de la desaparición forzada en el exilio que pasa por la falta del reconocimiento del exilio como práctica violatoria a los Derechos Humanos hasta la estigmatización”, contó Ávila. 

El Plan Nacional de Búsqueda marca, entonces, la ruta para la búsqueda de las personas desaparecidas en el último siglo en Colombia, en el marco del conflicto armado. Encontrarlas y dar respuesta a los familiares de las víctimas será el reto de la UBPD.