Inicio Democracia Ante preocupante ola de violencia, comuna 6 construye propuestas de paz

Ante preocupante ola de violencia, comuna 6 construye propuestas de paz

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Preocupados por la racha de violencia que viene azotando sus barrios, los habitantes de la comuna 6 de Medellín pretenden fortalecer la organización comunitaria y la movilización masiva, donde la ciudadanía exprese su rechazo y se pronuncie frente a las acciones de las bandas delincuenciales.

 

Esto como parte de una serie de propuestas que fueron construidas a lo largo de las últimas semanas en el seno de la Mesa de Derechos Humanos y Convivencia de la Comuna 6, instancia creada hace dos años y en la que confluyen organizaciones sociales, líderes comunitarios y habitantes de los barrios como San Martín de Porres, Kennedy, Picacho, Doce de Octubre, Santander, entre otros.

 

“Que nos podamos tomar las principales vías de la comuna, que la comunidad se pronuncie y se tome la vía pública”, señaló Marta Macías, integrante de la Corporación Casa Mía, integrante de la Mesa. Otra de las propuestas señala que para alcanzar la convivencia es necesario construir mecanismos de diálogo con los actores de este conflicto y diseñar programas que desestimulen la presencia de los jóvenes en las estructuras armadas.

 

“Que los jóvenes tengan opciones desde la recreación, el deporte y el empleo. Que haya programas de atención especial para los muchachos que se desvinculan de las bandas”, explicó Carlos Arcila, vocero de la Mesa.

 

Igualmente, las organizaciones sociales y los líderes comunitarios piden que se realicen jornadas de intervención integral en las zonas de mayor conflictividad de la comuna, donde la presencia estatal no se limité únicamente a la Fuerza Pública, sino que haya una presencia coordinada de todas las dependencias de la Alcaldía, la Personería, la Defensoría del Pueblo, entre otras.

 

A todo lo anterior se suma el reclamo que hacen los integrantes de la Mesa por la alta impunidad y la negligencia de los funcionarios públicos frente a las denuncias planteadas por la comunidad. “Las denuncias se hacen, pero no pasa nada. Hay una gran impunidad y hacemos un llamado para que la justicia sea eficiente”, agregó Arcila.

 

Ahora, lo que buscan los integrantes de esta instancia es concertar con la Administración Municipal y con el Concejo de Medellín los apoyos necesarios para sacar adelante estas proposiciones, que no son más que peticiones ciudadanas para enfrentar una preocupante racha de violencia.

 

Sin tranquilidad

Ni siquiera la alegría de la Feria de las Flores que inunda por estos días a la capital antioqueña ha logrado aliviar las tensiones y el temor que allí se respiran a diario.

 

“El miércoles 5 de agosto hubo un tablado popular en la placa polideportiva del 12 de Octubre y no fueron más de 100 personas. La gente no quiso ir por miedo”, relató Faber Lara, residente del barrio Kennedy e integrante de la Corporación Casa Mía, quien considera que lo anterior constituye el mejor reflejo de lo que sienten los pobladores.  

 

Y es que según los relatos de los líderes de la comuna, la vida nocturna prácticamente se acabó; las bandas delincuenciales han prohibido la libre circulación entre los barrios San Martín de Porres, Kennedy, Castilla y La Esperanza; las labores comunitarios se ha disminuido ostensiblemente y las amenazas a docentes y estudiantes de instituciones educativas como Kennedy, El Progreso y el Casd de Castilla son pan de cada día.

 

A esto se suman casos de desaparición y tortura conocidos recientemente, como el de un joven del barrio Santander, cuya desaparición se denunció el pasado 30 de julio y quien fuera encontrado muerto, con evidente signos de tortura, en zona boscosa del barrio El Picacho.

 

Recientes informes del Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia de la Secretaría de Gobierno Municipal señalan que entre el 1 de enero y el 31 de junio del presente año se cometieron 86 homicidios en la comuna 6, 58 muertes más que en el mismo periodo del año 2008. En este sentido, los barrios más violentos fueron Kennedy, con 20 homicidios, seguido de San Martín de Porres y La Esperanza, con 15 cada uno.

 

Lo anterior ubica a la c

Homicidios, controles a la movilidad, extorsión a los transportadores, son pan de cada día en esta zona de la ciudad.
omuna 6 como la segunda más violenta de la cuidad, después de la comuna 4 (Aranjuez) en la que se registraron 93 asesinatos. La Policía Metropolitana del Valle de Aburrá ha identificado a 36 bandas que operan en toda la zona noroccidental, que estarían librando una guerra a muerte por el control de actividades ilícitas, particularmente de corredores viales y naturales que conectan a esta zona con el corregimiento de San Cristóbal y, de paso, con el occidente del departamento.

 

Nombres como “la arboleda”, “la machaca” y “el bulevar” son reconocidos entre los investigadores judiciales como bandas que pactaron alianzas para vincularse a la estructura de  Maximiliano Bonilla Orozco, alias Valenciano y que ahora confrontan a “los camajanes”, “los del 12 de octubre”, “Santander”, “el chispero” y “la matecaña”, todas leales a Fabio León Vélez, alias Nito.

 

Pero la preocupación de la comunidad no es sólo por los homicidios. De acuerdo con la Mesa de Derechos Humanos, fenómenos como la vinculación de menores de edad a las bandas delincuenciales, el desplazamiento forzado intraurbano y la posible connivencia entre miembros de la Fuerza Pública e integrantes de estas estructuras delincuenciales están generando una delicada crisis social que merece un intervención urgente.

 

“Aunque hay mucho miedo de la gente a denunciar, cuando se decide, se refieren a casos de reclutamiento forzado de menores de edad por parte de estas bandas. También la imposibilidad de moverse de un barrio a otro. Además, hay un tráfico de armas largas y de combate en la comuna 6 que es impresionante”, mencionó Arcila.

 

 

Y agregó: “Hay mucha zozobra y mucho miedo. La gente ya no sale por la noche. Los negocios cierran más temprano. Por eso la necesidad de vincular a todos los sectores sociales, pues esto no es un problema de la comuna 6, es un asunto de ciudad”.