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Asociación Tierra y Vida tiene nuevo presidente

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Carlos Yamith Páez Díaz, líder de víctimas de la región de Urabá, en el departamento de Antioquia, es el nuevo presidente de la asociación Tierra y Vida, en reemplazo de Carmen Palencia Cabrales, quien estuvo en la presidencia desde la creación de la asociación y presentó la renuncia para avanzar en su candidatura a la Cámara de Representantes.

La elección fue hecha este domingo 15 de septiembre durante la asamblea nacional de Tierra y Vida, realizada en Copacabana, Antioquia. Con 57 votos a favor, 3 abstenciones y 1 ausencia, Carlos Páez se posesionó como presidente de la organización.

Con Páez Díaz, en la presidencia, la nueva junta directiva de la asociación quedó conformada de la siguiente manera: Jorge Martelo, Vicepresidente; Aldemar Díaz, secretario; y Cecilia Montenegro, fiscal. También fueron electos tres nuevos vocales: Rubén Romero, Leoncio Mendoza y Luis Alfredo Vásquez.

En la asamblea nacional de Tierra y Vida participaron representantes de 14 de los 16 capítulos, que tiene la organización en 14 departamentos del país. Al encuentro no pudieron asistir los capítulos de Putumayo y Sucre, por circunstancias particulares.

 

El relevo y sus retos

El nuevo presidente de Tierra y Vida, Carlos Páez, se venía desempeñando como coordinador de la organización en el capítulo de Urabá. En esa región la asociación lidera procesos de reclamación de tierras en 8 zonas micro-focalizadas que comprenden más de 10.000 hectáreas. En su caso particular, este líder reclama predios de su familia en el municipio de Turbo, corregimiento Macondo, vereda Guacamaya.

Páez Díaz es uno de los socios de mayor tradición en los procesos de reclamación de tierras en Urabá. Sus inicios datan del año 2004 cuando entró a hacer parte de la Mesa Nacional Campesina. Luego en el 2009 participó en la creación de ASOVIRESTIBI y al año siguiente, 2010, en la fundación de Tierra y Vida a nivel nacional.

Sobre el futuro de su gestión en la presidencia, Carlos Páez expresó lo siguiente: “Yo creo que Tierra y Vida tiene una columna vertebral muy fuerte que es el tema de la restitución, por el cual ha sido creada la organización. La idea es seguir impulsando la restitución de tierras en el país; también el tema de la protección para los reclamantes, tanto individual como colectiva; la gestión con cooperación internacional; y el fortalecimiento de las relaciones con el Gobierno Nacional.”

Según Páez Díaz, reemplazar a una persona como Carmen Palencia es un reto que requiere “mucho compromiso, mucha seriedad, mucha transparencia en todas las gestiones y mucha constancia. Hay que reconocerle a Carmen que ha sido una muy buena líder Y una mujer que trabajó día y noche.”

Para el nuevo dirigente, la salida de Carmen no representa una pérdida sino una ganancia para la asociación Tierra y Vida y para las víctimas en general, porque su eventual participación en el Congreso de la República significaría un gran paso, en la participación política de las víctimas para construir leyes a su favor.

“Las leyes aquí se debaten es en el Senado y en la Cámara y si no empezamos a hacer parte de eso vamos a depender siempre de los senadores y los representantes. Lo que queremos es ejercer ese derecho que nos da la constitución colombiana, el de elegir y ser elegidos.”

 

Una organización floreciente

Para Carmen Palencia Cabrales, ex presidenta de Tierra y Vida, el mayor logro de su gestión es haber dejado “una organización en un estado creciente, positivo y floreciente”, una asociación que tuvo sus inicios en la región del Urabá Antioqueño y, pese a todos los obstáculos, hoy hace presencia en 14 departamentos de Colombia con más de 9.000 afiliados.

Luego de explicar que su renuncia obedece a la necesidad de no incurrir en una inhabilidad, que le impida avanzar en su candidatura a la Cámara de Representantes por el departamento de Antioquia, Carmen Palencia recordó el difícil origen de la Asociación Tierra y Vida.

La asociación empieza desde el 2004 a través de una junta de acción comunal en el corregimiento Nueva Colonia del municipio de Turbo, donde un grupo de campesinos presentó ante el INCODER una solicitud de restitución de predios. En el 2008 se conformó la Mesa Nacional de Trabajo Campesina para el Programa de Recuperación de Tierras, que además de los líderes de Nueva Colonia tenía reclamantes del resto de Urabá. En el 2009 esa mesa se reorganiza y nace la Asociación de Víctimas para la Restitución de Tierras y Bienes (ASOVIRESTIBI), inscrita ante la Cámara de Comercio de Urabá. Finalmente el 30 de noviembre de 2010 se creó en Bogotá la Asociación Nacional de Víctimas para la Restitución y el Acceso a Tierras: Tierra y Vida, con representación de líderes de los departamentos de Antioquia, Bolívar, Valle del Cauca, Caldas, Quindío, Córdoba, Magdalena y Santander.

“Todo el tiempo hemos estado al frente organizando a la gente, agrupándola, enseñándole y capacitándonos nosotros mismos. Tierra y Vida cuando nace es una organización que no tiene ninguna probabilidad de llegar a ninguna parte, de cuajar como proyecto, como movimiento, porque las amenazas fueron muchas, fue un movimiento que nació contra viento y marea. No había nadie que diera un peso por esto, partiendo de las amenazas, de la dificultad de agrupar al campesinado, de la falta de conocimiento de nuestros afiliados, la mayoría tienen poca educación académica. Todas esas probabilidades en contra hacían que Tierra y Vida no tuviera ningún futuro, pero por otra parte estaba también estaba la determinación de las víctimas, la determinación nuestra de hacer que esto funcionara, eso lo teníamos a favor, lo tomamos entre manos y lo volvimos una gran oportunidad y fuimos fortaleciéndonos, primero en Urabá, luego en Antioquia y luego en el país”, relató Carmen Palencia.

Lamentablemente, indica la líder de reclamantes, el panorama de agresiones y dificultades no ha cambiado mucho en Tierra y Vida. En este último periodo “la junta directiva se desmembró mucho debido a las amenazas, las distancias y la falta de recursos.”

Las más recientes agresiones contra Tierra y Vida comprenden el asesinato en el departamento de Córdoba del líder de reclamantes, Ever Cordero, ocurrido el 9 de abril. Y las amenazas contra Carlos Páez, Manuel Mercado y Carmen Palencia, a través de un panfleto que llegó a la oficina de la asociación, en el municipio de Apartadó, el pasado 6 de mayo.

Sobre la falta de recursos, la líder de reclamantes relató que esa “ha sido una falencia que hizo que algunos miembros de la junta se retiraran porque no tenían un solo centavo para ir a las reuniones, gestionar cosas o moverse hasta Bogotá. Al final fuimos cinco personas contra viento y marea logrando sacar adelante a Tierra y Vida. En Bogotá siempre hemos estado Alfranio Solano y Carmen Palencia, y en las regiones, en el Valle, Iván Vélez, y en Santander, Claudia Sánchez y Maria Aura Escobar.”

De seguro, las adversidades para Tierra y Vida continuarán, pero también persistirá la determinación de sus principales líderes por sacar adelante el proceso de restitución de tierras en Colombia, como hasta ahora lo ha hecho esa organización.

 

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Yhoban Camilo Hernandez Cifuentes
Periodista egresado de la Universidad de Antioquia. Candidato a Magister en Ciencia de la Información con Énfasis en Memoria y Sociedad, Escuela Interamericana de Bibliotecología de la UdeA. Coordinador de la Agencia de Prensa IPC entre 2012 y 2018. Actualmente periodista en Hacemos Memoria. Trabajando por esa Colombia excluida y vulnerada, por aquellos que no son escuchados y por la anhelada paz. Aficionado a la literatura, al rock, a las huertas y a las buenas películas.