Luego de ocho meses de investigación, Dilma Rousseff fue retirada el pasado 31 de agosto de su cargo como presidenta de Brasil. La exmandantaria, reelecta en 2014, fue acusada por usar fondos de bancos estatales para encubrir el déficit presupuestal durante su gobierno. Ella, en su defensa, señaló que lo sucedido obedecía a la retaliación de sus oponentes políticos al no suspender una investigación por corrupción en la que estaban involucrados miembros de la clase dirigente de ese país.
Tras su destitución, por decisión de 61 de los 81 senadores de ese país, miembros del Consejo de Educación Popular de América Latina y el Caribe (Ceaal) le manifestaron su solidaridad al pueblo brasileño, que había elegido por primera vez a una mujer como presidenta para darle continuidad en el poder a los 13 años que llevaba gobernando el Partido de los Trabajadores.
Oscar Jara Holliday, presidente del Ceaal, expresó su “indignación, tristeza y rabia” por este golpe a la democracia. “Todo fue organizado y montado para lograrlo. Los argumentos, la justeza de las razones y la fuerza de la dignidad no eran suficientes para cambiar una votación ya pre-definida”, pues Rousseff había sido elegida popularmente por 54 millones y medio de brasileros que apoyaron su proyecto de gobierno.
Ante hechos como ese, agregó, los educadores populares no pueden olvidar el camino andado y los debates dados; en vez de ello, tienen que mirarse críticamente y seguir procurando ser sujetos de historia capaces de “reconocer que las tramas del poder, de los poderes, se juegan en los espacios políticos y de gobierno, pero también en la cotidianeidad, en lo local, en la organización social, en la movilización que defiende todos los derechos”.
Por su parte, el Grupo de Educadores Populares de la Universidad del Cauca y el Colectivo de Educadores Populares del Cauca afirmaron que “hoy nuevamente tenemos una adversidad macabra tejida por los opresores, que pretenden acallar nuestras voces y acciones; por ello hoy más que nunca debemos desde la movilización de cuerpos, mentes y estructuras, hacerle frente a esta avasalladora insensatez y seguir construyendo otros mundos posibles desde la unidad, desde la solidaridad, desde la educación popular”.
En ese sentido, consideraron pertinente recordar una de las propuestas de Paulo Freire, quien planteó que los educadores deben estar a favor de las democracias y contra las dictaduras. “Somos educadores a favor de la lucha constante contra cualquier forma de discriminación, contra la dominación económica de los individuos o de las clases sociales. Somos educadores contra el orden capitalista vigente que inventó esta aberración; la miseria en abundancia”.
También Diego Herrera, presidente del Instituto Popular de Capacitación (IPC), se unió a las manifestaciones de respaldo al país suramericano: “Va nuestra solidaridad y afirmación de la esperanza ante tan indignantes acontecimientos que socavan la democracia y la voluntad de un pueblo como el brasilero. Seguiremos en pie, apoyando y fortaleciendo la lucha en nuestra América”.
En últimas, el Ceaal convocó a sus miembros: 195 organizaciones civiles con presencia en 21 países de América Latina y Caribe, a “generar conciencia (…) sobre esta maniobra, las medidas antipopulares del presidente interino –Michel Temer–y el impacto sobre la mayoría de la población, así como su repercusión latinoamericana”.
