El 2016 va a ser el año de la paz en Colombia. De hecho habrá cinco momentos importantes en el proceso que se adelanta en La Habana: 1. La firma del cese al fuego bilateral 2. La firma del acuerdo final 3. La concentración de las FARC 4. La refrendación de los acuerdos 5. Y el inicio del desarme de las FARC junto a la implementación de los puntos acordados en La Habana.

De esa forma lo planteó el analista León Valencia, ex militante del Ejército de Liberación Nacional (ELN), al inicio del foro Antioquia le Habla a La Habana, realizado el 10 de marzo en Medellín por el Instituto Popular de Capacitación (IPC), la Corporación Jurídica Libertad, la Fundación Forjando Futuros y la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz.

“De manera que cuando uno cesa el fuego del todo, cuando se acaba la guerra, está en el 80% de la firma de paz. Lo hubiera presentado así el presidente, diciendo que el 23 vamos a firmar el 80% de la paz y que nos queda el 20% para firmarlo en mayo o junio”, expresó León Valencia, a propósito de las recientes declaraciones del Gobierno indicando que posiblemente la firma final de la paz no se concretará el 23 de marzo como se había anunciado.

Piedad Córdoba, quien también participó en el evento, compartió la idea de que en la fecha en cuestión “se puede dar es el cese bilateral del fuego, y eso es una noticia súper importante porque es la finalización prácticamente del conflicto, lo que pone definitivamente el proceso en un punto de NO retorno. Creo que máximo en julio se estaría firmando el acuerdo final.”

Para la exsenadora, el proceso de paz en Colombia ha avanzado a buen ritmo, si se compara con otras experiencias como las de Filipinas o Irlanda, por eso cree que no se deben poner ‘fechas fatales’ para apurar la firma del acuerdo final.

Vía streaming desde La Habana, Seusis Pausivas Hernández, alias ‘Jesús Santrich’, ratificó lo anterior al expresar que “aunque se está trabajando arduamente para lograr nuevos acuerdos, no va a hacer el día 23 la firma del acuerdo final. Ahí si coincidimos, creo que en la distancia, es un gran acuerdo que hemos logrado con el presidente Santos, no hay que apresurar la fecha, es mejor lograr un buen acuerdo.”

La paz apenas empieza

Los continuos ataques del Ejército de Liberación Nacional (ELN); el fortalecimiento del paramilitarismo en zonas que serían abandonadas por las FARC, cuando se inicie el proceso de concentración; y el crimen organizado en las ciudades, son algunos de los asuntos que quedan por resolver en Colombia para superar el conflicto y las situaciones de violencia.

Cerca de 400 personas participaron en el Foro Antioquia le Habla a La Habana, realizado en el recinto del Concejo de Medellín el 10 de marzo de 2016. Foto: cortesía Colombia Informa.
Cerca de 400 personas participaron en el Foro Antioquia le Habla a La Habana, realizado en el recinto del Concejo de Medellín el 10 de marzo de 2016. Foto: cortesía Colombia Informa.

León Valencia piensa que este es el momento para iniciar de cero, es decir, para “empezar la democracia de nuevo. Una democracia sin violencia, sin mafias que controlen el poder político y sin un crimen organizado tan extendido, tan fuerte, con capacidad de controlar territorios enteros. Ese es el reto de la democracia en Colombia, lo tiene el Estado pero también lo tiene la sociedad.”

Por ello concluye que “la paz apenas está empezando. La paz que vamos a tener con las FARC es parcial, tenemos que meter también al ELN y tener una salida para las bandas criminales y vigilar que no haya sectores de las FARC que se queden en la guerra. Eso es un reto de la sociedad colombiana.”

En este punto, Piedad Córdoba, plantea que la Ley de Justicia y Paz, ley 975 de 2015 que permitió la desmovilización de los grupos paramilitares, sería una alternativa para propiciar el sometimiento de las bandas criminales o grupos pos paramilitares, que tendrían un tratamiento diferente al de los grupos subversivos. Pero esta norma, explica la ex senadora, tiene vacíos y ha tenido problemas de aplicación, por lo que debería la justicia revisarla en este momento y plantear una propuesta para ellos.”

La pervivencia de los grupos pos paramilitares como: las Autodefensas Gaitanistas, las ERPAC o Los Rastrojos, son una de las principales amenazas del proceso de paz. De ahí que desde La Habana, durante la negociación del punto de participación política, las FARC hayan pedido al Gobierno colombiano el desmonte del paramilitarismo, pues preocupa que quienes se desmovilicen luego sean asesinados por estas estructuras como ocurrió en el pasado con la Unión Patriótica.

Lo que ha ocurrido en los últimos días en Colombia así parece confirmarlo, pues en menos de tres semanas han sido asesinados 5 líderes sociales de izquierda: Maricela Tombé, secretaria de la Junta de Acción Comunal de la vereda Brisas en el Tambo (Cauca); Hernando Pérez Iriarte, líder de restitución de tierras en el departamento de Sucre; Willar Alexander Oime Alarcó, gobernador indígena de Río Blanco, opositor al desarrollo de minería en Popayán; Klaus Zapata, miembro de la juventud comunista en Soacha; y William Castillo, miembro de Marcha Patriótica y de la Asociación de Hermandades Agroecológicas y Mineras de Guamocó en El Bagre, Bajo Cauca antoqueño.

Frente a estos crímenes, Piedad Córdoba anunció que, como vocera de Marcha Patriótica, convocará una reunión el próximo martes 15 de marzo en Bogotá, “para dirigirle una comunicación al Presidente de la República en razón de que ya van más de 100 asesinados de la Marcha Patriótica. Recientemente: uno de la Unión Patriótica, uno del Partido Comunista y dos de Marcha, en el transcurso de 10 días.”

La exsenadora agregó que la preocupación sobre estos casos aumenta “porque a pesar de las denuncias y las solicitudes que se han hecho al Gobierno Nacional y al Ministro de Defensa —Luis Carlos Villegas—, las cosas siguen iguales.”

Por eso indicó que el siguiente paso del movimiento político sería la solicitud de medidas cautelares para la Marcha Patriótica ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

De la firma al desarme

La dejación de armas por parte de las FARC es uno de los puntos que más inquieta a la sociedad colombiana y, seguramente, también a los integrantes de las FARC, pues explica León Valencia, “dejar las armas es el principal acontecimiento para una guerrilla, es el cambio de la naturaleza de esa guerrilla.”

Este asunto hace parte de la tercera fase de la negociación, es decir que se daría luego de la firma del acuerdo final cuando, según Valencia, las FARC se agruparían en las zonas de concentración conservando aún sus armas. Allí esperarían la refrendación. Luego harían la dejación de armas y se daría inicio a la implementación de los acuerdos.

En ese escenario, “al Gobierno le corresponde convertir en leyes y decretos lo que se acordó en La Habana. Eso también es un proceso complejo. El Gobierno lo ha planteado como una comisión legislativa y como facultades extraordinarias para el presidente. Las FARC incluso están pidiendo que fuera una constituyente la que refrendara y al mismo tiempo implementara los acuerdos. Ahí siempre ha habido diferencia”, agrega León Valencia.

Foto: cortesía Colombia Informa
Foto: cortesía Colombia Informa

Para Piedad Córdoba, “la dejación de armas es parte de un capítulo muy especial”, debido precisamente a la continuidad del paramilitarismo que el Estado aún no logra controlar. “Nadie se explica por qué no cogen a Otoniel Úsuga, y él manda cartas y unos días dice que sí —negocia— y otros que no, entonces eso da cuenta de la impotencia del Estado para poder someter a estas bandas que tienen una serie de ramificaciones”, explicó.

Pero la exsenadora encuentra un inconveniente adicional que, según ella, podría dilatar los acuerdos. Y es la aprobación en el Congreso de la República de la Ley de Orden Público, el pasado 9 de marzo, la cual recibió el respaldo del Centro Democrático que por primera vez apoyó una iniciativa del Gobierno en el proceso de paz. En esa ley se definieron las zonas de concentración para las FARC, sin embargo, sostiene Córdoba, éstas no se concertaron con la mesa de La Habana.

“Aquí hay una cosa de fondo que me parece importante resignificar, y es que se había hablado de una comisión técnica de la cual hacen parte unos generales de la República y unos comandante de las FARC que estaban discutiendo el tema: las zonas —de concentración— e igualmente la dejación de armas. Entonces viene el Congreso de la República y se pasa eso por encima, esto va a generar más dilación en la firma del acuerdo final”, advirtió.

Al respecto, ‘Jesús Santrich’ manifestó que “la reforma a la Ley de Orden Público sería otro desacierto al que no se plegarán las FARC —así como el plebiscito para refrendar los acuerdos, que no tiene el respaldo de esa guerrilla—. No es correcto, en esa medida, festejar el acuerdo del Centro Democrático y de la Unidad Nacional para reducir al sometimiento a las FARC, eso no va a ocurrir.”

Estas vicisitudes dejan claro que aunque la firma definitiva de la paz está cerca y es cada vez más irreversible, pero aún quedan bastantes detalles por resolver y muchas discusiones por dar.