Bien pudiera decirse que el viernes 30 de julio fue un día de fuertes contrastes para el alcalde de Medellín, Alonso Salazar Jaramillo. De manera casi simultánea recibió dos noticias que de seguro incidirán en lo que resta de su administración.
Por una parte, la firma encuestadora Invamer Gallup relevó una disminución en la aprobación ciudadana de su gestión, al pasar de un 64% a un 57% de favorabilidad. De otro lado,
Las revelaciones se conocieron tan sólo 10 horas antes de que la ciudad diera inicio a su tradicional Feria de las Flores, la fiesta por excelencia de los paisas. El marco no pudo ser mejor para que Salazar cerrara un doloroso capítulo a nivel personal que, de paso, produjo un fuerte cisma político local.
En declaraciones posteriores al hecho, el Alcalde de Medellín ha dejado clara su intención de no adelantar ningún tipo de acción penal contra las personas que urdieron lo que muchos han denominado un “complot” y, más bien, concentrarse en devolverle el optimismo a ese 47% de medellinenses que, según la encuesta de Invamer Gallup, sienten que las cosas no van por buen camino.
Las preguntas que deja la decisión de
Al respecto, el Personero de Medellín, Jairo Herrán Vargas, tiene razones de peso para pensar que todo este proceso obedeció a un montaje orquestado por los desmovilizados de las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) con el apoyo de sectores políticos tradicionales.
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De acuerdo con el Personero de la ciudad, su despacho conoció con varias semanas de anticipación que sectores de los desmovilizados pertenecientes a la desaparecida Corporación Democracia, integrada por los ex integrantes de los Bloques Cacique Nutibara y Héroes de Granada de las Auc, le solicitaron a Diego Fernando Murillo Bejarano, alias “don berna”, que redactara desde su sitio de reclusión en Estados Unidos una carta en la que dijera que su directriz era la de apoyar al entonces candidato Salazar, situación que a la postre desató todo el escándalo.
El propósito era deslegitimar ante la opinión pública la figura de Salazar si éste triunfaba en las elecciones pues, como añade el Personero: “ellos sabían que Alonso no ‘tragaba entero’ y que si continuaban actuando entre la ilegalidad y la legalidad, él iba a emprender acciones concretas contra ellos”.
Según Herrán Vargas, la relación entre los ex miembros de las Auc y el hoy Alcalde de Medellín no fueron precisamente las más cordiales, ni siquiera cuando éste fue Secretario de Gobierno de la administración de Sergio Fajardo, pues fue desde ese momento en que descubrió los desacatos de los desmovilizados a los acuerdos del proceso de reinserción.
Lo anterior refuerza la tesis según la cual, la apuesta política de los integrantes de
Testimonios recopilados por el Ente Acusador dan cuenta de ello. “La candidatura del doctor Luis Pérez Gutiérrez fue una apuesta política de
Así las cosas, la luna de miel entre administración Fajardo y desmovilizados terminó convertido en un abrupto divorcio entre el nuevo gobernante y
Como mandatario electo debió afrontar un inusitado aumento de la criminalidad (que hasta hoy se mantiene) en el peor de los escenarios: en medio de múltiples acusaciones por parte de los más representativos voceros de los ex paramilitares, con entidades claves contra la lucha criminal, como
La “donbernabilidad”
El fallo de
La decisión no sólo le significa un alivio al Burgomaestre y la ciudadanía en general sino que además, le permitirá concentrarse de lleno en atender las problemáticas de la cuidad.
“El sólo hecho de haber tenido que dedicar tiempo a buscar pruebas para demostrar su inocencia, indudablemente afecta la gobernabilidad. Ahora que queda demostrada su legitimidad, creo que ahora sí podrá dedicarse exclusivamente a atender cuestiones apremiantes para la ciudad, como es el tema de inequidad y pobreza”, expresa Mauricio Cadavid Restrepo, director de
Ahora la pregunta que queda en el ambiente es si con esta decisión se puede cerrar también el ciclo de la “pactación” entre ilegales y poder político regional que diversos analistas y organizaciones no gubernamentales han señalado como práctica recurrente en la historia de Medellín a fin de mantener orden y seguridad.
Sobre el particular, Patricia Fernández, integrante de
“Estamos frente a discusiones distintas. Uno es el proceso puntual del Alcalde, que para fortuna de la ciudad tuvo un desenlace positivo. Otro es lo que está de fondo y es precisamente lo que Salazar señaló en su momento con los casos del “Cebollero” y del fiscal Guillermo Valencia Cossio: la imbricación entre lo legal y lo ilegal”, expone Fernández.
Para Liliana Uribe, abogada de
“En Medellín ha habido siempre una tendencia al pacto. Hace pocas semanas los transportadores de un barrio pactaron con una banda para que los dejaran trabajar. Entonces, discusiones como la de la ‘donbernabilidad’ no están ligados únicamente a Salazar, de hecho, si hubiera ganado otro candidato, de seguro estaríamos discutiendo lo mismo: la tendencia de estar haciendo acuerdos con la ilegalidad”, conceptúa Uribe.
En este sentido, políticos como Jorge Mejía, ex secretario de Gobierno de Antioquia, siente que así el sólo empleo del término “donbernabilidad” genere fuerte controversia con
No obstante, el propio Mejía reconoce la voluntad política de
Lo que inquieta a Mejía, como a un sector representativo de la sociedad antioqueña es si la ciudadanía ha captado este mensaje, si se tiene en cuenta que el próximo año será la contienda electoral por alcaldías y gobernaciones.