Marc Chernick es considerado uno de los académicos extranjeros que más ha estudiado a fondo la historia y los orígenes del conflicto armado colombiano. Este estadounidense, que llegó a Colombia hace 35 años, ha escrito decenas de ensayos, artículos y varios libros que resumen y dan cuenta de los conflictos en Colombia y América Latina.
Chernick que fue uno de los invitados especiales a la VII Conferencia Latinoamericana y Caribeña de las Ciencias Sociales para hablar sobre el ‘proceso de paz: alcances y límites de los acuerdos en Colombia’, en el salón 4 de Plaza Mayor; habló con la Agencia de Prensa del Instituto Popular de Capacitación (IPC) sobre esos aspectos.
¿Cómo ha visto este actual proceso de paz en La Habana?
Es la gran oportunidad que tiene Colombia. Y una muestra fundamental es que las FARC como organización han tomado la decisión de buscar la paz, y están comprometidas, ni la muerte de Alfonso Cano frenó la posibilidad de negociación. Además por primera vez en la historia de este país no hay una división política tan fuerte como en anteriores procesos de paz. Es decir hay un panorama nacional muy favorable y en el ámbito internacional también.
Por ejemplo Estados Unidos había actuado como saboteador de intentos de paz con las FARC, pero en esta ocasión el presidente de EE.UU. Barack Obama envió una persona para apoyar la mesa de negociación en La Habana, Cuba.
En conclusión, hay seriedad de lado y lado, se han firmado tres acuerdos y no hay interés de levantarse de la mesa. Lo que demuestra dos elementos importantes: madurez y compromiso de negociar la paz. En los procesos de La Uribe, Caracas, Tlaxcala y el Caguán, cada vez que se presentó un acontecimiento como este del Cauca, se rompió la mesa y terminó la negociación. Esta vez, a pesar de la gravedad de algunos acontecimientos que han causado revuelo en la opinión pública, siguen negociando.
¿Está de acuerdo con que los excombatientes participen en Política?
Eso tiene una lógica y una razón de ser, es que las bases esenciales de cualquier proceso de paz en este planeta es transformar un conflicto armado en una contienda política, donde un grupo ilegal como las FARC se convierta en un movimiento o partido político y donde haya una expansión de la participación política legitima de las fuerzas sociales y políticas –de la izquierda, centro y derecha –sin recurso a la violencia.
En determinado momento de la historia de Colombia es inevitable que esto pase, ahí es donde se puede ver la verdadera democracia de un Estado. Pero, dentro del marco de la justicia transicional que están construyendo en el país y dentro de la ley internacional, es probable que unos pocos de quienes fuese posible probar cargos por delitos de lesa humanidad, difícilmente podrán llegar a ejercer la política.
Qué tan importante han sido las víctimas en este proceso, ¿cuál es su opinión al respecto?
El presidente, Juan Manuel Santos ha obrado bien en ese aspecto. Esta es una guerra con muchas caras, víctimas civiles, agentes del Estado, la guerrilla, y de los paramilitares. Si se va a terminar la guerra y construir la paz, hay que reconocer a las víctimas de todas las fuerzas involucradas. Entonces el movimiento de las víctimas y sus voces, las cuales se han organizado, son un avance en el proceso. Y estoy seguro que más del 87 por ciento de los colombianos dirían sí a la paz, en un eventual referendo.
La idea de enviar a Cuba sólo a víctimas de las Farc no tiene sentido. Sería una forma de distorsionar el conflicto y la verdad, un poco como sucedió con la desmovilización de los paramilitares en la época de Álvaro Uribe. Creo que es positivo lo que está sucediendo en la mesa de diálogos de La Habana.
Pero lo trascendental y urgente que el país necesita, es entender sus raíces históricas y conocer los abusos y las violaciones cometidas por todas las fuerzas involucradas en el transcurso de casi setenta años de guerra continua, desde la violencia de los años cuarenta.
¿Qué se puede hacer desde las universidades para arropar ese proceso de paz?
Dese la academia, la política pública y la conciencia crítica, tenemos algo que no tienen muchos y es: conocimiento social, capacidad para entender y debatir los fenómenos. En ese orden de ideas se tiene que visibilizar el proceso, pelearnos un poquito con los medios de comunicación y sus estrategias para perder el ritmo del proceso de paz.
Hay que defender el proceso de paz. Se debe articular un sistema de gestión de conocimiento de los programas de las universidades, producir conocimiento e información referente al proceso de paz, para entender que debemos hacer, dar la voz a las víctimas que han vivido la guerra.
Toda esa información tiene que circular por las redes. Hay que obligar a que ese sea público e intentar que las personas se apropien del tema en las regiones,en foros públicos y debates. Así conseguiremos no ser inferiores al desafío de la paz, garantizar resistencia y construcción social.
¿Y el postconflicto, cómo se puede tratar?
Con la reintegración de excombatientes y atención a las víctimas, así como atender las necesidades de las comunidades. La reintegración no se puede dirigir desde una oficina en Bogotá, sino que debe ser basada en la participación activa de las comunidades en cada región.
En el siguiente audio está una parte de la entrevista a Marc Chernick.
