Boletín N° 19 Por la Democracia y la Paz – Observatorio DDHH y Paz del IPC

Presentación

            Todos estamos de cara al pasado, de espaldas al futuro. Lo que tenemos a la vista es lo que ha ocurrido, no lo que ocurrirá. El lenguaje es el conjunto de cuanto hemos obtenido y acumulado. Pero lo verdaderamente poderoso y significativo no está en la palabra formal, reglamentada y organizada, sino en la palabra viviente, en su capacidad de revelar y de conmover.

(Ospina, 2012, p. 14).[1]

Descargar aquí: Boletín Observatorio N° 19_diciembre de 2016

            El mundo se estremece y Colombia no es la excepción. Sin lugar a dudas en medio de un contexto mundial en el que la emergencia de las posturas más conservadoras luchan por reinstalarse en los espacios en los que gobiernos progresistas, movimientos sociales y dinámicas de resistencia vienen construyendo posibles para la emergencia de otras maneras de tejer las realidades, este país, cuya gente también pulsa y tensiona, se ha hecho un lugar especial en la política internacional, por los desafíos en los que ha decidido medirse en relación con la construcción de una paz estable y duradera.

            2016 será el año que pasará a la historia cronológica de la humanidad como el lapso en el que un país que jamás ha conocido la paz, luego de apostar por generar las condiciones para firmar un acuerdo entre el grupo insurgente más antiguo de planeta y su gobierno terminó, mediante el ejercicio de un mecanismo de refrendación popular, por razones que todavía no se alcanzan a comprender integralmente, diciéndole NO a ese pequeño espacio de paz que se le ofrecía. Pero, además, por ser pocos días después reconocido como el país del nuevo acreedor al premio Nobel de paz, su presidente: Juan Manuel Santos Calderón.

            Ese país, que no es otra cosa que una nación de naciones, es el mismo que todavía hoy, 30 de noviembre, se sigue buscando en las contradicciones y articulaciones que le han permitido refrendar vía legislativa en el Congreso lo que con el voto popular no hizo. Es el país que, en medio de la diferencia radical que habita en sus territorios, cosmovisiones, pensamientos, posturas y miradas, le dice al resto del mundo que los gestos que encierran la conversación y la escucha digna y respetuosa, entre quienes no piensan igual, siempre serán más honrables y decisivos que la indiferencia y el miedo que condenan a las sociedades a repetir su historia como una letanía.

            Consciente de esto, el colectivo de integrantes del Instituto Popular de Capacitación (IPC) y, en específico, el de su Observatorio de derechos humanos y paz, reelige tras casi 35 años de existencia, seguir creyendo en caminar lado a lado con las poblaciones de Antioquia y del país con las que vienen aprendiendo por la senda de la paz. Y, confiando que solo tendiendo vínculos de problematización y comprensión sobre las realidades se pueden proponer salidas pertinentes a los conflictos, espera que este Boletín se torne en una extensión de esa conversación y escucha que ahora, más que nunca, se asumen como necesarias y vitales.

            En este sentido, las siguientes cuartillas recogen reflexiones, investigaciones, comprensiones, opiniones y apuestas en seis textos que, en clave de compromiso Por la democracia y la paz en Antioquia y Colombia, despliegan, a su vez, una recuperación de la esperanza planetaria en favor de la inclaudicable tarea de reconocer y construir Otros mundos, en un mundo de mundos que, aunque real y plural, sigue siendo devastado desde la cómoda ficción de un mundo único.

            Así, en Democracia: requisito de los Derechos humanos”, Diego Sierra en conversación con el texto de ¡Indignaos! del pensador Stephne Hessel y el contexto de acuerdos de paz que transita el país, reflexiona en torno al papel que cumple la Democracia en relación con la práctica concreta y cotidiana de los Derechos humanos, no sin advertir de los peligros que trae para la vida, en todas sus expresiones, fenómenos globalizadores como la indiferencia.

            En el informe “Políticas de seguridad en Medellín. Retórica autoritaria y populismo punitivo, de Juan Esteban Jaramillo Giraldo y Diego Sierra, integrantes del Observatorio de derechos humanos y paz del IPC, se hace un balance sobre las políticas y estrategias de seguridad, derechos humanos y paz puestas en marcha por la actual administración municipal, tanto en sus planteamientos como en su puesta en escena, centrando la atención en la forma cómo se está pretendiendo resolver los fenómenos de violencia asociados a la criminalidad en la ciudad. En su análisis abordan el período comprendido entre enero y octubre de 2016, pero sin perder de vista los antecedentes históricos de las diferentes formas de afectación de los derechos humanos de la población en general, en escenarios de criminalidad armada; al tiempo que hacen un aporte a la comprensión del proceso de arraigamiento de estructuras criminales y constitución de todo un sistema social que legitima la presencia de actores armados y el uso permanente de la fuerza en la tramitación de los diversos conflictos que surgen en los territorios.

            En La producción neoliberal de vidas residuales”, Juan Esteban Jaramillo Giraldo, teniendo como objeto de estudio las sucesivas políticas desarrolladas en Colombia desde 1986, plantea cómo las acciones gubernamentales han estado enfocadas hacia la construcción de un escenario de libre competencia insertado en el mercado mundial que ha llevado al establecimiento de un régimen de excepcionalidad permanente en materia económica acompañado, a su vez, de una política de seguridad de corte militarista. En coherencia sustenta en su texto cómo lo anterior ha conducido al establecimiento de condiciones ideales que han posibilitado la consolidación de procesos de acumulación y concentración de la riqueza que han generado condiciones de precarización de la vida de un grueso número de la población, en particular, campesina y obrera.

            En el artículo, Los riesgos de una paz impuesta” Ariel Humberto Gómez Gómez asume una reflexión en la que coloca en duda los supuestos que llevan a pensar que cuando se habla de un concepto como la paz, todos y todas hablamos de una misma idea. De esta manera abre la mirada a diversas concepciones de paz construidas desde coordenadas geográficas y culturales del mundo, ciertamente distantes, haciendo énfasis en la necesidad que tiene Colombia de recuperar sus propias ideas acerca de la paz.

            En el texto, Despojo y abandono forzado de inmuebles en Medellín” Juan José Moncada Carvajal presenta una síntesis de la investigación realizada en 2016 por el Sistema de información para la seguridad y la convivencia (SISC), de la Secretaría de seguridad y convivencia de la Alcaldía de Medellín. En esta deja en claro que no existe una línea divisoria y precisa entre los conceptos de abandono y despojo y que, por el contrario, son complementarios en una dinámica delictiva que conduce a la pérdida patrimonial de numerosas familias y a un largo proceso de transformaciones e impactos sociales. Asimismo plantea que, si bien a nivel nacional se cuenta con una legislación que determina los mecanismos para proteger los predios urbanos abandonados o despojados y la restitución de los mismos, las actuaciones oficiales no son suficientemente efectivas para llevar a cabo estos propósitos. Frente a Medellín dice que la ciudadanía cuenta con el apoyo institucional para atender la emergencia familiar y social que suscita esta problemática.

            Y, finalmente en “Cuerpo, conflicto y fragilidad en el estar-siendo paz”, Marta Cardona López reflexiona sobre cómo la paz circunscribe un caleidoscopio de aspectos, los cuales se terminan ignorando cuando las conveniencias del momento lo ameritan. Ante esto se pregunta sobre cuáles serían posibles a considerar frente a las circunstancias que se vienen viviendo en Colombia y el mundo y enuncia tres posibles en clave de necesidad: In-corporar la paz, Potenciar el conflicto y Vindicar la fragilidad, como imprescindibles para la construcción de una paz integral fundada en la experiencia y afectación de los sujetos desde sus contextos de realidad.

Descargar aquí: Boletín Observatorio N° 19_diciembre de 2016

 



[1]
Ospina, W. (2012). La palabra viviente. Prólogo de libro. En: Rocha, M. Palabras mayores, palabras vivas. Bogotá: Taurus.