Con actividades espiriturales, culturales y de memoria, el jueves 23 de marzo de 2017 los miembros de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó conmemoran 20 años de resistencia en medio del conflicto armado.

Corría el año 1997 y San José de Apartadó, otrora con 5.000 pobladores, se hallaba casi vacío. De 34 veredas solo 8 quedaron habitadas por cerca de 500 personas. El miedo generalizado que ocasionaron dos masacres cometidas por militares, en septiembre de 1996 y febrero de 1997, causó el desplazamiento de la mayoría de habitantes de ese corregimiento del municipio de Apartadó en el Urabá antioqueño.

En dichas masacres los líderes del corregimiento fueron asesinados. Fue entonces cuando un grupo de campesinos decidió declararse como Comunidad de Paz, el 23 de marzo de 1997, para resistir en el territorio.

Todo esto ocurría en uno de los periodos más álgidos del conflicto armado colombiano, en el que la expansión de los grupos paramilitares llegaba a su momento culminante con la conformación de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) comandadas por Carlos Castaño, quien tenía su base de operaciones entre el sur de Córdoba y el norte de Urabá.

El poder de este grupo paramilitar alcanzaría incluso la Brigada XVII del Ejército, en Urabá, cuyo excomandante, el general Alejo del Río, fue condenado a 25 años de prisión por el asesinato y decapitación del líder chocoano Mariano López, ocurrido en febrero de 1997, cuando un grupo de paramilitares del Bloque Élmer Cárdenas incursionó en el caserío Bijao de Cacarica en el municipio de Río Sucio, Chocó, con el apoyo de dicha brigada.

«Todavía vivíamos en las veredas y con la declaratoria de Comunidad de Paz esperábamos ser respetados y poder seguir en nuestras tierras, pero estábamos equivocados; tropas del ejército en conjunto con los paramilitares realizaron operativos en las veredas, asesinaron gente de nuestra comunidad y a muchos de ellos les colocaron camuflados para decir que habían sido asesinados en combate», relata la Comunidad en su página oficial.

Los campesinos que sobrevivieron a la incursión en las veredas salieron a la cabecera del corregimiento donde comenzaron a resistir.

Pero en 2005 ocurriría otra de las mayores tragedias de la comunidad. Entre el 21 y el 22 de febrero de ese año, durante la presidencia de Álvaro Uribe Vélez, paramilitares con apoyo de la Brigada XVII del Ejército, torturaron, asesinaron y descuartizaron a siete personas en ese corregimiento. Los hechos fueron aceptados por el Estado colombiano en un proceso de conciliación con la defensa de las víctimas, a las cuales la Nación deberá indemnizar con el pago de 3.800 millones de pesos.

En aquella época, la Comunidad de Paz saldría de la cabecera del corregimiento y se instalaría más abajo en un terreno cerca de la carretera que conduce hacia Apartadó, a raíz de la decisión del Gobierno de instalar una base militar y luego una estación de Policía junto al caserío de San José. Edificaciones militares que, argumentó la Comunidad, ponían en mayor riesgo a la población de quedar en medio del fuego cruzado con los actores del conflicto.

Hoy por hoy, los habitantes de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó conmemoran 20 años de resistencia, y lo hacen cuando el Colombia empieza a implementar el proceso de paz con la guerrilla de las FARC y avanza en los diálogos con la guerrilla del ELN.

Pero también, en momentos en que varios movimientos políticos y organizaciones de derechos humanos del país denuncian el asesinato de líderes sociales junto a la expansión de los grupos paramilitares que se reconfiguraron tras el proceso de Justicia y Paz, Ley 1975 de 2005, que posibilitó la desmovilización de las AUC.

Y aun hoy la Comunidad de Paz sigue siendo una de las más afectadas por el cerco del paramilitarismo y también por las agresiones del Ejército. Hace apenas un mes la Comunidad denunció que paramilitares violaron a una menor de edad. Esto tras una seguidilla se ataques y señalamientos contra los habitantes de San José de Apartadó: