Jhon Jairo Dávila era el presidente del Comité Provida de la Junta de Acción Comunal Cañaveral Chicamoqué en límites entre Remedios y Segovia, en el Nordeste antioqueño.
Cuenta una persona en la mañana del 10 de septiembre, mientras operaba una máquina para arreglar la carretera entre las veredas Cañaveral Chicamoqué y Panamá Nueve, se acercó un grupo de personas encapuchadas que indagó por la identidad de las personas. Amarraron a Jhon Jairo y a dos personas más y se las llevaron. Al final de la tarde, un grupo de la comunidad les solicitó a los armados que los liberaran, accedieron a hacerlo con dos de ellos, pero dijeron que retendrían más tiempo a Jhon Jairo, porque le querían hacer unas preguntas, les dijeron que no temieran por su vida, que no le sucedería nada.
“Eso es lo peor, no se identificaron como nada. Dijeron que no querían ver a nadie circulando por la carretera”, dijo una persona, que pidió la protección de su identidad.
Pero a las 8:30 de la noche escucharon unos tiros cerca del lugar y en la mañana del 11 de septiembre lo encontraron muerto.
Jhon Jairo Dávila hacía parte de varios proyectos productivos que tienen los excombatientes de las Farc y que hoy están en el ETCR de Carrizal, en Remedios, ubicado a cinco kilómetros de donde asesinaron al líder comunal. En un proyecto tenían sembradas 17 mil matas de cacao y esperaban sembrar 30 mil más, mientras que el segundo era un proyecto de piscicultura, con 50 mil pescados, como tilapia, cachama y bocachico.
Debido a las amenazas y a los últimos hechos violentos en esta zona en la que limitan los municipios de Remedios, Segovia, El Bagre y Santa Rosa, entre Antioquia y el Sur de Bolívar, uno de los exguerrilleros salió desplazado de la zona hace un mes y otro lo hizo hace un par de días.
Dice un excombatiente de las Farc que “la situación de seguridad está muy grave. Estamos consternados, muy tristes, conocíamos a este líder de la región, una persona muy querida por la comunidad, por el trabajo que venía desarrollando. Él vivió el conflicto, pero ahora en el posconflicto era alguien que se puso a disposición del proceso de paz”. Agrega que Jhon Jairo también tenía un proyecto con el que esperaba sembrar 50 mil árboles en la Serranía de San Lucas, para proteger el río Chicamoqué.
Una sucesión de hechos violentos
El 27 de agosto, el mayor general Juan Carlos Ramírez Trujillo, comandante de la Séptima División del Ejército, dijo que sus tropas habían llegado a la vereda Cañaveral, luego de que se denunciara la presencia de alrededor de cien hombres de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC).
Si bien es una zona en la que, aseguran habitantes del territorio, hay una fuerte presencia del Ejército en las últimas semanas, también es una zona en la que hacen presencia las AGC y la guerrilla del ELN.
Una fuente a la que se reserva la identidad por razones de seguridad, le dijo a la Agencia de Prensa IPC que allí está confluyendo una alta presencia paramilitar a la par que hay un operativo de la fuerza pública. Describe los hechos ocurridos desde el 27 de julio, cuando un grupo armado asesinó a una persona y desapareció a dos más en el corregimiento Puerto López, en el municipio de El Bagre, cerca del ETCR de Carrizal. Días después ese mismo grupo armado asesinó otra persona y luego liberó a tres, por intermediación de las comunidades.
El 22 de agosto apareció un grupo paramilitar en la vereda El Río de Segovia, cerca de Carrizal. Ante esta denuncia el Ejército envió a algunos de sus miembros para que hicieran presencia en la zona.
El 24 de agosto asesinaron a una persona en la vereda Panamá Nueve. El grupo de encapuchados responsable dijo que eran del ELN y que les daban 24 horas para desplazarse a las personas que tuvieran “dificultades” en la región.
El 28 de agosto el ELN asesinó a Mario Morales, líder del partido Farc en la vereda Palma Chica en el municipio de Santa Rosa, Sur de Bolívar, ubicada a unos cinco kilómetros del lugar en el que asesinaron a Jhon Jairo Dávila.
Un líder del partido Farc asegura que están cercando a los excombatientes que están en el ETCR de Carrizal, por lo que están en peligro 76 excombatientes (58 hombres y 18 mujeres), 42 niños y 38 familiares.
Las personas consultadas por la Agencia de Prensa IPC, coinciden en que el responsable de la muerte de Jhon Jairo Dávila es el ELN, porque este hecho es similar a los que ocurrieron las semanas anteriores.
Hasta el momento de publicación de esta nota, la Séptima División del Ejército no había confirmado cuál era el grupo responsable del asesinato de este líder.
Para Luz Nely Osorno presidenta del Instituto Popular de Capacitación-IPC, “este hecho es lamentable, demuestra una vez más la necesidad de dar cumplimiento a lo pactado en los acuerdos de paz en La Habana, Cuba. Es urgente retomar los diálogos con el ELN y desmotar el paramilitarismo en todo el territorio nacional, así mimo es deber del Estado colombiano brindar las garantías necesarias, para que los reincorporados que le cumplen a la paz, comunidades campesinas y étnicas, permanezcan en los territorios con condiciones de seguridad.”
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