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¿Cuál es el panorama para los defensores y defensoras de derechos humanos en el próximo gobierno de Colombia?

En lo corrido de 2018 han sido asesinados más de 60 personas dedicadas a la promoción y defensa de los derechos humanos en el país, según datos del programa Somos Defensores.

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Preocupación genera el aumento en el número de asesinatos a líderes y defensores de derechos humanos en el país. En 2017 el Programa Somos Defensores contabilizó 106 asesinatos, cifra que representó un aumento del 32.5% en comparación con 2016. Y en lo corrido de 2018 se registran 60 casos de muerte, más de la mitad del total reportado en el periodo anterior.

Las cifras fueron reveladas por Carlos Guevara, coordinador del Sistema de Información de Somos Defensores, plataforma conformada por la organización Minga, la Comisión Colombiana de Juristas y Benposta Colombia. Ver Piedra en el Zapato – informe 2017

Ante la difícil situación que enfrentan los líderes y defensores de derechos humanos en el país, las expectativas en el próximo gobierno son altas. De un lado, porque será indispensable que el nuevo Presidente de Colombia implemente acciones​ eficaces para proteger la vida y labor de estas personas, lo que no ha logrado hacer Juan Manuel Santos.

Y de otra parte, porque es necesario que el nuevo mandatario le dé continuidad y desarrollo a la política pública de protección a líderes y defensores de derechos humanos. Así como al acuerdo de paz con las FARC y al proceso con el ELN.

Para entender mejor el panorama, entrevistamos a Carlos Guevara, tras la presentación en Medellín de la serie documental Positiva, realizada por Somos Defensores para mostrar los valores y aspectos positivos de los líderes y defensores de derechos humanos en Colombia. Esto fue lo que nos dijo:

Carlos, ¿cuál es la situación actual de los líderes y los defensores de derechos humanos en Colombia?

Los defensores enfrentan un proceso de transición y de bastante incertidumbre. Están siendo altamente agredidos: hay muchos homicidios, los homicidios afortunadamente son visibles, no se quedan en el silencio, sino que cada vez son más visibles, cuando hay un muerto pues al menos se ve, pero eso contrasta con la falta de resultados efectivos del Estado para protegerlos; no porque se vea significa que los protejan mejor.

Entonces creo que hay mucha incertidumbre en cuanto a la situación actual de los defensores de derechos humanos, teniendo en cuenta las próximas elecciones y además de eso teniendo en cuenta lo determinantes que son y seguirán siendo para la implementación del acuerdo de paz con las FARC y la continuidad de los diálogos de paz con la guerrilla del ELN.

¿La violencia contra los líderes y defensores de derechos humanos se ha vuelto un problema cíclico?

Efectivamente hay ciclos. Hemos visto cómo en otros periodos se incrementan los homicidios, como pasó en el año 2013. Entonces los homicidios llegan a un tope, pero luego se incrementan  las judicializaciones y bajan los homicidios nuevamente, como ustedes pueden verlo en las cifras, entre el 2013 y el 2014 que fueron muy amplias judicializaciones después de las marchas y protestas campesinas de esa época.

Ese círculo vuelve y se reactiva, y creemos que eso no es una situación puntual sino que ese círculo se está activando nuevamente.

¿Cuáles pueden ser los riesgos en el próximo gobierno de Colombia?

Yo lo reduciría a que muchos de los logros en temas de política pública en protección, prevención e investigación sobre las agresiones contra defensores de derechos humanos pues efectivamente puedan reversarse, que el próximo gobierno baje el nivel de importancia de este tema y vuelva y lo oculte, o vuelva y lo convierta de nuevo en un tema aislado, en un tema periférico como fue en la época de Álvaro Uribe en el que teníamos niveles importantes de homicidio, aún más niveles de atentados, de amenazas, de judicializaciones y pues no hacían parte de la gente del gobierno, era más la presión que hacían las organizaciones a nivel internacional y los gobiernos extranjeros presionando al gobierno colombiano.

Entonces el temor es que volvamos a esa época en primera instancia. Y en segunda, pues que se fortalezcan estos grupos armados organizados, como lo hemos visto, que también se fortalezcan los grupos armados organizados residuales disidencias de las FARC, y que las guerrillas como en este caso el EPL y el ELN, se fortalezcan si llegaran a encontrarse ante un gobierno que no esté abierto al diálogo, abriéndose al futuro o hacia la paz, sino a la continuidad de la solución violenta de los conflictos.

¿Cuál es el mayor reto para proteger a los líderes y defensores de derechos humanos?

El reto más grande que tienen los defensores en este momento es que la política pública que existe se cumpla y se cumpla a cabalidad, que no sea solamente una cosa en el papel, sino que todos esos logros que ya se alcanzaron en el papel pasen a realizarse de manera material.

Otro elemento que daría garantía efectiva es que la comunidad internacional, los medios de comunicación, la academia y demás, sigan rodeando a los defensores como lo han hecho en los últimos dos años a partir del incremento de los homicidios, y que ello permita legitimar cada vez más su labor para bajar un poco la estigmatización, en un ambiente absolutamente estigmatizante y polarizado, como el que posiblemente tengamos en una presidencia de Iván Duque.

Yhoban Camilo Hernandez Cifuentes
Periodista egresado de la Universidad de Antioquia. Candidato a Magister en Ciencia de la Información con Énfasis en Memoria y Sociedad, Escuela Interamericana de Bibliotecología de la UdeA. Coordinador de la Agencia de Prensa IPC entre 2012 y 2018. Actualmente periodista en Hacemos Memoria. Trabajando por esa Colombia excluida y vulnerada, por aquellos que no son escuchados y por la anhelada paz. Aficionado a la literatura, al rock, a las huertas y a las buenas películas.