Lo primero que hará José María Herrera Llano será tumbar rastrojo para volver a sembrar yuca, plátano y maíz.

Hay que empezar de cero, hay que construir una casita aunque va a tocar comprar madera porque los que tenían la finca tumbaron todos los árboles.

Pero eso va a dejarlo para la próxima semana, porque hoy acompañará a sus antiguos vecinos Aicardo Góez y Arturo Sánchez quienes también recibirán sus bienes de forma material.

Con este proceso empezó a hacerse efectivo el fallo emitido el 22 de julio de 2015 por la Sala Especializada de Restitución de Tierras del Tribunal Superior de Antioquia, que ordenó la restitución de cuatro predios, con un área total de 207 hectáreas, en la vereda Los Cedros del municipio de Mutatá. Ordenan restitución a familias que reclamaban predios en la hacienda Monteverde en Urabá

José María recibió su predio este jueves 15 de octubre, al igual que su vecina Alicia Carupia Domicó, una indígena de la étnica Emberá quien llegó acompañada de 10 de sus familiares entre hijos y nietos. Ellos recibieron las fincas La Esperanza y Mí Bohío, respectivamente.

Fue en 1996 cuando José María Herrera Romero, el padre, tuvo que abandonar su finca. Salió en compañía de su esposa y seis de sus siete hijos, pues uno de ellos, Rafael Enrique Herrera Llano, había desaparecido desde el 20 de febrero de 1996 en la vereda Los Cédros. De la tierra salieron por las amenazas de grupos paramilitares que los intimidaban para que vendieran. Atemorizados porque otros de sus vecinos ya se habían desplazado y algunos incluso habían sido asesinados, se vieron obligados a ceder.

A los Herrera los obligaron a vender la finca “por valor de $8.000.000, lo que se hizo por escritura pública 508 de fecha 13 de julio de 1996 de la Notaría Única de Chigorodó realizado entre José María Herrera Romero como vendedor y Jesús María Gómez Gómez y Pedro José Ossa Yepes como compradores.” Indica la sentencia de restitución que luego explica como el predio fue objeto de varios negocios jurídicos hasta que el 22 de octubre de 1998 se hizo una compraventa a favor de la empresa Todo Tiempo S.A.

Ahora, la familia Herrera Llano nuevamente recibió su finca de 21 hectáreas. La entrega la hicieron funcionarios de la Unidad de Restitución de Tierras de Apartadó, en presencia de una jueza y con acompañamiento de la policía, el Ejército, la Comisaría de Familia y la Personería de Mutatá.

Al acto fueron otros 30 reclamantes de tierras que, en un gesto de solidaridad, hicieron presencia en el lugar para acompañar a las 4 familias beneficiadas. “Pero a los reclamantes no nos dejaron entrar porque la hija de Fabio Moreno no quiso”, afirmó Beatriz Elena Mestra.

La hija de Fabio Moreno es María Teresa Moreno, quien administra la hacienda Monteverde donde eran reclamados estos predios y donde otras 24 familias solicitan tierras que fueron despojadas o abandonadas entre 1996 y 1998 a causa de la violencia paramilitar. En otras ocasiones, esta mujer se ha enfrentado a los reclamantes, como ocurrió el 6 de abril de 2015 cuando un grupo de víctimas de la Asociación Tierra y Paz se concentró en Monteverde para adelantar una protesta. Los campesinos fueron atacados con rifles de paintball, gases pimienta y tábanos eléctricos, causándoles lesiones a 5 de ellos. Agreden a reclamantes en Urabá, en la semana por la solidaridad con las víctimas

Esta vez la mujer también opuso resistencia. Beatriz Elena, cuenta que María Teresa Moreno trató de obstruir el ingreso de las familias reclamantes y advirtió “que no iba a entregar las tierras.”

“Siempre hubo dificultad con la gente que tenía la tierra”, confirma José María Herrera, al revelar que María Teresa Moreno incluso quería tumbar la cerca de alambre que había alrededor del predio que le estaban devolviendo.

“Yo le dije que como iba a quitar el alambre, si cuando nosotros nos fuimos dejamos el alambre. Y ella dijo que lo iba a dejar pero que cuando yo se las fuera a entregar otra vez, se las dejara con alambre; como dándome a entender que ellos iban a apelar”, explicó desconcertado el campesino. Opositores destruyen bienes de predios restituidos en Urabá

Pero además, un abogado que acompañaba a María Teresa incluso le ofreció a José María que le arrendara las tierras a la familia Moreno, a lo cual el labriego declinó.

Foto: tierra y paz. La entrada a los reclamantes estuvo bloqueada por una cerca. Al fondo la mayoría cuyos predios deberán ser devueltos a Aicardo Goez.
Foto: tierra y paz. La entrada a los reclamantes estuvo bloqueada por una cerca. Al fondo la mayoría cuyos predios deberán ser devueltos a Aicardo Goez.

“Esa señora tiene rebeldía. La entrega que sigue es a Aicardo Goez, y les toca entregarle mayoría —la casa que alberga a los trabajadores—, pero ya ella dijo que le avisaron con muy poquito tiempo y que no la va a entregar, pidió más plazo quien sabe para qué”, agregó el labriego refiriéndose a la entrega que se realizará este viernes 16 de octubre.

El proceso de los reclamantes alrededor de Monteverde no ha sido pacífico. En varias ocasiones han sido presionados o agredidos de manera directa. El sábado 28 de octubre de 2014, un grupo de 7 hombres a caballo impidió el trabajo de una comisión de topógrafos de la Fundación Forjando Futuros que adelantaba el levantamiento topográfico de 28 predios en el corregimiento Nuevo Oriente del municipio de Turbo, en inmediaciones de la hacienda Monteverde. Los agresores bloquearon el paso de la comitiva, compuesta por 4 topógrafas de la fundación, 2 líderes de restitución de tierras, 6 víctimas del conflicto y 2 miembros de la Unidad Nacional de Protección. Controversia con Unidad de Restitución en Urabá por amenazas a topógrafos de Forjando Futuros

El 10 de febrero de 2015, catorce familias que habían retornado sin acompañamiento institucional fueron agredidas por un grupo de aproximadamente 80 hombres, algunos de ellos encapuchados, que destruyó las viviendas de madera e intimidó a las personas con palos y machetes. En esa ocasión, según relatos de los labriegos, la indígena Alicia Carupia, de 78 años, fue arrastrada por el suelo por los agresores tras negarse a desalojar su vivienda.

Aquel día, la líder de reclamantes Beatriz Elena Mestra desapareció en medio de los ataques y las autoridades tuvieron que activar una estrategia de búsqueda para poder encontrarla. La mujer fue hallada en un potrero, cerca de una quebrada, donde pasó la noche atemorizada por el asalto. Grupo de encapuchados agredió a reclamantes de tierras en Urabá

Pero después de tantas agresiones, José María Herrera pudo regresar a su tierra con la tranquilidad de que no lo podrán sacar. A falta de casa, la primera noche la pasó en la finca de un vecino: La Castaña, que fue restituida hace apenas 7 meses. Allí durmió colgado en una hamaca junto a su padre, a quien le repetía que era “una felicidad muy grande poder volver a la finca, algo como irreal.”