Entre las afectaciones al Instituto Popular de Capacitación (IPC) por la violencia política que padeció en los primeros 30 años de existencia, y por las cuales fue reconocido como sujeto de reparación colectiva con incidencia nacional, se halla el desarrollo de proyectos como el que estaba orientado, hasta 2014, a reconocer e interpretar las agendas del movimiento social de DDHH de los municipios del Valle de Aburrá.

De ahí que el IPC decidiera que las medidas de reparación acordadas con la Unidad para las Víctimas estuvieran orientadas a “reparar el movimiento de DDHH en Antioquia”. Y una de esas medidas fue, precisamente, la que permitió reunir nuevamente a organizaciones del movimiento social de DDHH del Norte y el Sur del Valle de Aburrá, para realizar un diagnóstico rápido de sus agendas y plantearles recomendaciones.

En efecto, el equipo del Observatorio de DDHH y Paz del IPC se reunió el pasado 28 de noviembre con líderes sociales del Sur del Valle de Aburrá. Según Marta Cardona, facilitadora del espacio de diálogo, el objetivo de aquel fue “hacer una lectura de la situación actual de los municipios del Sur, haciendo énfasis en las inconsistencias que se presentan entre los planteamientos de los planes de desarrollo y las realidades locales”.

William PabónUno de los líderes sociales que participó en el encuentro fue William Pabón, cofundador de la Corporación Nueva Gente, de Itagüí. En entrevista, él se refirió a la percepción que tiene sobre la situación actual del movimiento de DDHH y los temas que les preocupan a las organizaciones sociales –porque afectan algún derecho individual o colectivo– que desarrollan sus actividades en ese municipio.

¿En qué ha consistido la labor de la Corporación Nueva Gente?

La Corporación Nueva Gente surgió hace 12 o 13 años; inició con actividad juvenil y se fue enfocando en algunos espacios particulares, en este caso la defensa de los DDHH en el municipio. Entró a jugar un papel importante en el proceso de violencia de los años 90 y 2000 en el municipio. Se hizo un trabajo muy fuerte en el tema de denuncia y con la movilización social en algunas comunidades.

Comparado con el ejercicio que se hizo hace algunos años, hoy la Corporación está en un proceso lento y silencioso. Y cuando digo eso me refiero a que la actividad hoy está limitada solamente a algunas acciones de carácter de prensa, información y encuentros como este que estamos teniendo con algunas organizaciones cercanas en busca de reactivar algunos temas particulares.

¿Qué percepción tiene sobre la situación del movimiento de DDHH en Itagüí?

Para mí el proceso del movimiento en Itagüí no está muerto, pero está agónico… en el sentido de que hay bastante silencio, y ahí toca asumir responsabilidades como desde lo que hacemos, porque uno dice: bueno, hubo una actividad acorde en cierto momento, se ha reducido por cosas que pudieron haber pasado, se reintenta trabajar con los cercanos pero no se logra avanzar en ese trabajo, por lo menos entre organizaciones.

En resumen, el movimiento social de derechos humanos en Itagüí requiere una reconfiguración; requiere el reencuentro de nuevo de las organizaciones y, por lo menos, tener una actividad real, porque hoy hay un silencio que preocupa radicalmente, así como en la acción.

¿Por qué cree que se presentan esas dificultades?

Pasa que no hay un proceso articulado entre organizaciones. Aunque hemos tratado de encontrarnos en algunos momentos, ocurre algo muy particular en Itagüí y es que algunas están politizadas, y digo politizadas porque el ejercicio de las personas que ejercen los procesos políticos o algún tipo de representatividad tienen gran influencia en algunas de las organizaciones. Además, en el municipio hay algunas dinámicas que coartan los temas y el deseo de hacer el ejercicio de forma organizada.

Entonces yo creo que el movimiento está agónico y que si no se activa, si no se hace una actividad o no se genera una unión particular entre activistas por ciertos temas, vienen días más difíciles; porque en Itagüí hay una actividad seguida desde el espacio de Gobierno que se llama el ‘populismo punitivo’ y la campaña ha sido tan fuerte, tan intensa, que invisibiliza la acción real de las organizaciones sociales.

¿A qué se refiere con ‘populismo punitivo’ en Itagüí?

El anterior gobierno local generó un impacto gravísimo en el nivel de prensa con los asesores y con el proceso que estaba haciendo de control del orden público en el municipio. Invisibilizó una cantidad de acciones reales que vienen ocurriendo y logra contener otra cantidad de temas a través de fuerza, a través de imposición militar. Por ejemplo, se invisibilizó la actividad de las organizaciones armadas en el municipio, en este caso para lograr todo el ejercicio de seguridad que hoy suena en Itagüí.

Yo estaba mirando estadísticas y definitivamente logran reducirse los índices y descriptores de seguridad en los últimos años. Sin embargo, hay algunos de estos ítems que están descuidados o definitivamente nunca se han atendido y, por ello, tienden a incrementarse. La preocupación básica yo creo que surge ahí es en el tema de delitos menores: violencia intrafamiliar, abuso sexual, atracos, etc. También hay unos altos niveles de corrupción administrativa y ciudadana que se han normalizado.

¿Qué lectura tiene de la seguridad y el orden público en el municipio?

Valle de Aburrá 1

Homicidio. Después de la horrible noche que vivió Itagüí durante tantos años, uno de los últimos reportes enuncia que se cumple el estándar internacional de homicidios por municipio y por habitante. O sea, como estamos en el estándar internacional ‘ya podemos estar tranquilos’.

Pero hoy usted busca esa información presentada por el propio Estado en Itagüí y hay silencio. ¿Por qué? Porque aunque estamos en el estándar internacional, las cifras comparadas mes a mes con tiempos anteriores sí han empezado a subir de a poquitos. Eso es un fenómeno también preestablecido y prepensado por el propio Estado, cuando hace su proyección violenta en el país, en este caso porque inicia el proceso de posconflicto.

Extorsión. Con la llegada del Gaula de la Policía, la extorsión en Itagüí se ha reducido al mínimo; por lo menos las denuncias hechas por comerciantes y por personas en sí se han reducido al mínimo. Aunque yo mantengo mi duda; por ejemplo, eran muy afectados los transportadores, pero creo que debe haber ahí un negocio subterfugio de las organizaciones criminales, como siempre, para que eso no se visibilice.

Desaparición forzada. Itagüí siempre ha tenido un histórico en ese tema, no son tantas ni tan continuas. Siempre anualmente se evidencian entre dos y cinco desapariciones, y siempre se ha mantenido la estadística en ese sentido, no ha habido como mucha novedad en el tema. Generalmente si usted verifica estadísticas, se da cuenta que los desaparecidos son jóvenes entre 16 y 24 años, hombres y mujeres, que en algún tiempo estuvieron vinculados al conflicto.

Desplazamiento forzado. Hasta hace algún tiempo fue un contexto permanente de desplazamiento intraurbano en los sectores donde había más ejercicios de violencia, que son los que están en la montaña. Actualmente sigue habiendo desplazamientos por causa de amenazas de la estructura armada ubicada en el corregimiento Manzanillo, esa es la que más influencia tiene.

Bandas criminales. El Estado anuncia cada dos o tres meses la desarticulación de una banda, pero usted vuelve a los sectores y se va a dar cuenta que existen las mismas bandas, las mismas estructuras con los pobres muchachos renovados, haciendo su actividad en el mismo orden, teniendo las mismas funciones. Lo que pasa es que modifican su actuar radicalmente basados en la persecución.

¿Qué otros temas y/o derechos son preocupantes en Itagüí?

Educación. El Gobierno viene financiando infraestructura educativa para la construcción de megacolegios, pero esperamos que sean terminados en los tiempos establecidos y cumpliendo la reglamentación. También hay un tema que me preocupa y es la Jornada Única, que se viene implementando ahora que el Gobierno está reculando en garantías para que haya continuidad del Programa de Alimentación Escolar (PAE).

Por otra parte, a pesar de que hay un esfuerzo en procesos de formación de docentes, administrativos y todo el mundo, hay profesores de 25-30 años de experiencia que ya no quieren actualizarse, les da dificultad. Entonces hay material tecnológico pero no el aprovechamiento; esos materiales están subutilizados porque no hay profesores que los promuevan.

Salud. Hay un contraste: recientemente el municipio tuvo un reconocimiento en el tema de la gestión en salud, pero se tuvo que generar una nueva estampilla para poder salvar el Hospital del Sur, que estaba en riesgo y con el ojo de la Contraloría y Procuraduría por la gestión de sus recursos. La única decisión que encontraron fue generar una estampilla más, un impuesto más para contratistas, para poder inyectarle capital al Hospital, porque parece que no va a poder funcionar con las finanzas.

Construcción y vivienda. Las autorizaciones para construcción de edificación en el municipio se incrementaron en los últimos años de una forma radical. Ya se ven edificaciones de muchos pisos empezándose a generar por todo el escenario, por ejemplo alrededor de las obras de Metroplús. Entonces va a haber viviendas de estratos 4, 5 y 6, pero no para los habitantes de Itagüí, sino para quienes tengan las posibilidades de acceso, y eso va a hacer que aumente la densidad de población.

Empleo. Itagüí se traslada de municipio industrial y comercial a convertirse en municipio de servicios, siguiendo la lógica del Área Metropolitana. ¿Qué pasa con eso? Que el movimiento de industrias grandes que habitaban Itagüí en su época antigua, desde los 70 hasta acá, se está haciendo efectivo porque no hay puestos. ¿Qué hace el Municipio? Empieza a gravar con impuestos superiores las industrias y estas deciden irse, dando paso a las empresas de servicios. Por ese tipo de políticas, Itagüí nunca ha podido modificar la tasa de desempleo que existe.

Medio ambiente. Debido a las licencias de construcción, se está modificando el uso de esos suelos que hoy estaban considerados como de uso rural y ahora son construibles. Y hay un caso particular de afectación al ambiente y es el del humedal de Santa María La Nueva. Hoy a un lado se construye una edificación de 25 pisos y al otro, hay un proyecto de vivienda establecido. O sea que si no se hace algo el humedal está condenado a desaparecer.

Movilidad y espacio público. El municipio no tiene suficientes vías. Ahora está en un proceso de renovación de infraestructura, que no se desarrollaba desde hace aproximadamente 20 años, para la generación de espacios públicos, de movilidad, con un proyecto grandísimo del Metroplús. Por otro lado, la estadística dice que se redujeron como en 25% los accidentes de tránsito, pero va uno a ver las realidades en las calles y hay puntos que mantienen el mismo problema, que requieren intervención.

¿Cuáles temas o asuntos debería tener en cuenta el movimiento de DDHH?

Creo que por lo menos los textos y la información y las realidades están construidas y sobre perfiladas, sobre alimentadas; o sea, se ha hablado mucho, se ha escrito mucho, se ha mencionado mucho. Pero faltan espacios reales de interacción y debate entre las organizaciones, para la conformación de actividad colectiva, solidaridad, unión.

También a las organizaciones les hace falta esa capacidad de cambio inmediato. Estamos anquilosados en temas históricos y tratamos de hacer análisis sobre lo actual, pero algo nos pasa porque no estamos leyendo completamente la realidad. Hoy creo que falta involucrarse más con el mundo tecnológico, en forma profunda. Y digo en forma profunda porque hoy el 50% de las cosas que nos pasan en la vida están vinculadas a un proceso tecnológico.

Finalmente, ¿cómo le aporta el Plan de Desarrollo a la labor del movimiento de DDHH de Itagüí?

El Plan de Desarrollo menciona más de 200 veces la palabra derechos, pero va uno a hacer análisis y son argumentaciones de ley; es decir, son contenidos de relleno dentro del contexto. Y a la final las acciones reales con el enfoque de DDHH están soportadas solamente en dos entidades: la Personería Municipal y, algo que es valioso e importante, una Subsecretaría de DDHH, pero entonces ahí le adicionan cultura, juventud; o sea que es una persona a la que le entregan múltiples funciones.