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Panfletos generan inquietud en Santa Elena

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  • Líderes sienten que se busca desprestigiar protesta social por efectos de Parque Arví
  • Boletines comenzaron a circular desde el 15 de julio en todo el corregimiento

 

La circulación de unos boletines anónimos en los que se pide a “cualquier actor armado hacer limpieza social en todo el corregimiento de Santa Elena” tiene preocupada a la comunidad. 

 

El pasquín, que comenzó a circular desde el 5 de julio entre transportadores, comerciantes, habitantes y visitantes de esta zona turística de Medellín, hace serios señalamientos a la Mesa de Desarrollo Social de la Vereda Mazo, instancia creada en julio de 2010 con el objetivo de defender los intereses de las comunidades que se están viendo afectadas por el desarrollo del Parque Arví.   

En el documento anónimo se acusa a la Mesa de incentivar la violencia por cuenta de sus protestas sociales, liderar “los actos terroristas que se han presentado en el corregimiento” y además se leen frases como “es preocupante como la inversión y el desarrollo se deterioran por culpa de unos terroristas encabezados por la famosa Mesa de Desarrollo, que la palabra desarrollo no cuadra con las pésimas acciones que están promoviendo”.  

Esta no es la primera vez que las acciones de esta instancia de carácter comunitario son cuestionadas mediante pasquines. En junio pasado, la Corporación Parque Arví publicó en su sitio en Internet una carta firmada por Luis Rodolfo Alzate Hernández, guía del parque, en el que responsabiliza a los integrantes de la Mesa  de los daños cometidos por vándalos contra varias estructuras del lugar y califica las protestas sociales como “actos criminales”.  

Si bien la Corporación respondió que dicho documento no recogía el sentir institucional y que lo publicaba amparado en el derecho a la libre expresión de sus empleados, lo que queda claro es que las reivindicaciones de quienes se están viendo afectados por el desarrollo del centro ecoturístico están generando molestias entre algunos sectores. 

Pese a estas intimidaciones, que busca generar temor entre los líderes y a desvirtuar el trabajo de la Mesa ante la comunidad, sus integrantes se muestran aún más dispuestos a continuar reivindicando el derecho de los habitantes de esta parte del corregimiento de Santa Elena a permanecer dignamente en el territorio; permanencia que hoy se sienten amenazada por el Parque Arví.  

Peticiones

¿Pero cuáles son esas exigencias sociales que ya están generando señalamientos anónimos? Según líderes de la vereda Mazo, la primera de ellas guarda relación con la recuperación de la sede de la Asociación Mutual Santa Ana, demolida por orden de la Alcaldía de Medellín en junio de 2010, con el objeto de levantar allí un Centro de Desarrollo Empresarial Zonal (Cedezo), edificación contemplada dentro de las obras del Parque Arví. 

Precisamente el pasado 11 de junio, los habitantes de esta vereda y otras aledañas realizaron una serie de actividades culturales con el objetivo de recordarle a la Administración Municipal la deuda que tiene con las comunidades por este hecho que generó un amplio rechazo social. La jornada incluyó una marcha en la que se pidió la construcción de una nueva sede comunal, pero ésta terminó en enfrentamientos entre un grupo de jóvenes y miembros de la Fuerza Pública, que dejó como saldo dos motocicletas oficiales incineradas.  

Si bien los organizadores de la actividad rechazaron públicamente los hechos, aclarando además que se trató de una situación aislada protagonizada por personas ajenas a la vereda, explicación que fue compartida por el secretario de Gobierno de Medellín, Juan Felipe Palau, también dejaron en firme sus señalamientos hacia algunos integrantes de la Policía Nacional, quienes hostigaron y amedrentaron con insultos y frases desobligantes a los participantes durante todo el recorrido. 

“Nosotros construimos esa edificación hace más de 50 años y servía como punto de encuentro de todas las actividades comunitarias: teníamos un jardín infantil, celebrábamos todo tipo de reuniones, era nuestro punto de encuentro. En contraprestación nos ofrecen un salón del Cedezo por dos horas y tenemos que reservarlo con 15 días de anticipación. Por eso la actividad de junio; por eso nuestro reclamo: porque nos atropellaron”, explicó uno de los líderes veredales.  

Parque Vs habitantes

A la recuperación de la sede de la Asociación Mutual también se suma el rechazo a la construcción de una serie de porterías por parte de los responsables del Parque Arví cuya finalidad sería controlar el flujo de visitantes para evitar daños ambientales, pero que dejaría prácticamente confinados a los habitantes de las veredas Mazo, Piedra Gorda y El Tambo.  

“El Parque son 1.700 hectáreas propiedad de Empresas Públicas de Medellín y el Municipio de Medellín, pero eso no es un lote integrado, son lotes distintos mesclados con propiedades privadas de gente instalada hace años aquí. ¿Qué pasa? Pretenden instalar unas porterías encerrando incluso esos terrenos, encerrando una vía pública que ha existido desde siempre. Y eso va a restringir nuestra movilidad, el acceso de los visitantes que no vienen para el parque, nuestra privacidad. Es algo ilógico y desproporcionado”, señaló uno de los integrantes de la Mesa. 

Si bien los responsables del centro ecoturístico han negado ante medios de comunicación y en escenarios públicos que se vayan a construir dichas porterías, al visitar la vereda se observa la construcción de varios puntos que servirían como puertas de acceso al lugar. “Nosotros no tenemos un documento oficial, una resolución o algo escrito donde se certifique que no se construirán esas porterías. ¿Cuál es el temor? Que se inventen puntos de registro o algún otro mecanismo que restringa nuestra movilidad y no estamos dispuestos a permitirlo”, agregó otro integrante de la Mesa.  

Pero sin duda la mayor preocupación de los habitantes del corregimiento es poder permanecer en un territorio que colonizaron y poblaron mucho antes de que Medellín fijara sus ojos en él. Santa Elena hace parte de la Reserva Forestal Protectora del Río Nare, un espacio de más de 12 mil hectáreas declarado como tal en 1971 por Corantioquia y que comprende, además de esta zona rural de Medellín, otros municipios del Oriente antioqueño.  

Para ajustarse a las disposiciones contempladas para la Reserva Forestal, el Plan de Ordenamiento Municipal (POT) prohibió la construcción de nuevas viviendas en estos terrenos, así como las ampliaciones y mejoramientos de las zonas residenciales ya existentes. Pese a que la zona de reserva ya se encontraba poblada, esto nunca significó problema alguno, hasta que llegó el Parque Arví. 

“Resulta que muchas personas asentadas aquí hace años le dejaron un terreno a los hijos y estos a sus hijos y así creció el Corregimiento. Pero hace como una año comenzaron a anunciar que van a demoler cerca de 300 viviendas porque, según el POT, no son legales”, declaró uno de los integrantes de la Mesa. 

Para complejizar aún más la situación, con la resolución de sustracción de la Reserva de los lotes pertenecientes a EPM y al Municipio y que hoy constituyen Parque Arví se les concedió permiso para construir. “En el 2009 el Parque presentó un plan de intervención para 2.400 hectáreas a Planeación Municipal y esta entidad lo adoptó. Así, quedó permiso para construir para Arví, pero para el habitante no”, agregó el líder.

De ahí que muchos de los pobladores de esta vereda tengan un sentimiento distinto frente al Parque y se estén organizando para defenderse de los que ellos llaman “atropellos”. “Nosotros le estorbamos al Parque, pero nosotros hemos vivido aquí toda la vida. Y seguiremos defendiendo nuestros derechos, así traten de intimidarnos con pasquines”, sentenció una líder de la vereda Mazo.