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Piamonte: el fortín de Leo y Chepe

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* Por razones de seguridad se omiten los nombres de algunas fuentes.

“Piamonte en su historia fue la base militar del bloque Central Bolívar, ahí era donde torturaban, mataban la gente y ahí fue donde “Macaco” tuvo mando más de una vez, porque era su zona operativa.” Esta afirmación, hecha por un líder civil de Caucasia, da cuenta de la importancia militar que ha tenido el corregimiento Piamonte del municipio de Cáceres para los grupos ilegales del Bajo Cauca Antioqueño.

Luego de la desmovilización y posterior extradición de Carlos Mario Jiménez, Macaco, Piamonte se convirtió en el lugar desde donde Ángel de Jesús Pacheco Chanci, alias Sebastián, habría liderado la guerra de la banda Los Rastrojos contra Los Urabeños. Prueba de ello, es que Pacheco Chanci fue asesinado[i] en una finca de ese corregimiento donde al parecer solía reunirse con sus subordinados.

Tras la muerte de este jefe criminal y “después del pacto que hubo el año pasado –entre Urabeños y Rastrojos-, Los Urabeños dominaron todo lo que es el Bajo Cauca y están empoderados en la zona donde permaneció toda la vida Sebastián, que es Piamonte, la zona militar, o sea como decir un batallón”, aseguró el líder civil de Caucasia.

La ubicación geográfica de Cáceres ha hecho que este municipio sea importante para los grupos ilegales que buscan controlar el tráfico de drogas a través de los corredores naturales del Nudo de Paramillo. “Al estar situados en  las rutas del narcotráfico, los municipios de Cáceres, Tarazá y Caucasia son duramente afectados por las consecuencias de ese mercado ilícito.”[ii]

Sobre esta problemática, un funcionario público de Caucasia argumentó que “la localización de todo el Nudo de Paramillo y del Bajo Cauca, permite articular operaciones de tránsito hacia el Urabá Antioqueño, el departamento de Chocó, El Caribe y la región de El Catatumbo (Norte de Santander).”

Entre las rutas que utilizarían los grupos ilegales para el tráfico de drogas está la región de Los Tigres 1, 2 y 3, en los límites entre Cáceres y Caucasia. “Hay un corredor entre Piamonte (Cáceres) y Los Tigres (Caucasia) que lleva hasta El Bagre y Zaragoza. Igualmente hay un corredor en el corregimiento La Caucana de Tarazá, por ahí se sale a San José de Uré en Montelíbano; eso es en El Paramillo”, explicó el líder civil de Caucasia.

A parte de ser un corredor estratégico para el narcotráfico, Piamonte tiene una característica particular que les habría facilitado el dominio territorial a los grupos ilegales: para acceder a ese poblado, se requiere cruzar el río Cauca en un ferri que en la actualidad sería controlado por Los Urabeños, también conocidos en la zona como Águilas Negras.

Así lo reveló un funcionario público de Cáceres, al asegurar que para entrar a “Piamonte hay que pasar el río en ferri y el ferri es de ellos –Las Águilas Negras- y en Piamonte viven ellos. A Piamonte no pasa un carro de la policía jamás, ni se atreven a pasar tampoco.”

Incluso la periodista colombiana Salud Hernández Mora, fue testigo y víctima del control que ejercen los grupos ilegales en el corregimiento Piamonte. La situación ocurrió cuando la reportera intentaba llegar hasta la hacienda La Esmeralda, que fue propiedad del ex jefe paramilitar Carlos Mario Jiménez, Macaco, para hacer un informe sobre restitución de tierras.

De esta forma lo relató Hernández Mora en artículo publicado en el diario El Tiempo, el 27 de junio de 2012.[iii]

(…) El integrante de las ‘Águilas negras’ me impide llegar a ‘La Esmeralda’, la emblemática hacienda que tenía ‘Macaco’ en Piamonte, vereda de Cáceres que el jefe paramilitar convirtió en su centro neurálgico cuando reinaba en el nordeste antioqueño. En teoría, la finca está bajo la tutela de Acción Social, pero en la práctica sigue en la órbita de los grupos ilegales

(…) Para entrar al pequeño caserío de campesinos, pescadores y mineros pobres, a orillas del río Cauca, hay que cruzar en un destartalado ferri. Además de transportar a vecinos y vehículos, sirve a las ‘Águilas’ para controlar las entradas y salidas de forasteros, que no pueden desplazarse sin su permiso por una región montañosa, salpicada de fincas ganaderas y minas de oro…

De acuerdo con la versión del líder civil de Caucasia, quienes ahora están usando el corregimiento Piamonte como base militar son: Rafael Álvarez Pineda Chepe, máximo cabecilla de Los Paisas, y Jacinto Nicolás Fuentes Germán, Don Leo, jefe de Los Urabeños en el Bajo Cauca.

Según este líder, Chepe se encargaría de manejar el narcotráfico y la minería ilegal, y  Fuentes Germán estaría a cargo de la extorsión principalmente a mineros y comerciantes. “Don Leo, es el que está operando, tiene a más de uno pagando cuota, como hay otros que están huyendo, porque como no pagan la cuota entonces son objetivo militar, tanto ellos como la familia. Hay otros a los que les han quitado el entable de la minería.”

Esta persona aseguró además que, en algunos casos, Don Leo citaría a los comerciantes de la región al corregimiento Piamonte de Cáceres para negociar el cobro de las extorsiones. “Hace días citó a todos los dueños de las prenderías. Se enteraron el Ejército y la Dirección de Inteligencia de la Policía (DIPOL). Fueron a Piamonte y supuestamente los mineros creyeron que era un operativo de minas y todo el mundo se alertó.”

Y es que fue el propio presidente de la República, Juan Manuel Santos Calderón, quien el pasado 30 de enero de 2012, después de un consejo de seguridad en Caucasia, ofreció recompensas hasta de 100 millones de pesos por información que permitiera capturar a los principales líderes criminales del Bajo Cauca. En su discurso el jefe de estado ofreció dinero por los siguientes cabecillas:

“De las Bacrim de Urabá, alias ‘Don Leo’, jefe regional del Bajo Cauca de esta banda criminal; alias ‘El Mocho’, que opera en el sector de Nechí; alias ‘Santander’ o ‘Niño Corrales, en el sector de Zaragoza; alias ‘Beiker’, aquí en el sector de Caucasia; alias ‘Mauro’ o ‘Mauricio’, en el sector de El Bagre; alias ‘Ere’, en el sector de Cáceres.

Y en cuanto a ‘Los Rastrojos’, alias ‘Johnny’ o ‘Tomás’, en el sector de Cáceres; alias ‘Andrés’, en el sector de El Bagre; alias ‘Moncholo’ o ‘Maestre’, en el sector de Zaragoza; alias ‘Richard’, aquí en el sector de Caucasia, y alias ‘Oreja Peluda’, en el sector de Nechí.

Aún sin estar en esa lista de recompensas anunciada por el presidente Santos, el pasado 25 de septiembre de 2012 la policía capturó, en una finca del corregimiento La Caucana de Tarazá, a Germán Bustos, El Puma, quien presuntamente lideraba el brazo sicarial de Los Paisas y hacía parte del cartel de los más buscados publicado por la institución.

Al anunciar su captura el director general de la Policía Nacional, general Roberto León Riaño, explicó que debido a la estructurada piramidal de Los Paisas, en unión con Los Urabeños, alias El Puma podría ser reemplazado con facilidad.

Sin embargo, el general León Riaño aseguró que las autoridades perseguirán a quien lo suceda. “Y eso es lo mismo para alias Don Leo, para alias Mi Sangre.” De esta forma, alias Chepe parece haberse diluido en esta búsqueda de jefes criminales; mientras que alias Leo cobra cada vez más fuerza no sólo en el Bajo Cauca sino también en Medellín.

El nombre de Jacinto Nicolás Fuentes comenzó a sonar en la capital antioqueña, poco antes de que las autoridades capturaran en Buenos Aires, Argentina, a Henry de Jesús López Londoño, alias Mi Sangre, presunto jefe de Los Urabeños en Medellín quien le habría cedido el poder militar a Don Leo, para dedicarse exclusivamente al narcotráfico.

Así lo reveló el diario El Tiempo, en una publicación del 27 de octubre de 2012, según la cual ‘Los Urabeños’ están más vivos que nunca y se asociaron a las Farc en varias zonas. Ahora, amenazan la seguridad urbana de Medellín», explicó un alto funcionario de una entidad estatal encargada de seguirle los pasos – a alias Don Leo-.[iv]

En el artículo también se indicó que Jacinto Nicolás Fuentes comandaría a 300 hombres en la capital antioqueña, quienes utilizarían antiguas armas de los paramilitares, y tendría la orden de asumir el control de los combos de La Oficina. Para eso estarían ofreciéndoles dinero y armas o sometiéndolos a la fuerza.

La permanencia en la guerra de hombres como Don Leo y el fortalecimiento de estructuras emergentes del paramilitarismo como Los Urabeños, parecen reflejar que los intereses criminales que se mueven en el país luchan por conservar los espacios que dominaron los paramilitares y, un poco a la vieja usanza, en Antioquia comenzaron por asegurar territorios como el Bajo Cauca, por su importancia para el narcotráfico y las operaciones militares, para luego extenderse a ciudades como Medellín que sin duda continúan siendo centros de poder.

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[i] La muerte de Pacheco Chanci habría ocurrido a raíz de una disputa con sus escoltas Héctor David Escarpeta Suárez, El Negro, y Luis Alberto Paternina Álvarez, Guadaña, quienes se entregaron a las autoridades y aceptaron su responsabilidad como autores del homicidio.

[ii] Documento en página Web: S.E., 2011, septiembre, “Plan de Consolidación en el Bajo Cauca”, sitio Web Ideas para la Paz, disponible en: http://www.ideaspaz.org/portal/images/stories/pdfs/bajocaucaweb.pdf acceso 23 de noviembre de 2012

[iii] Artículo de periódico: Hernández Mora, Salud, 2012, 27 de junio, “En Piamonte, la restitución de tierras sigue siendo un sueño”, El Tiempo, edición nacional, disponible en sitio Web: http://www.eltiempo.com/colombia/otraszonas/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-11978523.html

[iv] Artículo de periódico: Unidad Investigativa, 2012, 27 de octubre, “El ‘Urabeño’ que va tras las comunas de Medellín”, El Tiempo, edición nacional, disponible en sitio Web: http://www.eltiempo.com/justicia/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-12338899.html

 

Yhoban Camilo Hernandez Cifuentes
Periodista egresado de la Universidad de Antioquia. Candidato a Magister en Ciencia de la Información con Énfasis en Memoria y Sociedad, Escuela Interamericana de Bibliotecología de la UdeA. Coordinador de la Agencia de Prensa IPC entre 2012 y 2018. Actualmente periodista en Hacemos Memoria. Trabajando por esa Colombia excluida y vulnerada, por aquellos que no son escuchados y por la anhelada paz. Aficionado a la literatura, al rock, a las huertas y a las buenas películas.