La magnitud que ha alcanzado el desplazamiento forzado intraurbano y las preocupantes cifras que reportan organizaciones no gubernamentales sobre deserción escolar son, quizás, las caras más visibles de la crisis humanitaria que vive Medellín por cuenta de la guerra sin cuartel que libran los llamados combos en los barrios de la ciudad.
Sin embargo,
Desde
Según
De acuerdo con el Personero, dicha situación ha derivado además en el control de las personas comúnmente llamadas “campaneros”; es decir, aquellas que solían ubicarse en los acopios para atraer usuarios, que ahora son impuestas por los integrantes de las bandas criminales. “Ya se ve que estas personas, que se ubicaban allí de manera espontánea con el propósito de ganarse una ‘liga’, ahora es una actividad controlada por organizaciones criminales de determinados sectores”, añadió Herrán Vargas.
Lo anterior refleja el carácter expansivo que viene adquiriendo la apropiación, control y regulación de actividades económicas ejercidas en el espacio público por parte de estas estructuras criminales. “Vemos situaciones que se están dando fuera de los límites tradicionales que manejan estas bandas delincuenciales y eso refleja que la problemática se está extendiendo a otras zonas de la ciudad”, agregó el Funcionario.
Lo preocupante es que mientras se degradan y generalizan prácticas violatorias a los derechos humanos de este tipo, tampoco cesa la deserción de jóvenes en las instituciones educativas y el desplazamiento forzado intraurbano, reforzando así la aseveración hecha por la propia Personería sobre la necesidad de asumir lo que pasa en Medellín como una verdadera crisis humanitaria.
Cifras extraoficiales hablan que por los menos 1.100 estudiantes se encuentran por fuera del sistema educativo debido a la imposibilidad de asistir a clases, bien por amenazas directas, bien por el recrudecimiento de los enfrentamientos armados o bien por los férreos límites barriales.
Casos dramáticos como el de
“El Casd no es el único en esta situación. Muchos colegios de la comuna 6, como
Desplazamiento y despojo
Pero sin duda donde mayor se observa ese drama humanitario del que habla
De seguro el registro del mes de agosto mostrará un incremento notable debido a los graves hechos ocurridos hace poco en las comunas 3 (Manrique) y 13 (San Javier), aunque no menos delicadas resultaron las situaciones padecidas por habitantes del corregimiento Altavista, donde se recrudeció el enfrentamiento entre las bandas “Zafra” y “Los Chivos” y lo presentado en la comuna 6, donde bandas del barrio 12 de Octubre se enfrentaron ferozmente con efectivos de
Peor aún es que los desplazamientos se están registrando con despojo de viviendas por parte de los integrantes de las bandas. Testimonios recopilados por
Igual situación se está presentando en la comuna 13, sólo que allí, el temor de las víctimas a denunciar hace que el flagelo sea más recurrente, silencioso y degradado. La propia Gerencia del Desplazamiento de
“Desafortunadamente no existen mecanismos legales del orden nacional para abordar esta problemática compleja. Nosotros (Alcaldía de Medellín) contamos con una circular para la protección de esos bienes y, en algunos casos, se ha avanzado en el desalojo incluso. Pero repito, en materia de atención a las víctimas de desplazamiento forzado intraurbano todo está por construirse”, declaró Correa.
Según
Si bien la cifra es importante, puede quedar corta ante la dimensión que viene adquiriendo este flagelo en la ciudad. “Es cierto que este es un fenómeno preocupante, pero está golpeando fuertemente a muchas ciudades del país. En este momento somos la tercera ciudad con mayor número de desplazados forzados intraurbanos después de Santa Marta e Ibagué y la primera en recepcionar desplazados rurales de todo el país. Basta decir que el año pasado atendimos 22.500 desplazados provenientes de todas partes”, aseguró
A esto se suma que las políticas del orden nacional muestran un vacío en materia de atención humanitaria de emergencia y de reconocimiento de las víctimas del desplazamiento forzado intraurbano por parte de entes nacionales como Acción Social. “Aún tenemos serios problemas con ese aspecto. A las víctimas urbanas no se les reconoce su condición con la misma rapidez que se hace con los rurales. Esta es una discusión que hay que darla a nivel nacional porque no hay los suficientes elementos en los protocolos y en las políticas construidas nacionalmente y a Medellín le ha tocado construir sobre la marcha”, reconoció
La problemática en Medellín ha llegado a unos niveles de complejidad tal que ya son varios los casos en que hasta los integrantes de las bandas han terminado siendo víctimas de desplazamiento forzado intraurbano. “Y, constitucionalmente, hay que atenderlos. En medio de esas confrontaciones que se están librando, hay quienes comienzan a perder la ‘guerra’ y terminan exiliados de sus barrios y solicitando la ayuda institucional”, aseveró
Por lo pronto, para enfrentar esta situación
“El caso de Medellín ya comenzó a ser observado por instancias nacionales y, de hecho, sostendremos una reunión en Bogotá próximamente donde pediremos se avance en la elaboración de políticas públicas para la atención y prevención de este fenómeno y allí, mostraremos lo que hemos hecho. Creemos que esta discusión le va a servir a todo el país porque, repito, este es un flagelo que está golpeando a muchas ciudades colombianas”, expresó Correa.