Foto CNMH
El 23 de enero de 1994 en el barrio Obrero de Apartadó, Urabá Antioqueño, un grupo armado ilegal asesinó a 35 personas que departían en una fiesta comunitaria. Hoy, cuando se conmemoran 20 años de este acontecimiento conocido como La Masacre de La Chinita, la comunidad realiza una jornada simbólica buscando dignificar a las víctimas.
Los actos de conmemoración, con eventos deportivos, pedagógicos, culturales y recreativos, fueron organizados por la Asociación de Víctimas de Apartadó (Asovima) y la Junta de Acción Comunal del Barrio Obrero, bajo el eslogan "Porque pueden más los sueños que los recuerdos".
A esta jornada fueron convocadas las víctimas de desplazamiento forzado que salieron hacia el departamento de Córdoba y otras zonas de Urabá, luego de esta masacre que es considerada como uno de los casos graves de violación de derechos humanos contra la población civil en medio del conflicto armado colombiano.
La información conocida hasta ahora, indica que la masacre habría sido cometida por la guerrilla de las FARC como una represalia contra los miembros del Movimiento Político Esperanza, Paz y Libertad, conformado por reinsertados del Ejército de Liberación Popular –EPL, el cual se desmovilizó en 1991 luego de un acuerdo de paz con el Gobierno.
Según el informe de memoria histórica ¡Basta ya!, “el barrio de invasión la Chinita, de
Entre las 35 personas que murieron en la masacre se cuentan una mujer y dos menores de edad: Mariana Torres Rentería, Yorman Barón Quiñones (15 años), Jaime Rodríguez Ramos (16 años), Santiago Mejía, John Jairo Lobo Rodríguez, Fulbio Antonio Mosquera Velásquez, Jobino Moreno Valencia, Darío Tórres, William Urango Moreno, Roger Roberto Ruiz Ramos, Lucio Mosquera Murillo, Robinson Humberto Hinestroza Mosquera, Rafael Cuello Ramírez (65 años), Paulino Rentería Rentería, Hermógenes Rentería Rentería, Emilio Medrano Fernández, Fausto Hurtado Córdoba, Alexis Mosquera Asprilla, Dionisio Mosquera Cruz, Ángel Daniel Hinestroza Hurtado, Óscar Mosquera Robledo, José de la Cruz Córdoba Pérez, Conrado Londoño Londoño, Julio Bercelio Guzmán González, Ramón Córdoba Moreno, Asmeth Barrios Fuentes, José Miguel Santero Peñate, Marcelino Ospina Morimon, Alfonso Medina, Melkin Cantero Blanco, Clímaco Antonio Herrera Herrera, Hernán Vergara Espitia, Alberto Mendoza, Israel Cárdenas Miranda, Alcides Lozano Berrocal, Marcial Paz Balanta y Eduar Salas Tordecillas.
De acuerdo con Neyla Hernández, una de las investigadoras de la Fundación Cultura Democrática (Fucude), además de conocer la verdad de los hechos, “las víctimas de La Chinita han expresado que esperan que en el marco de la negociación de paz en La Habana, Cuba, las FARC se pronuncien frente al tema, pues hasta ahora no se ha reconocido la responsabilidad en esta masacre”.
Por su parte, según el Centro Nacional de Memoria Histórica –CNMH, “las víctimas agremiadas en Asovima consideran que se debe pensar en la reparación colectiva con inversiones en sectores como salud, educación, recreación y proyectos productivos, pero sobre todo esclareciendo la verdad de los hechos con la atención debida a todo nivel con respecto al daño causado con la sucesión de masacres que afectaron al conjunto de la población.”[ii]
Infortunadamente para las víctimas, de nuevo se repite la historia colombiana de esperar a que la justicia obre, pues el proceso penal por la masacre de La Chinita se cayó desde el año 2004, por violaciones al debido proceso ocasionadas por falsos testimonios.
Con información del Centro Nacional de Memoria Histórica:
Con el propósito de reconstruir memoria histórica y apoyar el empoderamiento de las víctimas de la masacre La Chinita, Fucude y el CNMH adelantaron una investigación de este caso emblemático mediante una labor de acompañamiento y recepción de testimonios. Los resultados de esa investigación serán presentados a mediados de 2014.
Álvaro Villarraga Sarmiento, director de Acuerdos de la Verdad del Centro Nacional de Memoria Histórica y coordinador de la investigación, expresó que “aún existe mucha confusión e incomprensión de lo que sucedió en las décadas anteriores en Urabá, una de las zonas más afectadas por la confrontación bélica y la violencia socio política del país en las últimas décadas, que además no ha tenido el nivel necesario de recuperación en términos de la memoria histórica de lo sucedido.”
La masacre de La Chinita, se da en un contexto en el que la guerrilla de las FARC atacaba a los disidentes del Movimiento Político Esperanza, Paz y Libertad, a quienes señalaban de traidores.
En aquel entonces, los miembros de Esperanza, Paz y Libertad, también eran agredidos por un grupo disidente que se conformó tras la desmovilización del EPL, al parecer ante los incumplimientos del Gobierno al proceso de reinserción. El grupo disidente atacó a los líderes del Movimiento que no se unieron a la nueva organización.
Posteriormente, otros desmovilizados del EPL conformaron los Comandos Populares para defenderse de los ataques del grupo disidente y de la guerrilla. Más tarde, esos comandos terminarían haciendo parte de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá que se disputaban el control territorial, político, económico y social con las FARC.[iii]
[i] GMH. ¡Basta ya! Colombia: Memorias de guerra y dignidad. Bogotá: Imprenta Nacional, 2013. P. 313
[ii] De acuerdo con el Centro Nacional de Memoria Histórica: “Sólo entre 1986 y 1996 ocurrieron en la región alrededor de 60 masacres y se prolongaron en el tiempo los más altos niveles de desplazamiento forzado, de homicidios y de desapariciones, en medio de un escenario de reconfiguración del conflicto armado que incluyó la afectación al proceso de paz firmado entre el Gobierno y el Ejército Popular de Liberación (EPL)…”
[iii] S.A. 2011, 16 de noviembre, “Comandos Populares de Urabá, base de las ACCU”, Verdad Abierta, disponible en Internet: http://www.verdadabierta.com/component/content/article/80-versiones/3681-comandos-populares-de-uraba-base-de-las-accu/
