Así fue el homenaje a Jesús William Balbín

El 25 de noviembre el Instituto Popular de Capacitación (IPC) conmemoró el quinto aniversario de la partida de Jesús William Balbín o “Chucho”, como lo llamaban afectuosamente sus amigos del movimiento social desde el cual asumió una lucha decidida, solidaria y reflexiva por los derechos humanos y la paz en Antioquia.

 

Con esta conmovedora carta, Diego y Óscar Balbín, hijos de «Chucho», recordaron a su padre. El texto fue leído por Diego durante el acto de conmemoración:

EL RETRATO DEL QUIJOTE

Con el texto Jesús Balbín: Un intelectual orgánico, el político que le tenía el pulso al país, Soledad Betancur, socia del IPC, recordó a «Chucho».

Durante más de treinta años, y siendo coherente con su visión política de la realidad, este humanista denunció las violaciones a los derechos humanos de los sectores más excluidos y subordinados de la sociedad, a la vez que estudió sus causas para proponer debates y acciones que contribuyeran a solucionar las condiciones de injusticia y de desigualdad denunciadas.

Parte de esa labor la realizó desde el IPC donde estuvo a partir de la década de los ochenta, insistiendo en la consolidación y legado de un proyecto político y social que impulsara su ideal de transformación hacia una sociedad en paz, segura, democrática y respetuosa de la vida y la condición humana.

Desde el IPC, y otros escenarios en los que participó, “Chucho” se sumó a las reivindicaciones por la dignidad de los movimientos campesino, obrero y de víctimas, tan presentes en la actual coyuntura política que atraviesa el país a raíz de los acuerdos de paz entre el Gobierno y las FARC-EP. De ahí que sus luchas sigan vigentes.

Martha Lucía Peña, directora Agendas Territoriales de Paz del IPC, afirma que el mayor legado de este humanista fue la coherencia con el enfoque crítico y reflexivo que asumió permanentemente en el debate sobre la construcción y defensa de los derechos humanos. En ese sentido, añade, fue fiel a su pensamiento, persistente y deliberativo, a pesar del silencio que imponía el conflicto social y político de los años 90 y principios de la década del 2000.

Por su parte, Pablo Emilio Angarita, coordinador del Observatorio de Seguridad Humana de Medellín, y socio del IPC, destaca el ideal de transformación social que movilizó a “Chucho” y que fue evidente en su labor impulsora de la consecución, desde el movimiento de derechos humanos, de una paz integral. Aquella, creía, podría lograrse a través de la negociación política y la superación de las condiciones estructurales generadoras del conflicto.

Actualmente parte de sus ideales se ven reflejados en el proceso de paz que se desarrolla entre el Gobierno Nacional y la guerrilla de las FARC-EP desde 2012. Un año después, en pleno contexto de negociación entre ambas partes, el IPC inició el proceso de reparación colectiva como caso nacional, por oferta del Estado colombiano y en cumplimiento de lo estipulado en la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras (Ley 1448 de 2011).

Las acciones emprendidas como parte de la ruta de reparación, entre las que se encuentran esta conmemoración del quinto aniversario de la muerte de “Chucho”, tienen como objetivo avanzar en la reconstrucción de la memoria colectiva del IPC, así como implementar medidas que propendan por la satisfacción, rehabilitación, restitución y garantías de no repetición.

En últimas, este proceso de reparación que adelanta el IPC pretende contribuir a la reconstrucción de la memoria colectiva del movimiento de derechos humanos en Antioquia y al esclarecimiento histórico de la verdad, en los marcos de la lucha contra la impunidad. Con ello, pretende además fortalecer su proyecto social y político y aportar sus reflexiones en un momento de transición ante un escenario de paz y posconflicto en Colombia.