Han pasado cinco años desde que el gobierno de Juan Manuel Santos instaló el proceso de restitución de tierras en el Urabá antioqueñ y hoy los campesinos están enfermando y están muriendo de viejos sin que la devolución de sus predios sea una realidad.

Investigación y producción general del video:
Yeison Rojas
Carlos Montoya
2017

«O vende usted o vende la viuda», fue la frase de intimidación con la que miles de labriegos terminaron vendiendo sus predios por la fuerza y a precios irrisorios, en medio de masacres, enfrentamientos , desapariciones forzadas y agresiones físicas y psicológicas,  protagonizadas por las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).

Lo que piden las víctimas es celeridad en el proceso y garantías para reclamar y para retornar, en caso de resultar beneficiados, ya que muchos de los opositores continúan usando a los grupos paramilitares para impedir el proceso de restitución.

En zonas como Macondo, Blanquicet, Villa Eugenia, Guacamayas y, en general, en el territorio del Consejo Comunitario de La Larga Tumaradó, los reclamantes que han retornado han sido víctimas de homicidios, amenazas, ataques físicos, hurtos y la quema de sus viviendas por parte de grupos paramilitares al servicios de empresarios y terratenientes.

Y esto ocurre, pese a que los reclamantes están protegidos en el territorio con medidas cautelares emitidas en el auto 00181 de 2014 por el Juzgado Primero de Restitución de Tierras de Quibdó.

La pregunta es: ¿Qué pasa con la reparación y las garantías de NO repetición para las víctimas en Urabá y en general en Colombia?