Un descontento general de las autoridades y la ciudadanía fue lo que se escuchó durante la Audiencia Pública al Túnel Aburrá Oriente convocada por la Alcaldía de Rionegro el 29 de mayo de 2014. Los impactos ambientales, el posible aumento en el riego de la valorización y el irrespeto a la autonomía territorial fueron las principales quejas. Lea también Rionegro hará audiencia pública sobre el túnel de Oriente
La principal conclusión de la audiencia, según Martha Lucía Peña, profesional del Instituto Popular de Capacitación IPC, es que “hay un cuestionamiento enorme de que el Túnel Aburrá Oriente NO es una obra prioritaria, que puede ser dañina para el medio ambiente, que se está haciendo a espaldas de la comunidad y que está sacrificando otras prioridades de desarrollo de la región.”
Durante la audiencia, en la que participaron 300 personas, el alcalde de Rionegro, Hernán Ospina Sepúlveda, fijó la posición de la administración, reclamando “un espacio donde seamos escuchados y una mesa de concertación donde nos pongan reglas claras y donde se respete la autonomía territorial.”
De acuerdo con el mandatario, la manera como la Gobernación de Antioquia ha gestionado el Túnel Aburrá Oriente, ha desconocido la autoridad jerárquica que en estos temas tiene los alcaldes como líderes territoriales, pues no se les ha tenido en cuenta al momento de tomar decisiones tan importantes como por ejemplo el riego de valorización.
“Hasta ahora nos han desconocido y es ahí donde exigimos que hay un principio constitucional, desde la ley 152 y otras, donde se debe llamar a los alcaldes que tienen que responder por el escenario político, el ordenamiento territorial y los planes de desarrollo”, acotó Hernán Ospina.
El mandatario de Rionegro también expresó su inconformidad por la falta de obras complementarias que se habían prometido dentro de la planificación del proyecto. Al respecto manifestó lo siguiente: “Mi pregunta es dónde están esas obras complementarias que se contemplaban antes de construir el túnel. Yo no las veo, ni si quiera la doble calzada de Sancho Paisa a Sajonia.”
Para finalizar, el Alcalde llamó la atención por las consecuencias que podría traer el aumento en el valor de la tierra, y por ende en la tributación, a causa del proyecto. Según él, esto podría ocasionar que ciudadanos con baja capacidad económica tuvieran que desplazarse, lo que sería aprovechado por sectores inmobiliarios.
Sobre este asunto, el diputado de la Asamblea de Antioquia, Jorge Gómez, aseguró que la valorización beneficie a quienes viven en el territorio, porque en el corto plazo sube el impuesto predial y a largo plazo suben el estrato y los servicios públicos.
“La valorización le sirve a los especuladores que compran y venden tierra para ganar utilidad, pero para el ciudadano que tiene las propiedades para vivir o trabajar en ellas, la valorización es un problema”, explicó el diputado.
Falta mayor estudio sobre el impacto ambiental del túnel
En lo ambiental, la principal polémica radica en el impacto que tendría la mega obra en las reservas de agua del Nare, lo que pondría en riesgo el abastecimiento del líquido para unas 2.000 personas de Rionegro, Guarne, Envigado y Medellín, según organizaciones ambientalistas como la Fundación Penca de Sábila.
Vale recordar que luego de iniciarse la construcción del túnel, el 18 de octubre de 2011, el Ministerio de Medio Ambiente decidió suspender las obras de manera preventiva, en enero de 2012, recogiendo las denuncias de la comunidad del corregimiento Santa Elena de Medellín y buscando revisar presuntas inconsistencias en los estudios ambientales.