Bernardo Rivera, Director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Universidades (Ascun), reiteró que aún falta mucho por debatirle al proyecto de reforma a la educación superior.
Las marchas de ayer en las que miles de estudiantes protestaron por el proyecto de reforma a la Ley de educación superior pidiendo su retiro del Congreso, y las recientes declaraciones de la Ministra de educación, María Fernanda Campo, quien recalcó que no accederán a retirarlo, son muestra de que la discusión del modelo de educación a implementarse en Colombia recién comienza.
A juicio de las 80 universidades que están incluidas en la Asociación Colombiana de Universidades (Ascun), aún quedan puntos álgidos que deberán conciliarse. La Agencia de Prensa IPC dialogó sobre ellos con su Director ejecutivo, Bernardo Rivera.
¿Cómo explicar que aunque el Gobierno aumente los recursos para la educación superior no serán suficientes para las metas que plantea?
El incremento para las universidades estatales es del tres por ciento pero no todo irá destinado a cupos nuevos pues también servirá para compensar su esfuerzo durante 10 años. Este esfuerzo está representado en un déficit, según el Sistema de Universidades Estatales (SUE), de 700 mil millones de pesos.
El aumento representa 60 mil millones por año que serán distribuidos entre las universidades con base en indicadores. Con los recursos puestos en la ley pareciera que es distinto el cálculo que hace el Gobierno porque el factor clave es cuantos estudiantes tiene el sistema hoy y a cuantos hay que llegar.
Tenemos 36 por ciento de cobertura y las metas al 2014 son del 50 por ciento. ¿Cuánto representa ese 14 por ciento cuando son personas en zonas marginales o regiones de frontera y el costo es mucho mayor para atenderlas con calidad?
Otro de los puntos a discutir es el rol del Ministerio de Educación en el sistema, ¿qué le piden ustedes?
El ministerio ha ido concentrando funciones que le impiden cumplir con las que le competen. Por eso le pedimos que diga qué quiere ser en perspectiva de lo que le corresponde, que es asegurar una educación superior incluyente y de calidad.
Hoy, desafortunadamente, lo tiene todo: concentra el espacio de políticas, normatividad, fomento, inspección y vigilancia; tipificación de faltas y sanciones. Se requiere de una institucionalidad moderna que sea eficiente y eficaz en lo que le corresponde, que tiene que ver con que la educación superior llegue a la gente más pobre, en más regiones y con excelente calidad, porque la educación superior sin calidad es un engaño.
¿Qué inquietud tienen frente a la definición de universidad mixta que plantea el proyecto?
No entendemos cuál es su intención si hay una institucionalidad tanto privada como pública muy fuerte, con excelentes universidades y cada una con una misión social. ¿Cuál es la crítica que se tiene a ambas para que surja esta mixta?, ¿cómo se gobernarán si hace parte de ellas el capital privado?, ¿es un bien público u obedece a una lógica de mercado?, ¿habrá algún riesgo de lucro en estas instituciones mixtas?
Y no desconocemos que la alianza público–privada pueda ser una apuesta por mejorar la educación superior. En Medellín ustedes tienen un claro ejemplo con Eafit, pero no sabemos a qué obedecen estas mixtas.
¿Existe ánimo conciliador en el Gobierno para debatir el proyecto?
El vicepresidente Angelino Garzón habló de mesas de concertación y los rectores están pendientes para argumentar y seguir haciendo ejercicios pedagógicos. La educación superior es un tema serio, que compromete muchas generaciones futuras y es el único factor que impide que la pobreza sea hereditaria.
Un tema de esta naturaleza no es de un gobierno a cuatro años, es un tema de Estado y hay que tratarlo como tal: sentarse, pensar y hacer propuestas mejores. Ser creativos en cuál es la educación superior que requiere este país para que sea el motor de una sociedad, no para cuatro años sino para la sociedad que queremos de cara al siglo XXII.
En un comunicado del pasado 12 de octubre el rector de la Universidad Nacional de Colombia, Moisés Wasserman, invitaba a la comunidad universitaria a discutir y a acompañar al Congreso en el estudio de la ley. Lo propio intenta hacer el rector de la Universidad de Antioquia, Alberto Uribe Correa, quien adelanta contactos con congresistas para invitarlos la próxima semana a discutir el tema en el Paraninfo de dicho claustro universitario.
Estudiantes, profesores y gobierno deberán buscar escenarios de debate y de socialización del proyecto de reforma. Es la mejor manera de construir una política pública educativa realmente acorde con las necesidades de las generaciones venideras.