“Estamos en una fase degradada del paramilitarismo”: Álvaro Villarraga

En el Museo Casa de la Memoria de Medellín se presentó el informe Desmovilización y reintegración paramilitar. Panorama posacuerdos de las AUC, realizado por el Centro Nacional de Memoria Histórica.

Según Álvaro Villarraga, el conflicto en Colombia no siempre ha sido generalizado y, en ocasiones, es más intenso en unas regiones que en otras. Con esas características el país lleva 69 años de conflicto, primero entre la violencia liberal y conservadora, y luego entre las guerrillas y el Estado.
Según Álvaro Villarraga, el conflicto en Colombia no siempre ha sido generalizado y, en ocasiones, es más intenso en unas regiones que en otras. Con esas características el país lleva 69 años de conflicto, primero entre la violencia liberal y conservadora, y luego entre las guerrillas y el Estado.

El proceso de Justicia y Paz que permitió la desmovilización de las AUC en Colombia, si bien no tuvo un éxito general, hizo algunos aportes a la experiencia de la reintegración en Colombia, pero aunque el paramilitarismo se debilitó y algunos grupos desaparecieron, el problema no fue superado en su totalidad. Por eso Álvaro Villarraga, director de Acuerdos de la Verdad del Centro Nacional de Memoria Histórica, dice que actualmente “estamos en una fase más degradada del paramilitarismo”.

Lo considera así porque los grupos que se reconfiguraron después de Justicia y Paz, son más que organizaciones de simples delincuentes o simples redes de narcotráfico, en ellos “hay poderes locales, hay controles territoriales, hay coerción, hay violaciones a los derechos humanos. De manera que estamos en un estado intermedio, en un avance hacia la desestructuración del paramilitarismo sin todas sus consecuencias.”

El análisis surge del informe Desmovilización y reintegración paramilitar. Panorama posacuerdos de las AUC, presentado en Medellín este 12 de noviembre de 2015 por el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH).

En esta publicación de dos tomos, se recogen los aprendizajes de tres décadas de políticas de desarme, desmovilización y reintegración en Colombia. Y es que si bien para algunos el tema puede parecer un asunto reciente, en realidad Colombia lleva 33 años implementando este tipo de iniciativas.

Exactamente desde 1982, se vienen aplicando programas de reintegración de ex combatientes a la vía civil. Bien por vía de indulto o por vía de sometimiento a la justicia. Por lo regular las guerrillas con indultos y los narcotraficantes y paramilitares vía sometimiento a la justicia. También hay una ventana de entrega individual de guerrilleros que se acogen a la legalidad y son vinculados a programas de reintegración siempre y cuando no tengan graves delitos”, aclaró Villarraga.

Estos aprendizajes toman mayor importancia ahora que avanza en el país un proceso de paz con la guerrilla de las FARC, al tiempo que se adelantan preacuerdos para iniciar una mesa de diálogos con el ELN.

Por eso, el informe del CNMH sobre reintegración, pretende dar luces para la elaboración o modificación de nuevas políticas que contribuyan a un proceso exitoso con la insurgencia.

“Sí tienen éxito las negociaciones de paz con las FARC y el ELN, expresó Villarraga, estaríamos dando por terminado el ciclo de negociaciones de paz con las guerrillas y estaríamos en la posibilidad de que se superen definitivamente estas expresiones armadas y que se apliquen programas de reintegración en un nuevo contexto.”

Lo anterior teniendo en cuenta que hasta ahora los procesos se han implementado en medio del conflicto armado, lo que dificulta las condiciones de su aplicación. Aun así, las experiencias han logrado construir política pública en esta materia e instituciones como la Agencia Colombiana para la Reintegración.

Pero Villarraga también señala los tropiezos que han tenido estas iniciativas, “entre otros, las deficiencias en materia de garantías [que] por lo regular son parciales o débiles, o se cubren en unos contextos pero no en otros. Por ejemplo, en el ámbito rural, en general han fracasado las garantías; [y] por ejemplo, la reinserción económica, de empleabilidad, siempre arroja unos niveles de parcialidad, de vacíos y, en ciertos contextos regionales, de fracasos.”

Estas deficiencias, agrega el investigador, explican en parte los problemas de reincidencia de los ex combatientes o la reconfiguración de otras agrupaciones armadas, principalmente en el caso del paramilitarismo.

Esto lleva a concluir que dependiendo de la manera como se implementen y desarrollen las políticas de reintegración para los ex combatientes de los grupos insurgentes, en caso de concretarse los procesos de paz con las guerrillas, será posible hablar de una paz duradera o estable, pues de fracasar estas iniciativas, es probable que el país se vea abocado a prolongar sus conflictos.