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Fortalecen Red de Apoyo para buscar a desaparecidos en el Suroeste

Familiares, organizaciones e instituciones se han articulado a la estrategia de Red de Apoyo-Nodo Medellín, que inició en el año 2020, para avanzar en la búsqueda de las personas dadas por desaparecidas en esta subregión antioqueña.

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A través de encuentros pedagógicos y de intercambio de experiencias, más de 30 familias de personas dadas por desaparecidas, miembros de organizaciones sociales y funcionarios locales se han reunido en municipios como Betulia, Andes y Jardín (Antioquia), para aportar conjuntamente en la búsqueda de quienes desaparecieron antes del primero de diciembre del año 2016, cuando inició el mandato de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD).

Con ese propósito, la Unidad firmó el convenio 151-2021 con la Unión Temporal IPC-OIA 2021. Por medio de este, el Instituto Popular de Capacitación (IPC) y la Organización Indígena de Antioquia (OIA) se comprometieron a desarrollar una tercera fase de fortalecimiento de la participación de quienes buscan, a través de su articulación a la estrategia de Red de Apoyo-Nodo Medellín, que viabiliza las acciones de la UBPD en municipios de la subregión del Suroeste, donde habría por lo menos 1.464 personas desaparecidas, según datos del Centro Nacional de Memoria Histórica.

Nely Osorno, representante legal de la Unión Temporal, explicó que en el centro de la estrategia acordada con la UBPD se hallan el sufrimiento y la esperanza de las familias campesinas e indígenas que buscan a sus seres queridos dados por desaparecidos en hechos relacionados con el conflicto armado. Según dijo, se procura motivar la participación de estas en distintas actividades individuales y colectivas, pues algunas habían desistido de la búsqueda por la poca respuesta de las instituciones encargadas de investigar los casos.

El proceso de búsqueda “es con todos”

Durante los encuentros, profesionales de la UBPD les han presentado a las familias y los funcionarios el mandato de ese organismo, asociado con un propósito mayor que es el Plan Nacional de Búsqueda. Igualmente, les han explicado que su misión es intervenir ante casos de desaparecidos en circunstancias de desaparición forzada, reclutamiento ilícito, secuestro y durante combates (sean miembros de la Fuerza Pública o de grupos armados ilegales).

Así mismo, han realizado ejercicios pedagógicos para explicarles a las familias que la búsqueda se realiza por etapas: se recolecta, organiza y procesa la información disponible sobre la persona desaparecida; se localiza un posible lugar de inhumación; se hace prospección para recuperar restos y elementos asociados; se realiza el proceso de identificación; y, finalmente, se hace entrega digna de los restos. O, en caso de que la persona esté viva, se propicia el reencuentro voluntario con sus familiares.

Precisamente para potenciar este proceso, se firmó el pasado 11 de marzo el Pacto Regional por la Búsqueda con la Gobernación de Antioquia, departamento en el que se halla aproximadamente el 30% de los desaparecidos registrados en el país (más de 120.000 según la UPBD). Esta acción, que selló compromisos de parte de las instituciones, aumenta las garantías para la búsqueda en tanto derecho de las víctimas y sus familiares, como lo estableció la Sentencia C-067 de 2018.

Una mujer indígena del municipio de Jardín, que pertenece a las familias buscadoras que integran la Red de Apoyo-Nodo Medellín, expresó que su participación en este proceso le ha permitido establecer confianzas para buscar colectivamente. Inicialmente, asistió a los encuentros para informarse acerca de cómo avanzar en la búsqueda de su hermano menor, pero terminó comprometiendo a toda su familia para que aporte en las distintas fases del proceso.

Otro de los participantes de la Red, un campesino del municipio de Betulia, comentó que si bien la búsqueda de su hermana le parece un proceso lento, está dispuesto a avanzar acompañado por otros familiares y miembros de organizaciones e instituciones. Aunque guarda la esperanza de encontrarla, sabe que existe la posibilidad de que eso no ocurra; aún así, insiste en la importancia de por lo menos conocer la verdad de lo ocurrido para erradicar la incertidumbre que a él y a su familia les genera la ausencia de ella.

Los funcionarios y empleados de entidades de las administraciones locales también han participado en actividades que aportan a la búsqueda, como ejercicios de cartografías en los que se señalan sitios dónde podría haber cuerpos de personas desaparecidas. Además, han empezado a facilitar el acceso a los archivos municipales, como insumos fundamentales para las familias e investigadores que se hallan en la fase de recolección, organización y procesamiento de información.

También se busca en los cementerios

Aparte del fortalecimiento de la participación de las familias que buscan a sus desaparecidos, las organizaciones de la Unión Temporal también acordaron por convenio la implementación de un diagnóstico de diez cementerios en igual número de municipios antioqueños; tres de ellos del Suroeste (Betulia, Ciudad Bolívar y Venecia), seis del Occidente (Buriticá, Liborina, Olaya, Peque, Sabanalarga y Santa Fe de Antioquia) y uno del Norte (Toledo).

Juan Camilo Gallego, coordinador del diagnóstico, explicó que este tiene como objetivo aportar información cuantitativa y cualitativa sobre el universo de cuerpos que se encuentran sepultados como NN en los cementerios. Agregó que estos lugares son importantes para la búsqueda porque son uno de los pocos donde se tiene certeza de que pueden encontrarse restos de personas dadas por desaparecidas en condiciones de conservación favorables para su posterior identificación.

Finalmente, recordó que la selección de los municipios y cementerios que se están diagnosticando obedeció a los intereses de búsqueda de la UBPD, así como a su ubicación geográfica en inmediaciones del río Cauca, al cual fueron arrojadas personas detenidas, asesinadas y desaparecidas que, posteriormente, pudieron haber sido rescatadas por las autoridades locales y sepultadas como NN en los cementerios de esas tres subregiones.

Yeison Camilo García
San Carlos, Antioquia, 1992. Durante los últimos seis años, he trabajado como periodista redactor para los periódicos Habitante 7, El Mundo y El Colectivo; así mismo, para el Museo Casa de la Memoria (Medellín), la Oficina del Alto Comisionado para la Paz y el Instituto Popular de Capacitación. Actualmente soy estudiante del pregrado en Sociología, de la Universidad de Antioquia, y de la especialización en Epistemologías del Sur, del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso).