La actividad, enmarcada dentro de la programación del Foro Social Medellín, que adelanta un grupo de organizaciones sociales y comunitarias de la ciudad desde el pasado 3 de octubre y que se extenderá hasta el próximo 11 del mismo mes, congregó a miembros de procesos juveniles en dichos sectores a fin de que se expresaran contra las problemáticas que más los aquejan.
Situaciones como el toque de queda en los barrios, las afectaciones que está generando la guerra entre bandas, la violencia sexual contra las mujeres jóvenes y la estigmatización por parte de las autoridades y en general de la sociedad adulta; fueron los temas más abordados a lo largo de la jornada, que inició en la mañana en la comuna 1, se trasladó en horas de la tarde a la comuna 13 y culminó en la noche en la comuna 5.
Más que un encuentro académico o político, el “Foro Social Juvenil” fue la ocasión propicia para que los jóvenes de los sectores más populares de la ciudad expresaran sus necesidades como mejor lo saben hacer: a través de las pequeñas piezas teatrales, presentaciones musicales y expresiones artísticas.
“Este encuentro fue organizado por ellos y para ellos. Y de eso se trataba: que ellos decidieron qué querían y como querían hacerlo”, comentó Paula Rodríguez, miembro de
En Villa de Guadalupe, por ejemplo, integrantes de grupos juveniles de la zona nororiental mostraron por medio de una improvisada puesta en escena la realidad que día a día tienen que enfrentar en los barrios que componen este amplio sector de la ciudad.
Los personajes y las situaciones expresaban más de lo que cualquier documento oficial pudiera explicar: jóvenes armados que imponen sus reglas en el territorio, jovencitas que son ultrajadas y violentadas sexualmente, la indiferencia de la comunidad y razones de todo tipo para justificar las muertes violentas.
“Eso es lo que se ve en los barrios: matan a un joven y lo primero que dice la gente es ‘algo debía’ o ‘mínimo era un pillo’. Sí violan a una joven, la explicación es: ‘cómo le gustaba andar mostrando, ahí tiene’. Eso es lo que queremos cambiar. Por ello es que debemos fortalecer la organización juvenil para que haya un joven crítico, pensante”, aseguró Jenifer Arroyave, residente del barrio Villa de Guadalupe perteneciente a procesos organizativos de
Y eso es precisamente lo que vienen adelantando los jóvenes de la nororiental desde
Gracias a esta estrategia, el mensaje alternativo de organización y movilización ha ido calando paulatinamente entre la juventud de las comunas 1, 2, 3 y 4, lo cual se ha visto reflejado en la creciente asistencia que han tenido los encuentros musicales, las jornadas lúdicas y en los seminarios ideológicos que han tenido lugar a lo largo del año.
“El joven de barrio popular siempre ha sido estigmatizado y ahora con mayor razón. Con decir que ahora un policía no puede ver un pelado porque ahí mismo lo retiene, si es peludo o se viste de negro, peor. Nada más a uno de nuestro compañeros, que le gusta la moda rasta, fue retenido más de ocho horas en
A esto se suma que la disputa territorial entre las bandas de la zona tiene a las comunidades sumidas en el miedo, afectando sensiblemente los espacios de participación. Para la jornada misma del Foro Social Juvenil se esperaba la presencia en Villa de Guadalupe de por lo menos 200 jóvenes, “pero vino poca gente. Eso es muy diciente, porque la nororiental tiene muchos procesos juveniles y los pelados son muy pilos. Definitivamente, hay mucho miedo, hay temor y así es muy difícil consolidar procesos”, indicó Jenifer.
Ferney también comparte dicha apreciación y agregó que mientras no haya mayor acompañamiento y programas del Estado a los sectores populares, no habrá soluciones en el corto y mediano plazo para el problema de la violencia en este sector.
“Aquí hay pelados de 17 años con dos hijos. No pueden estudiar, nadie las da trabajo y fuera de eso