En Colombia hay que entrenar la compasión. En esta Colombia hay que ponerse en el lugar del otro, dijo Lucía González, la comisionada de la verdad que durante años ha hablado sobre la transformación de la cultura, necesaria para que haya un cambio en el país. Esa transformación tiene que ver con dejar a un lado las prácticas que heredamos del narcotráfico y del conflicto armado y que se legitimaron en el comportamiento y forma de ser de los colombianos.
Lucía, quien fuera directora del Museo Casa de la Memoria de Medellín y del Museo de Antioquia, asegura que los colombianos “debemos sentirnos corresponsables” de lo que sucedió en la guerra: murieron 450.664 personas entre 1985 y 2018, el 45% fueron víctimas de los paramilitares, el 21% fueron víctimas de las Farc, el 12% fueron víctimas de agentes del Estado y el 4% fueron víctimas del ELN.
“El dolor del otro es el dolor nuestro. Por eso este informe no es solo para el gobierno o los estados, es para todos nosotros, para que lo revisemos y miremos qué podemos hacer para poder vivir bien y encontrar en esa justicia restaurativa la posibilidad de reconciliarnos”, dijo. Por eso “entrenar la compasión», explicó ella en el conversatorio “Confiar en la verdad: implicaciones sociales y retos democráticos”, nos pondrá en el lugar de que lo que le pasaba al otro también me pasaba a mí, porque, como dice la Declaración final de la Comisión, “llamamos a sanar el cuerpo físico y simbólico, pluricultural y pluriétnico que formamos como ciudadanos y ciudadanas de esta nación”.
Porque en esta guerra, “nos enseñaron a odiar”, pero “hay una inmensa mayoría dispuesta a jugársela por la reconciliación”. Pero también, agregó, “hay un sector muy duro que no vamos a mover”, “que tiene intereses sobre la tierra”. Es un sector “que habla del odio”, “un odio que quiere mantener el statu quo”, “por eso se tiene que cumplir el Acuerdo de Paz y la Reforma rural integral”.
En la conversación Luz Elena Galeano, una mujer que ha liderado la voz de las familias que buscan a sus familiares desaparecidos en La Escombrera y la Comuna 13 de Medellín, dijo que le preocupaba que el informe de la Comisión señalaba a agentes del Estado como responsables en el 12% de los casos, “¿hasta dónde la verdad de esos actores está en el Informe final?”.
“Como Comisión no podíamos nombrar a personas que no estuvieran juzgadas, porque era estar fuera de nuestro mandato”, dijo la comisionada. Y agregó que muchos de los determinadores “están muy protegidos” y la Fiscalía, quien tiene la mayor cantidad de información, la tiene “engavetada”.
“Debemos transformar la fuerza pública”, para que “haya un reconocimiento de responsabilidades”, por eso los militares fueron “uno de los actores que más trabajo nos dieron”. “Cuando ellos entiendan, junto con los empresarios, que reconocer es necesario, porque necesitamos una fuerza pública legítima y un empresariado reconocido y valorado por el pueblo, y mientras conozcamos los errores y horrores de la guerra, vamos a mejorar”, señaló.
Por otro lado, advirtió que en el país “hay una élite que, por exceso, tampoco se pregunta nada. Está en un estado de comodidad y bienestar tan grande que no tiene nociones éticas que le permita ponerse en el lugar del otro. Todo eso hace parte de las tareas que tenemos por delante”, la tarea de “entrenar la compasión”.
Por eso, al terminar su respuesta, Lucía señaló que la Comisión es una especie de “rompehielos”, para que en el país se hable de lo que sucedió, de las verdades incómodas que incomodan a tantos sectores y de la necesidad de aprender a hablar con el otro.
El periodista polaco Ryszard Kapusinscki dijo en uno de sus libros que “todos los habitantes de nuestro planeta somos Otros ante otros Otros: yo ante ellos, ellos ante mí.” E indicó que el ser humano siempre tuvo tres posibilidades al encontrarse con el Otro: la guerra, aislarse o, lo más difícil, entablar un diálogo.
Por eso en esta conversación la comisionada dijo que es una necesidad que “aprendamos a hablar con otros distintos a nosotros”, porque nos acostumbramos a relacionarnos con el que piensa distinto y no a hablar y a entender al que tiene otras miradas de ver y entender el mundo.
Para concluir el evento, Marta Villa, directora regional de la Comisión de la Verdad para Antioquia, retomó la idea de responsables o corresponsables en el conflicto: “puede que todos no seamos responsables de igual manera del pasado, pero todos sí somos responsables de lo que sigue”. Para ella, si no nos dejamos interpelar sobre lo que podemos hacer para cambiar el país, “no lograremos las transformaciones”.
“La invitación de la Comisión no es al perdón”, agregó, “porque no nos corresponde, es de cada quien. Lo que sí convoca la Comisión es a la reconciliación. Nos merecemos un país en paz, somos capaces de construirlo y tenemos con qué.”