“La terminación de la guerra apuntala un paso para la paz pero no crea necesariamente las condiciones para la justicia social y la participación política, plural y diversa que requiere el grueso de la población colombiana.”
Con esta conclusión, el presidente del Instituto Popular de Capacitación (IPC), Diego Herrera Duque, se refiere a uno de los principales retos que deberán enfrentar las organizaciones de la sociedad civil en un eventual escenario de post conflicto, de resultar exitoso el proceso de paz entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC.
Lo anterior a propósito del conversatorio “Antioquia dialoga con La Habana” Así va el proceso de paz con las FARC, evento que se realizará en Medellín el próximo lunes 8 de abril a partir de las 2:30 p.m en el Teatro Lido (Carrera 48 No. 54-20).
Refiriéndose al evento, bajo la perspectiva de las organizaciones sociales, Diego Herrera contestó lo siguiente:
1. ¿Cuál es la intención del conversatorio Antioquia Dialoga con la Habana?
Este es un esfuerzo de diversos sectores sociales y políticos de la región, en crear una atmosfera política y un entorno reflexivo con diferentes sectores de la sociedad antioqueña para hacer seguimiento y dar cuenta de los avances en los diálogos que se sostienen en la Habana, Cuba, entre Gobierno y FARC. Así mismo, generar escenarios para el apoyo ciudadano a esta iniciativa de dialogo que busca culminar el conflicto armado y crear las condiciones para discutir perspectivas y retos en materia de un posible escenario de post conflicto y reconciliación, que involucra las dinámicas de los actores y las agendas del territorio antioqueño.
2. Ya se han realizado otros eventos de este tipo, como el foro “En Antioquia se habla de paz” ¿Se van a realizar más? Y ¿Qué se esperar lograr con estos eventos?
Se tiene prevista una agenda continua de reflexión, debate y generación de propuestas alrededor de temas sensibles a la paz y la culminación del conflicto durante el año, con eventos abiertos y convocando la diversidad de actores de la sociedad.
Qué hacer en un escenario post negociación; cuáles son los retos y las tareas de las autoridades territoriales, de las organizaciones sociales, de los empresarios, la iglesia, de los partidos políticos y en general de la ciudadanía en este escenario; qué implicaciones tiene un eventual acuerdo en perspectiva electoral y de reorganización de proyectos políticos en Colombia y la región; cuáles son los temas implicados alrededor de propuestas de desarrollo regional; cómo está preparada la sociedad para procesos de desmovilización y reintegración a la civilidad de los actores armados y su participación en política; qué hacer frente a temas tan complejos como las víctimas y las reivindicaciones de justicia al respecto. Son algunas de las preguntas y temas, que aspiramos se vayan dialogando y debatiendo durante este tiempo.
3. Su intervención en el conversatorio de este lunes 8 de abril estará centrada en el proceso de paz desde las organizaciones civiles ¿Qué nos puede adelantar? ¿Qué debates o qué retos se deben enfrentar?
En principio, reconocemos que es un gran paso que hoy en la Habana estén sentados a la mesa las partes enfrentadas que deben negociar el acuerdo para la finalización del conflicto. Otro aspecto fundamental es que las organizaciones sociales de diverso tipo a lo largo del país y la región, vienen realizando tareas que contribuyen a la paz y que no necesariamente dependen de la agenda de la Habana, pero que pueden ser fundamentales en el escenario post negociación para alcanzar la paz.
Así mismo, en el posible escenario del post conflicto, los guerreros tendrían que reincorporarse a esa sociedad civil, la cual debería prepararse desde la negociación misma para recibirlos. A la vez, los mismos guerreros tendrían que prepararse para incorporarse a una lógica que no es la militar, sino la de la vida civil.
Hemos planteado que la terminación de la guerra, que se quisiera fuera el resultado de la negociación, apuntala un paso para la paz pero no crea necesariamente las condiciones para la justicia social y la participación política, plural y diversa que requiere el grueso de la población del país. Esto último se constituye en un reto fundamental desde el cual las organizaciones civiles, junto a otros sectores, pueden contribuir de manera significativa.