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Por la Paz

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“Yo marcho por la paz, por la memoria de las víctimas, por la justicia social, por la tranquilidad del país…” Estas fueron las respuestas de los ciudadanos que participaron en la marcha "Antioquia en las Calles por la Paz", para solidarizarse con las víctimas y respaldar el proceso de diálogo entre el Gobierno y las FARC. Escuchar Voz Pop

 

Fueron unas 3.000 personas las que salieron a marchar desde el Parque Bicentenario hasta el Parque de las Luces en el centro de Medellín. En su mayoría, los marchantes lucieron camisetas y cachuchas blancas. Algunos exhibieron pancartas mientras otros entonaban arengas alusivas a la paz. El recorrido fue lento y en varios tramos estuvo animado por comparsas y artistas que con sus cánticos y mímicas ayudaron a soportar el sofocante calor.
 
Miembros de organizaciones sociales, grupos estudiantiles, colectivos artísticos, agremiaciones sindicales, sectores políticos, concejales de la ciudad y hasta un sector de la rama judicial se volcaron a las calles para conmemorar el Día Nacional por la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas y, esencialmente, para pedirles al Gobierno y a las FARC que lleguen a un acuerdo de paz.

“El día de hoy estamos marchando porque queremos como ciudadanos y ciudadanas de Colombia pedirle al Gobierno y a las FARC que no se paren de la negociación hasta que firmen ese acuerdo, porque es lo que va a garantizar que a partir de ahí podamos empezar la construcción de propuestas de paz para el país”, expresó Alfredo Aguirre, miembro de la Corporación Nuevo Arco Iris e impulsor de la Asamblea Permanente de la Sociedad Civil por la Paz.

La población femenina también hizo sentir su respaldo al proceso en La Habana y, luciendo atuendos negros, simbolizaron el luto que guardan las víctimas del país. Aún así la consigna feminista se centró en exigir participación, igualdad e inclusión: “Ni guerra que nos destruya ni paz que nos oprima.”

“Estamos marchando porque queremos cobijar el proceso de paz, porque definitivamente le apostamos a la paz o a la destrucción de este país. Estamos de negro porque ese es nuestro signo distintivo, el color negro es símbolo del luto por todas las víctimas, por todos los familiares que hemos perdido y por todas las personas que han muerto o desaparecido en medio del conflicto”, manifestó Clara Mazo, miembro de la Corporación Vamos Mujer y de la Ruta Pacífica de las Mujeres.

Para Lucía González, consejera para la Vida, la Reconciliación y la Convivencia del municipio de Medellín, “es la ciudadanía la que tiene que decidir que, realmente, hay voluntad de paz. La paz no se construye únicamente entre el Gobierno y los actores armados, sino en una decisión muy profunda de la ciudadanía de reconciliarse; consigo mismo, con los demás y con esas cosas que nos han impedido salir adelante.”

Esa voluntad de reconciliación se reflejó en los pasos firmes del ex representante a la Cámara, Óscar Tulio Lizcano, secuestrado por las FARC entre los años 2000 y 2008. Luciendo una guayabera blanca el ex congresista caldense marchó en Medellín para apoyar la esperanza de paz.

“El hecho es lograr que toda Colombia se movilice en torno a la paz. Aquí no podemos dejar avanzar discriminaciones cuando la paz está por encima de todo interés partidista y político, pero la paz no tiene color ni partido y hay que luchar por ella”, expresó Óscar Tulio Lizcano al señalar que habrá que trabajar mucho en el pos conflicto.

En comparación con la multitudinaria Marcha por la Paz en Bogotá, en la cual participaron unas 900.000 personas según la Alcaldía, la movilización en Medellín resultó modesta como en la mayoría de las regiones del país. No obstante el mensaje fue claro y contundente: hay un amplio sector de la sociedad que cree en el proceso de diálogo y le apuesta a la paz producto de la negociación.

Yhoban Camilo Hernandez Cifuentes
Periodista egresado de la Universidad de Antioquia. Candidato a Magister en Ciencia de la Información con Énfasis en Memoria y Sociedad, Escuela Interamericana de Bibliotecología de la UdeA. Coordinador de la Agencia de Prensa IPC entre 2012 y 2018. Actualmente periodista en Hacemos Memoria. Trabajando por esa Colombia excluida y vulnerada, por aquellos que no son escuchados y por la anhelada paz. Aficionado a la literatura, al rock, a las huertas y a las buenas películas.