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Querellas de Jericó al banquillo

Las notificaciones como querellados, ha generado diversas reacciones entre los defensores del territorio quienes por más de 14 años han impedido la minería de la multinacional sudafricana AngloGold Ashanti, en el Suroeste antioqueño.

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*Artículo escrito por Lina María Velásquez Escobar, comunicadora social e integrante de la Mesa Ambiental de Jericó.

Desde 2022, rumores de querellas policiales han roto la cotidianidad de Jericó, un municipio del Suroeste antioqueño que en semana palpita al compás de las campanas de su Catedral, entre el canto de turpiales y guacharacas, el galopar de caballos y mulas, y que los fines de semana se estremece por la estampida de los turistas, el ruido de las motos y las cabalgatas.

Son más de 80 las personas querelladas por AngloGold Ashanti (AGA), sin antecedentes judiciales, entre los que se cuentan personas de Jericó y otros municipios del Suroeste antioqueño: campesinos/as, comunicadores sociales, concejales, artistas, religiosas, maestras y hasta adultos mayores y menores de edad.

Una querella, según la RAE, es “un delito que se presenta contra alguien por escrito ante un juez o tribunal” y para el común de la gente es una amonestación contra alguien que ha obrado mal.

La notificación como querellados generó diversas reacciones entre los defensores del territorio que, por más de 14 años, han impedido la minería de la multinacional sudafricana.

Doña Luz Dary Tobón, campesina querella comenta: “me siento tranquila por estar querellada porque estamos defendiendo un territorio que nunca ha sido minero”. Al concejal de Támesis, Sergio Ruiz, lo sorprendió la citación: “a uno le cuesta creer que hacer lo correcto le genere problemas judiciales”. Ana Sofía Loaiza tenía 16 años cuando se enteró que estaba en la lista de los querellados: “increíble que en Colombia se querelle a personas por defender a la naturaleza, algo que es valioso para todo el mundo”.

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Mientras que a la religiosa Elizabeth Rúa de la comunidad de las Lauritas, le extrañó pero asegura que: “si la madre Laura estuviera aquí, también hubiera acompañado a los defensores de la tierra, lo hubiera hecho por el bien de la naturaleza”. Don Porfirio Garcés con 85 años y miembro de una de las primeras familias que pobló el corregimiento de Palocabildo, expresa: “sentí preocupación y rabia. Ha sido un error muy grande de ellos, nos han popularizado, ha dado de qué hablar y nos han dado mayor importancia. Ha sido publicidad negativa para la empresa”.

Dos hechos ocasionaron las querellas.

El primero ocurrió en noviembre de 2022, cuando los campesinos sorprendieron a empleados de la empresa minera en la vereda Vallecitos, vestidos como recolectores de café, adecuando el terreno para instalar una plataforma minera. Inmediatamente los campesinos hicieron un plantón e impidieron la instalación de la plataforma.

El segundo hecho ocurrió en diciembre de 2023 en la vereda La Soledad de Jericó. La empresa minera ingresó la maquinaria a altas horas de la noche e instaló una plataforma minera. Los campesinos y defensores del territorio entraron al predio y la desinstalaron.

En ambos casos, se cuestiona la manera “clandestina” en que actuó la empresa minera, sin socializar con la comunidad; además los campesinos se empeñan en que la empresa minera cumpla la palabra que les dio en 2012, cuando esta se comprometió con los campesinos en un evento público en el corregimiento de Palocabildo, a no transitar ni realizar trabajos de exploración minera en las veredas La Soledad, Vallecitos y La Hermosa.

En el primero hecho fueron querelladas 46 personas y en el segundo 61. Con el desarrollo de las audiencias públicas los grupos se han depurado para un total de 38 personas en la primera querella y 57 en la segunda.

Las querellas han generado diversas reacciones en las veredas de Jericó.

Don José Luis Bermúdez expresa: “vemos más división. De la parte que apoyan la minera vemos que nos miran con fastidio”, algo semejante percibe doña Luz Dary Tobón: “hay varia gente de por aquí que lo miran a uno feo por defender el territorio, pero yo no les paro bolas. Hay más gente a favor”.

En el municipio de Támesis en cambio se ha sentido un gran respaldo.

Sergio Ruiz comenta: “La querella está asociada al que se portó mal, en cambio en este caso generó patriotismo y respaldo de la defensa. La gente siente que es motivo de orgullo lo que nosotros estamos haciendo y hemos liderado desde el Concejo de Támesis por la defensa del territorio. La AGA con la querella nos acreditó en lugar de desacreditarnos”. La hermana Elizabeth recibió todo el respaldo de las religiosas y la Provincial de Medellín, además, evoca las audiencias públicas: “Mucha gente nos ha apoyado, la que va al recinto. Me pareció muy lindo Monseñor Nabor y mire cómo lo sacaron”. Ana Sofía Loaiza cree que “el apoyo de la gente ha sido impresionante, dando aliento, enalteciendo la defensa del territorio. El respaldo en las redes sociales, gente que nunca hablaba ahora opinan y apoyan”.

Se han realizado cinco audiencias públicas en el proceso de las dos querellas y se han postergado algunas de las diligencias lo que genera cansancio, así lo percibe Ana Sofía, “he sentido el desgaste, no se ve el avance pero al ver el entusiasmo de los campesinos uno se  contagia, es maravilloso, tienen muy clara la causa y no les importa si les ponen más querellas, ellos seguirán defendiendo…”.

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Por su parte, la hermana Elizabeth dice que, “yo creo que cuando postergan las audiencias es miedo que ellos tienen frente a los campesinos. Ellos no tienen la autoridad para hacer lo que están haciendo contra la gente del pueblo, de los campesinos que son los que nos dan de comer”. Sergio Ruiz cree que “genera desgaste pero a la vez termina siendo un reencuentro con los demás. Hay zozobra, uno soporta un poco más de presión, para otros puede ser una preocupación…”

Durante el proceso judicial se ha cuestionado la imparcialidad de la Institucionalidad de Jericó en el proceso, incluso, la defensa de los querellados solicitó al Alcalde de Jericó, Sebastián Garcés, cambiar al Inspector Mauricio Alejandro Escobar, por no ofrecer garantías al debido proceso, pero el alcalde rechazó por improcedente la recusación realizada y ratificó al Inspector.  

Los querellados se preguntan por qué si el Inspector convoca a una audiencia pública está diciendo que no permitirá la asistencia de otras personas y tampoco dejará grabar, ni que los medios de comunicación hagan cubrimiento. Entonces, ¿qué es lo público?.

Y cuando se les pregunta qué esperan de la justicia, doña Luz Dary parece creer más en la justicia divina que en la terrenal: “yo tengo esto en manos del padre Marianito, espero que el personero venga a hacer algo bueno por nosotros”.

La hermana Elizabetn espera que la justicia esté del lado de los campesinos: “yo espero que la justicia se ponga la mano en el pecho que es un bien el que le estamos haciendo a todos los jericoanos. ¿Queremos que ocurra otra tragedia como la de cerro Bravo?”.

Don José Luis espera que la justicia, “entienda que nosotros estamos defendiendo el agua que es un bien común para nosotros y también para ellos” y Ana Sofía espera que la justicia “por fin pongan primero los intereses y el sentir de la comunidad, de los campesinos, más allá de los intereses de una empresa”.

Don Porfirio no piensa muy bien de la justicia en Jericó: “se está haciendo con el peso del oro, hay que recibir todas las dádivas de la empresa minera. No tenemos ni idea de cómo vamos a salir”. Sergio Ruiz por su parte espera que, “primero hayan personas que generen garantías, los que deben generar garantías son juez y parte y han tenido que ver con la minera. ¿Cómo vamos a confiar en una institucionalidad que ha recibido aportes de la minera y están de acuerdo con el proyecto minero? Si hubiéramos tenido garantías este proceso ya se hubiera acabado”.

Y sentencia don Porfirio Garcés: “si hay dos dedos de frente, los jueces deberían felicitarnos por estar haciendo lo que estamos haciendo”.