Al terminar marzo el Ejército de Liberación Nacional (ELN) anunció que haría un cese unilateral al fuego durante el mes de abril, “como un gesto humanitario”, mientras el país enfrenta la etapa, hasta ahora, más difícil por el Covid-19. Lo que en un principio fue un anuncio ahora diversos sectores lo ven como una oportunidad y por eso piden al Gobierno de Iván Duque que inicie diálogos con la guerrilla activa más antigua del país.

Durante estas dos semanas, y de acuerdo con el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), “no se registraron acciones ofensivas atribuidas al ELN y que sean violatorias del cese”. Adicionalmente, en los últimos 24 días el Cerac no ha registrado acciones violentas atribuidas a esta guerrilla. No obstante, sí hubo un combate entre el ELN y el Clan del Golfo el 5 de abril en Chocó, luego del cual se registró el desplazamiento de comunidades indígenas Embera Dóbida, Katío, Chamí y Guna Dule. Frente a esto, el comisionado de paz Miguel Ceballos aseguró que era evidente, por los combates, que no hubo un cese al fuego. Pero para el Cerac, dicho combate no es violatorio del cese al fuego, dado que “un enfrentamiento por encuentro, un combate por iniciativa de otro grupo diferente al ELN o un enfrentamiento sin conocimiento del grupo que tomó la iniciativa, no se incluye como una violación del cese”.

El 16 de abril Juan Carlos Cuéllar, comandante y preso político del ELN, escribió una carta dirigida a la plataforma Defendamos la paz en la que pidió que le reconociera su papel como gestor de paz del ELN. “Me reafirmo en el compromiso ineludible con la paz del país, que se supere la guerra, que nos duela el secuestro, pero también el hambre, que nos duela el minado el cual debe desaparecer, pero también los bombardeos, los falsos positivos y la justicia de muerte a la que son sometidos los líderes y lideresas sociales; que nos duelan todas las muertes violentas fruto del conflicto armado, tanto de soldados como de guerrilleros hijos todos del mismo pueblo”, escribió.

La suma de estos hechos positivos, más la disposición al diálogo que ha manifestado el ELN en los últimos días, son razones por las cuales desde la plataforma Defendamos la paz, de la cual es parte el Instituto Popular de Capacitación (IPC), se cree que hay unos primeros gestos que pueden conducir a retomar los diálogos de paz que el gobierno de Juan Manuel Santos había iniciado con esa guerrilla, primero en Quito y luego en La Habana, Cuba, en donde están los líderes de ese grupo armado. 

El exministro Juan Fernando Cristo considera que el informe del Cerac “señala con toda claridad una actitud y una decisión jerarquizada y unificada del ELN de cumplimiento de cese al fuego unilateral, así sea humanitario de cuenta de esta pandemia. Esa es una muy buena noticia.” En ese sentido, agrega Cristo, “tenemos que persuadir al ELN de que es con esa clase de gestos, cumplir la tregua mientras dure la pandemia y ojalá posterior, y frente al tema de secuestrados, como se genera un clima de opinión para que el Gobierno dé pasos adelante con la negociación.”

Monseñor Fabio Henao, representante de Pastoral Social, cree que se debe mantener la atención sobre el cese al fuego, la implementación de los acuerdos con las Farc, pues en unos posibles diálogos con el ELN estos hacen parte de la apuesta por la paz y la reconciliación en el país.

Insistirle al Gobierno de Iván Duque

El senador Roy Barreras considera que son tres puntos claves desde los que la sociedad civil debe insistirle al Gobierno en la necesidad de retomar los diálogos. En primer lugar, asegura que se debe insistir en que se habilite a Juan Carlos Cuéllar, quien ya había sido negociador en Quito, pues es uno de los “voceros capaces de construir caminos para la paz, así se lo expresamos a este Gobierno”. Recordemos que recientemente el ELN hizo público un comunicado en el que no reconocía a Francisco Galán y Felipe Torres como delegados de paz, quienes habían sido ratificados por el Gobierno. En segundo lugar, según Barreras, hay que exigir el cese al fuego permanente, como apertura a una nueva mesa de diálogo; y lo tercero, que la mesa debe ser la establecida en Cuba, “no solo porque es un país garante y generoso, sino porque es un reconocimiento a los protocolos y normas del DIH. Sin protocolos no hay la mínima confianza.”

Clara López, Juan Fernando Cristo, Roy Barreras e Iván Cepeda coinciden en que se debe persistir en que el Gobierno inicie una mesa de diálogos que recoja lo que ya se avanzó en Quito y La Habana en 2017 y 2018, para que haya una paz completa.

En esa dirección se pronunció el 17 de abril Defendamos la paz. Dice: “El ELN ha cesado sus acciones ofensivas, ha liberado recientemente personas secuestradas en Cauca y Arauca y ha reiterado disposición de volver a los diálogos. El ELN debe asumir las obligaciones humanitarias que le asisten, que implican cesar todo ataque contra la población civil y conductas que configuren infracciones al derecho humanitario. El presidente Duque tiene la oportunidad histórica de retomar el proceso de paz que falta para hacer posible la “paz completa”, conseguir el cierre definitivo de la guerra interna y avanzar en la superación de la problemática situación en derechos humanos y humanitaria.”

Para Defendamos la paz llegó el momento de “hacer de la paz un propósito nacional” y por ello organizó un encuentro  en el que se refirió a la búsqueda de la paz entre esta guerrilla y el gobierno. Durante la lectura del documento Álvaro Villarraga, antes director de Acuerdos por la verdad del Centro Nacional de Memoria Histórica, explicó que durante cuatro años de diálogos exploratorios, el gobierno de Santos y el ELN definieron una metodología y una agenda de negociación, gracias a la cual se creó una mesa de diálogos, “la negociación tuvo avances significativos en relación con el primer punto de la agenda sobre participación de la sociedad, que afirmaron la viabilidad de un proceso participativo en la construcción de acuerdos; se logró un cese de hostilidades bilateral por cien días, verificado por la ONU, y se inició el tratamiento del quinto punto, en lo atinente a compromisos y acuerdos humanitarios, con proyección a los departamentos de Chocó y Nariño.”

“Negociar no es hacerle un favor al ELN”

El líder social amenazado Leyner Palacios asegura que a las comunidades del Pacífico no las atemoriza tanto la pandemia como el conflicto armado y agrega: “negociar con los grupos insurgentes no es hacerles un favor, sino darle garantías de vida a las comunidades. Iniciar el diálogo es enviar un mensaje humanitario ante la situación tan cruda, una condena a muerte, que están viviendo las comunidades el Pacífico colombiano.”

Marylen Serna, representante del congreso de los pueblos del departamento del Cauca, considera imperativa la participación de la sociedad civil, “no se pueden dejar por fuera, porque son los que están en la defensa de su vida y el territorio.”

En los próximos días, aseguran desde Defendamos la paz, es necesario insistirle al ELN que extienda el cese unilateral al fuego y al gobierno, que inicie unos diálogos de paz con esa guerrilla. Como vocero de la plataforma, el senador Iván Cepeda pide que Juan Carlos Cuéllar sea nombrado como gestor de paz, que los grupos armados cesen sus actividades, valora el papel que puedan cumplir los exguerrilleros Galán y Torres y que se continúe haciendo esfuerzos para lograr la paz.

Mientras avanza el cese al fuego unilateral del ELN y más voces piden diálogos de paz, el Gobierno es el que tiene la palabra para dar ese paso.

Lea también: “La paz en Colombia no puede ser víctima de la pandemia”: Carlos Ruiz Massieu